Policiales

Mujer abusada en el hospital: “Si había una nena internada, le destroza la vida”

La víctima de abuso sexual por parte de un enfermero habló con TiempoSur y comentó el trauma que debe afrontar. “No quiero que haga más daño”, agregó la mujer en referencia al sujeto que fue separado del cargo. Habría antecedentes en una clínica privada. Lamentó que no tuvo la contención de las autoridades.

  • 23/10/2017 • 08:48
Ramona lamentó que las autoridades no la hayan acompañado en este difícil momento.
Ramona lamentó que las autoridades no la hayan acompañado en este difícil momento.

La mujer que fue abusada por un enfermero del Hospital Regional de Río Gallegos, habló del tormento que vive tras el ataque sexual, criticó a las autoridades del centro hospitalario y demandó que el caso sea investigado para que el sujeto reciba una condena.

Ramona de 28 años, brindó una entrevista a TiempoSur y todavía traumatizada por lo que vivió el pasado viernes, pudo en el interior de su humilde vivienda comentar lo que le pasó en el hospital público. Junto a su marido (31) llegó a Río Gallegos hace un año desde Salta. Tienen cuatro niños y ella se desempeña como niñera y él en la construcción, para poder sacar adelante a la familia y en busca de un futuro mejor y oportunidades para sus hijos.

El pasado martes, la mujer comenzó con problemas de salud. A pesar que no quería ir al Hospital Regional, su marido la acompañó ya que tenía síntomas que no eran habituales.

Fue examinada en la guardia y le indicaron los médicos que debía quedar internada. Tuvo un pico de presión debido a la diabetes. Su abuela padeció esa afección crónica. Luego fue trasladada a la habitación 134 A de internación médica. Allí permaneció internada desde la tarde del martes, porque los médicos que la asistieron querían practicarles exámenes. Su marido no pudo acompañarla, ya que debía cuidar de los chicos, trabajar y el horario de visitas es restringido. Pero a la habitación trasladaron el miércoles a una muchacha de unos 21 años con lesiones de intento de suicidio. Con acompañante de habitación, Ramona se sentía más segura y menos solitaria. Distintos enfermeros y enfermeras pasaron por diferentes turnos. No obstante, el miércoles comenzaron las primeras sospechas, ya que un enfermero se presentó en el cuarto y a la joven que tenía heridas cortantes en los brazos, la llamaba “bebé” y “reina”, a pesar que había familiares de la paciente. Esto le llamó la atención de Ramona, pero no se imaginó lo que le esperaba.

 

Desconfianza

La chica que se encontraba con Ramona fue trasladada el jueves a una habitación VIP. Fue en horas de la tarde que el enfermero –ahora acusado de abuso-, fue que ingresó a la habitación y con la excusa que le iba a enseñar cómo medir la azúcar, es que comenzó a acariciarle las manos, lo que incomodó a la mujer, más teniendo en cuenta que se encontraba sola. Luego el individuo le dijo: “Te podes poner la insulina en la pancita” y le sacó la sábana. Ramona se enojó y se tapó.

Luego el depravado le preguntó: “¿Dónde está tu marido?”.  Ella le contestó que estaba en su trabajo y al cuidado de sus hijos. No obstante, el enfermero pensó que la paciente era vulnerable, porque sólo vio que una amiga fue a visitarla y a llevarle una botella de agua.  

Luego de esa situación incómoda que pasó con el enfermero de unos 48 años –luego se supo con la denuncia la edad- la mujer no quedó tranquila y le costó dormir en la noche del miércoles.

 

Agresión sexual

Cerca de las 07:00 del viernes, ingresó a la habitación el cuestionado enfermero con la excusa de controlarle el suero. Aseguró que él le afirmó: “Te va a doler”, y aseguró que con una jeringa le introdujo un líquido que le causó ardor en un brazo. Luego ella remarcó que era la primera vez que el individuo exhibió dos jeringas, cuando siempre llevaba sólo una.

Inmediatamente, Ramona comenzó a adormecerse y a sentir debilidad. Lo último que vio es al enfermero cerrar la puerta de la habitación y apagar la luz. “Percibí que estaba al lado mío. No quería dormirme pero no podía abrir los ojos y pasó lo feo”, aseguró la mujer con voz desconsolada.        

Cerca de las 08:00 despertó e ingresó una practicante de enfermería de la UNPA y fue a quien le confesó lo que le había sucedido. La muchacha le prestó su teléfono para que pudiera llamar a su esposo y a su vez la estudiante fue en búsqueda de las autoridades. Luego entró una enfermera junto al sujeto y ante las acusaciones, el individuo disparó: “Vos estás loca”. Mientras que la compañera del abusador le preguntaba a Ramona: “¿Estás segura de lo que viste?”. Después llegó la doctora Vázquez, quien había internado a la paciente y la consoló y lamentó no haberle dado el alta el día anterior. Su marido alertó a la guardia policial en el hospital.

 

Sin asistencia

La víctima y su marido en otro tramo de la entrevista, hicieron hincapié en la postura que tuvieron las autoridades del Hospital Regional minutos después de conocer la denuncia. “A mí no me fue a ver nadie”, advirtió Ramona, ante la consulta si alguien en representación del hospital se puso a su disposición. “La policía me contuvo en todo momento”, agregó. 

En este sentido, comentó que el grave caso de abuso sexual “no tuvo relevancia inmediata” ante las autoridades del centro asistencial, y que la jefa de enfermeros “sólo lo sancionó y luego lo mandó a la casa”, pero antes fue demorado por la policía. 

Por otro lado, la mujer afirmó que en los tres días que estuvo internada, no se limpió la habitación, pero tras conocerse el caso, quisieron limpiar el cuarto y en especial el baño, llevarse los residuos y cambiar las sábanas. Buscando asesoramiento, Ramona llamó a su patrona, quien es oficial de policía y le aconsejó que no se debía limpiar, ni sacar nada de la habitación y que se tenía reguardar el lugar hasta que se realizaran las pericias y secuestros que ordene la Justicia.     

Además pudo conocer que el enfermero habría tenido denuncias similares en una clínica privada de esta ciudad.

“Pido que se haga justicia. Miren si había una nena internada, le destroza la vida”, señaló Ramona mientras abrazaba a su hija de 4 años. 

“No quiero que haga más daño”, agregó la mujer, quien es consolada por su esposo. A pesar de que debe seguir un tratamiento médico, “no quiere que pise más el hospital”, y teme que el enfermero la pueda ubicar y amenazar a ella y su familia. 

Por último, reconoció que desde la Secretaría de la Mujer la llamaron, pero como se encontraba frente a sus hijos no habló del caso. Pero cabe destacar que aún no cuenta con un tratamiento psicológico para afrontar el trauma. 

A través de un comunicado de prensa, desde el hospital se indicó: “Se tomó en conocimiento del hecho y de manera inmediata se realizaron las gestiones judiciales y el sumario correspondiente, separando de sus funciones al presunto involucrado”.

“Asimismo se dio cumplimiento a las medidas de protocolo de cuidado por sospecha de abuso y se dio intervención a las áreas sociales y de género”, se remarcó el sábado en el comunicado.