Cultura

Siempre me gustó la música

Así lo afirmó a TiempoSur , Cristina Garrido, docente y apasionada por la música que lleva adelante su docencia desde hace 50 años. Una riogalleguense que dio y continúa transmitiendo su pasión por la música a generaciones de nuestra comunidad y que comparte con uno de sus hijos, Andrés, esa maravillosa historia con este arte.  

  • 19/10/2017 • 09:37

En esta recorrida que hace TiempoSur recordando y/o conociendo a vecinos de nuestra comunidad o que muchos de ellos han llegado a esta tierra para fortalecer nuestra comunidad, enriqueciéndonos con su conocimientos, con sus pasiones; en esta oportunidad, hablamos con la Profesora Cristina Garrido, docente de la música de alma, lleva ese hermoso arte en la sangre desde muy chica, y ya cumplió 50 años formando niños y jóvenes, no sólo en establecimientos educativos sino también en su "Conservatorio Privado del Sur".

Cristina es nacida en esta ciudad capital, su mamá asturiana y su padre como ella bien lo dijo "criollo" de Viedma.

En primer lugar, con una simpatía y alegría para relatarnos su vida y sus pasiones, comenzó contando la historia de su familia, recordando que "mi madre llegó a Río Gallegos, de Asturias, España. El hermano de mi abuela tenía el Hotel Lafuente, así que mi madre se crió prácticamente ahí" y agregó "fue uno de los primeros hoteles de Río Gallegos".

"Nosotros vivíamos en donde ahora está el Banco Galicia, al fondo teníamos nuestra casa y ahí me crié, estudié en el Colegio María Auxiliadora e hice mi carrera de profesora la cual terminé en Buenos Aires, con mucho sacrificio mis padres me enviaron a terminar la carrera".

 

Su elección por la música

 

"La música me gustó toda la vida" aseguró al precisar que "ya cumplí 50 años dando clases".

Y en este contexto nos contó "yo iba al Colegio María Auxiliadora, ahí estaba la carrera de piano, y ahí empecé de piano de muy chica. Pero comencé con un profesor de la banda a los 5 años, y él le dijo a mis padres que yo tenía muchas condiciones para el piano" y comentó "en esa época llegar a tener un piano era terrible, no era fácil".

Y continuó su relato: "Estaba estudiando en el María Auxiliadora, estaba en primer año cuando se me da la posibilidad realmente, de irme a estudiar. Me fui a Buenos Aires y cuando estaba estudiando mi profesor quería que siguiera concierto. Pero yo no estaba muy cómoda, extrañaba mucho, así que cuando me recibí y me vine a trabajar acá. Volví recibida con 17 años".

 

Su viaje a Buenos Aires

 

"Fui en avión porque a mí me apadrinó la señora Braun Menéndez, los dueños de La Anónima, ella me apadrinó y me pagó los estudios en Buenos Aires. Porque papá era de la Aduana y como tenía mucho contacto con ellos porque en esa época tenían barcos, por medio de ellos me pagaron los estudios".

Y así fue como Cristina nos contó que pudo cumplir con su sueño de continuar con la música hasta que "a los 17 años, en el año ‘62, me vine y empecé a trabajar".

 

Su experiencia de comenzar a dar clases

 

Cristina Garrido nos precisó que fue "la primera profesora de música del Jardín N°1. Yo recién había llegado, recibida y empecé en el Jardín. El Jardín funcionaba donde hoy está el Conservatorio Provincial en Alvear y Chile, al lado de donde estaba la Escuela Profesional de Mujeres que luego se transformó en la Escuela 10, y al ladito estaba el Jardín".

"Yo me hice sola, porque no había guías como hay ahora. Comencé enseñando a cantar a los chicos, después con las mismas maestras que eran maestras jardineras que venían con otra formación, me enseñaban cómo tenía que dar una clase de música y me fui haciendo con el tiempo y llegué a ser bien reconocida dentro de mi rubro", remarcó.

También Cristina fue una de las primeras profesoras del Colegio Ladvocat, "cuando se creó el Ladvocat, que funcionaba vespertino, en el colegio 19 me convocaron para dar clases. Estuve un año dando clases ahí, hasta que después tuvieron su propio edificio. Tuve alumnos como Irma Igor, Pedrito Hernández, Pola Grzegorczyk,  fueron alumnos míos de primer año y todos teníamos más o menos la misma edad".

"Me llena de placer encontrarme con muchos de mis alumnos, que me besan en la calle. Todos me saludan y es una maravilla", afirmó.

Con más de 50 años en esta hermosa profesión, Cristina remarca que "la docencia la sigo ejerciendo en mi conservatorio donde doy clases de piano".

Y al ser consultada sobre si encuentra diferencia entre sus alumnos de antes y el hoy, sostiene que "diría que más que los alumnos, es en los docentes. Antes hacías un 6º grado y era un secundario de ahora. Ahora la enseñanza está floja, lo veo por mis nietos que te hacen preguntas y vos te decís no puede ser que te hagan estas preguntas, cuando uno en 3º o 4º grado ya lo tenías bien visto. Hay una falencia en ese aspecto".

 

El acompañamiento a su hijo Andrés

 

"Siempre acompaño a mi hijo, a mí bebé. He tocado el piano con él", precisó al señalar que "lamento que mi marido no haya podido disfrutar más a Andresito porque si yo soy la fan número 1, él antes de fallecer me dijo gorda llevalo a Cosquín para que lo escuchen. Y nos fuimos, fue el primer viaje que salí con él".

 

 

Aromas que recuerden la infancia

 

"En mi casa mucho la lavanda. En mi casa había lavanda por todos lados. Tenía una tía en San Julián que le mandaba unas coronitas de lavanda. Es el día de hoy que yo busco, un desodorante, y es de lavanda", agregó.

 

Y de comidas

 

Cristina nos contó que "como mi mamá era  asturiana se comía mucha fabada, legumbres, puchero. Mamá se crió prácticamente acá. Era como una familia grande porque en esa época eran todos de la misma zona (por Asturias), los del Hotel Covadonga, del Alonso. Había mucha gente que acá se juntaron".

 

 

Asignaturas pendientes

 

"Creo que he hecho todo lo que he podido.

Gracias a Dios no me han quedado asignaturas pendientes", concluyó la charla con TiempoSur.