Periodismo Ciudadano

Duerme Cantin

  • 11/09/2014 • 00:00
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Allá por Junio, apelando a uno de los pocos vehículos de denuncia que tenemos los vecinos y esperanzados de una reacción y una posterior solución, publicamos las crónicas del barrio 63 viviendas.

Han pasado varias semanas y esto sigue igual.

En esta esquina en particular, una laguna se hace más profunda al paso de los pocos automovilistas que se aventuran a cruzarla.

Casi poéticamente se "profundiza" un problema común en ésta y otras tantas calles de tantos barrios de la ciudad.

Cantin duerme el eterno sueño del pobre hombre encandilado.

Reina su pequeño reino de olfas que lo elogian y lo embriagan con su pequeñez humana inflamada de un pequeño poder, en un pequeño trono y en un pequeño palacio.

Nuestra vida debe continuar y de patriotas nomás, de querendones con el pueblo, ése que nos hace renegar de vez en cuando, seguimos adelante, sacando el barro, juntando mugre, esperando el milagro, mientras a nuestro alrededor nos proponen y nos imponen aquello que no necesitamos...

Alguna vez, dicen los más viejos, llegarán las motoniveladoras, casi como monstruos metálicos que abrirán caminos nuevamente y harán resurgir la esperanza de los pocos que todavía deseamos estar un poquito mejor cada día, los que plantamos un árbol o barremos la alcantarilla, soñando el sueño diario del progreso, del bienestar y la vida plena que nos encuentre saludando al vecino mientras barremos la vereda.

Mientras tanto, la penumbra se pone su corona al atardecer, los ladridos rebotan entre las tapias y las zapatillas embarradas de los niños del barrio se acumulan en la puertas de entrada de las flamantes casitas de techos coloridos.

Rio Gallegos avanza, ciego.