Policiales

La quieren cesantear por tener deudas y respondió reclamando su sueldo en tiempo y forma

Un informe de la Seccional Primera estableció que el hecho de que la agente en cuestión tuviese una deuda crediticia impaga, en la que le había salido de garante un camarada, constituye una “falta grave”, por lo tanto, ameritaba su “cesantía”, es decir, que se la desvincule de la fuerza. Ella respondió.

  • 25/03/2017 • 08:41

El pedido de cesantía resulta del Expediente 014, impulsado por los resultados del sumario administrativo que se efectuó contra una agente de la Seccional Primera de Policía, cuyos datos dejaremos en reserva.

Sus superiores habían establecido que la Cabo Primero contrajo en agosto del año pasado una deuda por un crédito personal en una oficina de préstamos personales, en la que le salió como garante otro cabo primero, por un monto de $8000.

La mujer no había cumplido con los compromisos de pago de las respectivas cuotas, originando una mora. Es entonces que la entidad crediticia comenzó a reclamarle el pago a su fiador, quien adujo ante sus superiores que esto le provocó “diversos inconvenientes, tanto de índole personal como económico, comercial y crediticio, incluso la posibilidad de ingreso en situación de veraz”.

Si bien esto podría resultar curioso para quienes no formen parte de la fuerza, es preciso señalar que en el reglamento del Régimen Disciplinario Policial se considera una falta grave por infracción a lo establecido en el Artículo 217, que

dice: “Se considera falta grave contraer deudas con la garantía de otro policía y no pagarlas motivando su embargo o su intimación a la regularización de la cuenta por falta de pago regular”.

Por eso, el sumario contra la cabo primero advierte que esta situación debe ser “corregida mediante medidas disciplinarias ejemplificadoras… A los fines de que la misma no sea tomada como ejemplo por otros efectivos policiales”. Por lo cual, “se otorgue como única medida la cesantía”.

Con el patrocinio letrado del abogado Carlos Muriete, la mujer buscó asesoramiento y respondió a lo que constituye, nada más y nada menos, que un pedido para dejarla sin trabajo.

En una extensa defensa, en la que además hizo constar el ticket de la cancelación total de la deuda y demostrando que la uniformada atravesaba una situación económica delicada de la cual había dado aviso a sus superiores, el abogado responde calificando de “inoportuno, inmoral e insensible” el pedido de cesantía.

Sobre todo “cuando se intenta dejarme sin trabajo por deudas extra laborales, que no afectaron al servicio; cuando es el propio Estado que no me paga en término el salario, no abona los aumentos salariales reconocidos en paritarias e intenta exponer como ejemplo sancionatorio ante mis pares como medida intimidatoria para que nadie reclame ni se endeude (cuando contraer deuda es una conducta normal y necesaria para cubrir las necesidades básicas alimentarias cuando el salario no alcanza para solventar las condiciones económicas de mi hogar, que comparto junto a mi hijo menor)”.