Miguel Andrade es una de las voces más representativas del tango provincial

El tango ha logrado con el correr del tiempo abrirse un espacio muy importante entre los jóvenes de nuestra ciudad. En la actualidad son muchos los grupos dedicados al aprendizaje de las coreografías que marcan el compás de este estilo tan característico del Río de la Plata. Por otro lado, cabe destacar la aparición de algunos conjuntos dedicados a la realización de este estilo, con una base ya consolidada y con creaciones propias, que, en los tiempos actuales, mantienen la esencia de las calles porteñas. De más está mencionar el crecimiento que ha tenido dentro en estilos electrónicos donde la principal influencia también es el tango.

Entre ese gran grupo de jóvenes que intentan mantener viva la esencia del tango en nuestra localidad se encuentra Miguel Andrade, un joven cantor de tango que sorprende con su característico tono de voz y emociona con la pasión interpretativa con la que desarrolla este estilo tan nostálgico como sentido.

En la actualidad este artista se destaca junto al cuarteto de cuerdas Mala Junta, conjunto con el cual organizan una serie de milongas y diversas presentaciones por los escenarios riogalleguenses. 

En diálogo con TiempoSur Miguel Andrade habló de su llegada al tango, de la trayectoria y el crecimiento del estilo en nuestra ciudad.

 

- ¿Cómo comenzó tu carrera junto al tango?

 

- En realidad empecé cantando folklore, me gustaba mucho José Larrarde, ese tipo de artistas eran mis guías, los referentes. Mas o menos a los 12, 13 años aprendí a tocar un poco la guitarra criolla y de cara dura se organizaban concursos de canto y ahí me metía y por suerte me iba bien, en algunos mas o menos. Un día cuando tenía 15 años, en el antiguo club Boca, el Circulo Amigos del Tango hacía una milonga y la verdad que a mi me empezó a gustar el tango cuando escuché un disco de vinilo de Julio Sosa, me llamó la atención los vinilos, todo eso, escuché un tango y me volvió loco, me enteré que había una milonga en ese lugar y fui. Estaban los referentes de ese momento y les llamó la atención que tenga 15 años, era el mas joven que estaba ahí en ese momento y me dicen `no te da para hacer un tango? nosotros te acompañamos´, en ese momento me fascinó el acompañamiento de guitarras. De ahí seguí cantando folklore, después surgieron concursos, fui a uno a Pico Truncado representando a Río Gallegos pero cantando folklore. Ahí conocí a Ana María Gallardo, para mí era un honor, era una referente del tango local y me dice `porque no cantas un tango yo te acompaño´ y empezamos a practicar.

A los 17 años ya me metí en un concurso de cantores de tango que se había realizado acá en Gallegos, un concurso provincial organizado en ese momento por el Círculo Amigo del Tango. Me presenté fui pasando de instancia, a la gente le gustaba, iba compitiendo con varios cantores locales y por suerte después llegué a la final y tuve la suerte de salir segundo. De ahí no largué mas, a partir de ahí me di cuenta que era verdad, el timbre de voz, el estilo un poco pausado, lo tradicional me tiraba un poco mas para el lado del tango

 

- Lograste hacerte de un nombre dentro del circuito provincial. ¿Cómo sucedió?

 

- Lo clave es que uno no tiene problemas con nadie. Había compañías de tango, hay muchas en Gallegos por suerte, que por ahí se daba que me convocaban como cantor a las milongas, y ahí estábamos, donde nos citaban íbamos en ese momento con Marcelo Herrera, que hoy tiene su grupo Santa Cruz 4. Después se dio la posibilidad de que una de las compañías locales, el Cuarteto Mala Junta, con los que me vengo presentando en este último tiempo me convocara como una voz.

 

- Han tenido una gran aceptación dentro del público 

 

- Ha gustado mucho porque es el tango de la guardia avieja. Son 4 guitarras de atrás, uno que le pone la voz y hacemos un repertorio muy tradicional, y la verdad que para mi es un lujo cantar con ellos. Se ha dado algo particular porque por ejemplo a partir de ese nuevo conjunto que formamos se nos abrieron muchas puertas, hemos ido a tocar al interior, El Chaltén, El Calafate,  nos han llamado de Río Turbio, y acá en la localidad empezamos a crear espacios como boliches, restaurantes y por suerte cada vez que hemos hecho una convocatoria se ha acercado mucha gente. La verdad que hemos tenido suerte porque no hemos tenido mas que buenas críticas, la gente se acerca y tiene un apoyo bastante interesante.