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El notariado argentino celebra sus 64 años de reconocimiento laboral

Este martes los escribanos del país están de fiesta porque conmemoran el Día del Escribano, el que en simultáneo se acopla al Día del Notariado Latino, gremio que tiene reconocimiento internacional desde el 2 de octubre de 1948, cuando se fundó la Unión Internacional del Notariado Latino.

  • 02/10/2012 • 00:00
En Santa Cruz hay registros de labor notarial desde 1958. (G. C)
En Santa Cruz hay registros de labor notarial desde 1958. (G. C)

De viejas raíces, a lo largo de los años los escribanos han estado inmersos en la sociedad con su única labor de emitir confianza a la comunidad, es decir, de los notarios se destaca su tarea social como depositarios de la fe pública de la sociedad.  
Pero ¿por qué se conmemora este día? Como el grueso de las celebraciones, esta no escapa de tener raíces sindicales. El notariado es un gremio que tiene reconocimiento internacional desde hace 64 años, cuando en 1948 -un 2 de octubre- se fundó la Unión Internacional del Notariado Latino. Por esta razón esa fecha ha sido designada como Día del Notariado Latino, y en la Argentina se celebra el Día del Escribano.
La Unión Internacional del Notariado Latino es una organización no gubernamental (ONG), formada por las asociaciones profesionales de notarios de 71 países en cinco continentes, cuyos sistemas notariales son de tipo latino, fundado en el derecho romano-germánico.
Ese 2 de octubre de 1948, en Buenos Aires, por iniciativa del notario José Adrián Negri, en ocasión de celebrarse el Primer Congreso Internacional del Notariado Latino, se gestó la idea de formar una unión de notariados con principios comunes.
Es por ello que esa fecha quedó establecida estatutariamente para evocar la fundación de la UINL (Unión Internacional del Notariado Latino).
Posteriormente, en el año 1950, en Madrid, España, en el marco de la celebración del Segundo Congreso Internacional del Notariado Latino, se fundó legalmente la UINL. En esa ocasión también fue aprobado su emblema, que tiene la forma de un óvalo con la denominación de la entidad, un águila, un libro de protocolo y una pluma de ganso, todo enmarcado con el lema “lex est cuodqumque notamos” (lo que escribimos es la ley).
La Unión tiene por objetivo la promoción, coordinación y el desarrollo de la actividad del notariado en el ámbito internacional, con el fin de mantener la integridad e independencia de los notarios como profesionales del Derecho.
Los notarios aconsejan a las partes de manera independiente e imparcial. Su función es delegada por el Estado, si bien su actividad no encuadra jerárquicamente en la administración pública. Confieren autenticidad a los documentos que redactan, en garantía de la seguridad jurídica. Y el Estado les da la potestad de ser “depositarios de la fe pública”.
La UINL, cuya sede administrativa se encuentra en Buenos Aires, mantiene representantes frente a las diversas organizaciones internacionales, entre ellas: la Oficina de las Naciones Unidas (Nueva York y Viena), Organismos Internacionales (Génova), el Alto Comisariado para los Derechos del Hombre, el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR) y la Comisión para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO).
La historia de la colonización española en nuestro continente, hace 500 años, nombra a Pedro Sancho de la Hoz, Escribano
General de los Reinos de la Nueva Castilla, redactando sus documentos acompañando al conquistador Francisco Pizarro.
Poco tiempo después, los “escribanos de la hueste” surgieron como figuras pintorescas cargando toda la parafernalia de sus arreos.
El “protocolo ambulante”, en efecto, es un valioso documento que ilustra acerca de la vida cotidiana en aquellos tiempos inmemoriales de los que se tiene conocimiento gracias a estos notarios, que constituyeron una figura relevante a lo largo de todo el periodo colonial.

Notariado santacruceño- En 1957 el Territorio Nacional de Santa Cruz se convirtió en provincia y comenzó a dictar las leyes con el objeto de ir organizando los distintos poderes del Estado. El 5 de noviembre de 1958 se sancionó en Santa Cruz la Ley 32, que es reglamentaria del notariado provincial y dicha legislación fue rigiendo a los escribanos que se encontraban ya en el territorio y los que arribaban a la nueva provincia. Con el impulso del escribano Andrés María Vivanco los notarios deseaban agruparse, intentando formar el Colegio de Escribanos para contar con un espacio para ir cubriendo el servicio notarial en los distintos puntos de la provincia, fomentar la unión de sus asociados y el estudio para generar relaciones sociales.
En 1962 se reunieron los escribanos Ruiz Moreno, Azlor, Agulla, Bayá Elía y Vivanco y sentaron las bases a fin de proceder a la constitución del Colegio de Escribanos, que estaba autorizado en la Ley 32. Esta comisión resolvió por unanimidad formar una comisión promotora para redactar la carta orgánica, peticionando a las autoridades provinciales los requisitos necesarios para lograr que se reuniera una asamblea constitutiva.
En noviembre de 1963 resolvieron no constituir el colegio porque la legislación vigente era deficiente, por lo que formaron una asociación de escribanos.
No fue hasta el 7 de septiembre de 1973 en una reunión con el Tribunal de Superintendencia Notarial, que depende del Tribunal Superior de Justicia, que se aprueba por unanimidad la primera comisión directiva del Colegio de Escribanos de Santa Cruz. Trabajaron arduamente y lograron que en mayo de 1974 fueran aprobados los estatutos, siendo gobernador Jorge Cepernic y ministro de Gobierno, Valentín Davi Clotet. En 1985 obtuvieron finalmente la Ley Notarial de la provincia de Santa Cruz, número 1.749, y el decreto reglamentario, que reemplazaría a la antigua Ley 32.