Policiales

“Lo que hicieron es una burrada, un abuso de poder”

José Hernández es un vecino de la Manzana 5 del Paraje la Esperanza y su domicilio fue uno de los allanados el pasado miércoles por la policía, en un múltiple operativo anti-drogas en Río Gallegos y sus alrededores.

  • 20/05/2017 • 10:35

“Tipo 08:30 del miércoles, me estaba levantando cuando siento un ruido tremendo. Entonces miré por la ventana y veo a Infantería entrando por el patio: les dije que pararan, que yo les abría, y cuando lo hice me tiraron al suelo gritando ‘al piso, al piso’, me pusieron precintos, me dieron patadas en las costillas”, relató.

“En ese momento le pusieron un arma en la cabeza a mi nene de 11 años, que tiene discapacidad, le digo ‘pará pará’ que tiene discapacidad. ‘Que se levante, que se levante’ ordenaban. Y yo les explicaba que él no entendía, entonces me ordenaron que se sentara, lo que hizo muy asustado”, continuó su historia.

“Entonces Infantería se va para afuera y entran los otros agentes, y un oficial –ya más respetuoso- me pidió que me sentara y me explicó que venían para hacer un allanamiento”, a lo cual el entrevistado cuenta que accedió, pidiéndoles que no rompieran nada.

José les informó que tenía la llave de todos los candados y puertas, la cual -relató- les entregó a los policías. En una chanchera ubicada a mucha distancia del edificio, los agentes le manifestaron haber encontrado dos carabinas dentro de una caja.

“Unas de ellas era de aire comprimido, que se la habían regalado a mi chico por el cumpleaños y la tengo guardada para que no la utilice. Y la otra era de una persona que andaba cazando, y se le rompió la camioneta, por tanto me la dejó a mí para no volverse en colectivo con el rifle. Pero tiene todos los papeles, la identidad de la persona, todo”, pese a lo cual la policía le informó que iba a secuestrar dichas armas.

En ese momento, los agentes le informaron a Hernández el motivo del allanamiento –drogas- y el hecho de que la búsqueda incluía a dos de sus hijos, que tenían terrenos lindantes al allanado.

“Uno de ellos es un local, de uno de mis hijos, que nos separa un paredón de mampostería. Y en el otro hay una casa donde vive un señor jubilado de 75 años de edad, no había nada que allanar. No sé dónde van a querer encontrar drogas”.

El denunciante asegura que él “jamás en su vida vendió ni vendería drogas. Mi mujer trabaja en el Registro Civil, yo tengo animales, trabajo con ellos. ¿Cómo se pueden imaginar que arriesgaría algo así?”.

“Yo no sé si ellos dicen que tuvieron un año de investigación, ¿cómo es que no saben dónde vive cada uno?”. Uno de los hijos de José fue –efectivamente- demorado y trasladado a dependencia, pero según el entrevistado “solamente le hicieron fijar domicilio” ante la falta de evidencias.

Hernández se quejó –sin embargo- de que sus disgustos no terminaron allí –ya que la policía allanó igualmente un departamento que posee sobre la calle Juan B. Justo de Río Gallegos, donde se encontraba su mujer con las tres hijas de la pareja: una bebé de 3 meses, y dos nenas de 3 y 7 años de edad.

“Habían entrado directamente al departamento, las nenas estaban durmiendo, rompieron la puerta, gritando al piso. Viven pregonando sobre la violencia de género y los derechos del niño, pero las nenas ahora golpean la puerta y se me ponen a llorar y salen gritando, están traumatizadas por lo que pasó.

“En el local que tengo enfrente me rompieron la puerta y tres vidrios, pero ni siquiera entraron por ahí”, añadió.

Para José, lo ocurrido se trata totalmente de un abuso “una burrada, un abuso de poder. Veo que la Jefatura los felicita en los diarios, pero, ¿de qué los felicita?, ¿de dejarme tres nenas traumatizadas?”, se preguntó.

“Lo manifesté en Fiscalía del Juzgado Federal y quiero hablar con el Secretario de Seguridad para preguntarle sobre esto”, aseguró este vecino, quien criticó el accionar policial: “Si no saben hacer su trabajo, deberían interiorizarse”.

El hombre asegura que la policía allanó de forma completamente injustificada su vivienda, “aterrorizando” a sus tres hijas y a otro niño, que padece una discapacidad. Angustiado, decidió contar su versión de los hechos a TiempoSur.

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