UOCRA teme que el narcotráfico se instale en el obrador de las represas

Días atrás, dos ingenieros de la empresa que llevará adelante la obra de las represas se reunieron con autoridades nacionales del gremio de la construcción, entre ellos el secretario adjunto de UOCRA, Juan Domingo Martínez, revelaron que se solicitó a la firma extremar los controles para evitar que el narcotráfico se instale en los campamentos a los que, en su mejor momento, llegarán 6 mil trabajadores de todo el país.

Además de acordar el cumplimiento de la Ley del 70/30 para que en la primera etapa puedan tomarse a los trabajadores de las localidades aledañas a las represas, el gremio de la construcción exigió seguridad efectiva por parte de la Policía de Santa Cruz y Gendarmería Nacional.

“Yo principalmente planteé el tema de las drogas, porque la preocupación es que una vez funcionando haya gente que va a andar en otras cosas y a eso le tenemos miedo” dijo ayer Martínez a TiempoSur, que si bien indicó que la drogadicción “es una realidad de todos los ambientes y la UOCRA no está ajena” reconoce que en algún punto, tiene que ver con que muchos obreros de la construcción “han tenido problemas con la Justicia y no consiguen trabajo en otro lado”.

El dirigente, que aseveró no haber probado drogas (“jamás en mi vida un cigarrillo ni me drogue”) advierte que la problemática es seria.

No es para menos, cuando la represa “Jorge Cépernic” comience a ejecutarse, se espera que haya alrededor de 2.3470 personas, mientras que en la “Néstor Kirchner” se calculan  otras 3.500.

“Va a haber controles y me parece perfecto que se apliquen, que sea un lugar donde el trabajador de la construcción vaya a buscar el dinero que se gana para mantener a su familia y no para hacer otro tipo de cosas porque eso se presta para el trafico” dijo el sindicalista, advirtiendo además que “no estamos hablando del consumo solamente, con tanta cantidad de gente se presta para el tráfico porque los compañeros van a tener plata para poder gastarla ahí en cosas de esas”.

En los requisitos de ingreso, se estipulan análisis de sangre que permitirán conocer si el obrero es o no consumidor de estupefacientes.  “La cocaína en sangre dura 90 días, así que si alguien consumió va a saltar, y la marihuana en sangre son 45 días” agregó Martínez.

La preocupación no es menor, y es que en el gremio que enrola a los trabajadores de la construcción “tenemos dos problemas, el primero es que el trabajador no tiene trabajo y el segundo es que el adicto, cuando tiene trabajo tiene plata y cuando tiene plata compra droga”.

De hecho, un indicador alarmante para Martínez es que “desde que yo estoy en la Bolsa de Trabajo, hemos tenido cuatro suicidios y los cuatro fueron por adicciones, chicos de 25, 30 y 32 años y yo tampoco sabía que esos muchachos tenían ese problema” recordó.

Así las cosas, para el dirigente riogallegunese el flagelo debe combatirse “desde la escuela, cuando son chicos” y no se puede comparar con el alcohol ya que de este “podes salir, y de la droga no”, opinó.

Finalmente, el Secretario General cargó contra quienes pretenden especular electoralmente con el nivel de foráneos que llegaran a Santa Cruz el próximo año. “Muchos especulan con la gran cantidad de gente que va a tener domicilio acá y el día que vote va a votar acá, pero el que esta especulando electoralmente con eso es medio pelotudo” acusó, ya que “en 2015 no van a haber 6 mil trabajadores, recién a mitad del año que viene puede llegar a haber 2 mil personas construyendo campamento”.