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Temporada de visitas al estuario y reserva costera urbana

Más de un centenar de visitas recibió el Centro de Interpretación Ambiental, desde su apertura. En el sector del río Chico, la Reserva Costera Urbana presenta la novedad de las bicisendas “Kosten Aike”. La temporada se extiende hasta Semana Santa.

  • 06/01/2012 • 00:00
Avistaje de aves del estuario del río Gallegos, en el Centro de Interpretación Ambiental.
Avistaje de aves del estuario del río Gallegos, en el Centro de Interpretación Ambiental.

 

Desde su apertura el 5 de diciembre último, el Centro de Interpretación Ambiental del Estuario del río Gallegos atendió a unos 120 visitantes.
En su flamante sede de Gardel y Comodoro Py, está estratégicamente ubicado para recibir, de lunes a sábado de 14 a 18:00, a los vecinos que diariamente utilizan el sector para esparcimiento, recreación o realizar actividades aeróbicas, y para los turistas que recorren la ciudad.
Además de conocer el estuario, su importancia, función ambiental, pueden interiorizarse sobre las especies migratorias que lo visitan, las que habitan en forma permanente y las que están amenazadas, cuáles son las causas y en qué pueden ayudar para revertir la situación.
 
Casi 100 mil aves al año
Sumadas las aves patagónicas y las migratorias del hemisferio norte, es la estimación de “usuarios” alados a los que les resulta imprescindible la conservación de la Reserva Costera Urbana, tal la información contenida en la folletería que los visitantes encuentran en las sedes ambientalistas, Agencia Ambiental Municipal, Centro de Interpretación Ambiental del Estuario y Trailer ambiental por el sector de río Chico.
“Dentro del elenco de especies se encuentran endemismos (exclusivas de la zona) de la Patagonia Austral como el chorlito ceniciento y el ostrero austral. Visitantes del hemisferio norte como el playerito rabadilla blanca, el playero rojizo y la becasa de mar; y otras especies como el macá tobiano, especie vulnerable casi endémica de Santa Cruz y el esportillero austral, endémica insuficientemente conocida, que vive en los matorrales”, añade la información sistematizada para el visitante. 
Además, el estuario es lugar de asentamiento de colonias reproductivas de miles de parejas de aves marinas, entre las que se destacan el pingüino patagónico, el cormorán imperial, la escúa común, la gaviota gris y la gaviota cocinera.
Todo esto ha valido la designación del estuario, en el año 2005, como “sitio de importancia internacional de la red hemisférica de reservas de aves playeras”; área de importancia para la conservación de las aves (AICA/IBA). Y además forma parte de la Red “Living Lakes”, una organización internacional que promueve la protección de humedales de relevancia ecológica en todo el mundo.
 
Bicisendas “Kosten Aike”
La visita al estuario es una de las posibilidades de acercamiento al sistema de reservas, y conocimiento de la flora y fauna autóctonos. Otra posibilidad de acceso a la Reserva Costera Urbana es por el sector del río Chico, al final hacia el sur, de la Avenida Gregores, antes de llegar a la chacra de Servicios Públicos a la izquierda. 
En ese sector de río Chico donde se ubica un trailer de atención a los visitantes y senderos para visitas guiadas, la novedad son bicisendas habilitadas el 17 de diciembre, con la apertura de la temporada de visitas a la Reserva Costera Urbana. 
Los recorridos llevan el nombre de “Kosten Aike”, por el Grupo de Amigos de Cicloturismo que las ideó junto con la gestión ambiental y participó activamente en su creación y señalización.
Se trata de dos circuitos, uno de baja dificultad, con un recorrido calculado en 25 minutos de acuerdo a la concepción recreativa del cicloturismo. El de mayor dificultad, de aproximadamente una hora de duración, denominado “Estepa”, tiene una pendiente hacia un sector de altura que puede dificultar el viento.
Ya desde la Avenida Gregores está totalmente señalizada la llegada hasta la tranquera de ingreso a la Reserva Costera Urbana, cuya temporada de visitas se extiende hasta Semana Santa.
Todas posibilidades para acercarse, interiorizarse y hacer propia la riqueza ambiental de nuestra ciudad y de esta forma aprender e involucrarse con su cuidado y preservación.