Política

Millonaria en recursos, pero pobre en las respuestas

Asistimos permanentemente al discurso del Gobierno provincial que se excusa en la pobreza de recursos para afrontar sus diferentes responsabilidades. Sin embargo, sin miedo a equivocarnos, si de recursos se trata, más que pobre el Estado provincial es millonario.

  • 27/08/2014 • 00:00

Asistimos permanentemente al discurso del Gobierno provincial que se excusa en la pobreza de recursos para afrontar sus diferentes responsabilidades. Sin embargo, sin miedo a equivocarnos, si de recursos de trata, más que pobre el Estado provincial es millonario.

De hecho, hace no muchos días atrás, el Gobierno demostró una apabullante cantidad de recursos humanos y técnicos a través de su organismo de propaganda oficial, que bien podría aplicar para otras misiones con fines más útiles.

Sin embargo, más allá de la  trillada frase “no estamos preocupados, estamos ocupados”, el Gobierno poco se preocupa por mostrar los casos que realmente importan a la comunidad, aquellos donde el costado social demanda una solución.

En sucesivas notas de este medio, la opinión pública tomó conocimiento –entre otros temas- sobre una denuncia que ayer motivó un allanamiento ordenado por la Justicia, que apunta a determinar responsabilidades o no en el maltrato de nuestros abuelos en hogares sustitutos.

Con el enorme equipo humano con el que cuenta la provincia, en sus diferentes estamentos, se conocen muy pocas intervenciones programadas, investigaciones certeras, denuncias a la Justicia, de este tipo de situaciones que son reveladas constantemente por la misma gente a TiempoSur, ante la ausencia de respuestas por parte del Estado.

Hemos observado que cuando se quiere se puede, que muchas veces faltan las motivaciones de los que tienen responsabilidad para llevar adelante trabajos e investigaciones que conduzcan a resultados exitosos.

Claro está, que ese esfuerzo y esas energías deben estar centradas en las problemáticas que sufren constantemente las familias de Santa Cruz, como la droga, la violencia intrafamiliar, la violencia de género, los abusos, etc.

Si entre todos; Estado y sectores privados nos enfocamos en ocuparnos de este tipo de flagelos, probablemente no haya más Abigail que lamentar, ni Benjamín que llorar, ni más abuelos maltratados, ni víctimas de cualquier índole que sufra la desidia o el abandono por parte de quienes deberían velar por ellas.