Alertan sobre no aptos psicológicos en la policía

Sin dudas el perfil psicológico es la clave en los test de aspirantes a policía, sin embargo, profesionales de la psicología aseguran que,  frente a la premura por sumar nuevos agentes, la Fuerza de Seguridad no ha hecho foco en esta cuestión. Un breve repaso de suicidios de policías, en su mayoría con su arma reglamentaria o que en El Calafate uno de cada cuatro aspirantes hayan aprobado el test da la pauta del estado de situación.

 Los parámetros en que se basa la policía sobre aquellos aptos que deben manipular un arma, comprenden la exigencia de estabilidad emocional, capacidad intelectual normal y de empatía, criterios de realidad conservando niveles de responsabilidad acorde a su edad, ajuste socio-familiar positivo, óptimo nivel de autoestima, desarrollos del sentido común y psicomotrices de acuerdo a su edad, control interno de impulsos y no poseer fallas en atención y concentración.

El Licenciado en Psicología, Diego Gaitán, secretario del Colegio Profesional de Psicólogos de la Provincia de Santa Cruz, se refirió a esta cuestión, marcando que los suicidios no siempre se pueden prever, pero “sí siempre los aspirantes a iniciar el curso de agentes de policía tienen que realizar un apto psicológico”.

Precisó que los medios “han sido bastantes puntuales” con respecto a los hechos trágicos protagonizados por agentes de la fuerza santacruceña, pero que hay situaciones que ameritan una análisis más profundo. “Yo me acuerdo, no hace mucho salió que en El Calafate gran parte de los aspirantes no habían dado el apto psicológico, sin embargo, la cúpula policial le exigía a los psicólogos que le den el apto a más agentes porque tenían capacidad de formar más y los psicólogos que trabajan en la fuerza decían que no”.

Gaitán se refiere a lo que sucedió el año pasado, cuando apenas uno de cada cuatro aspirantes aprobó el examen psicológico en la villa turística, donde cerca de 200 jóvenes se inscribieron para ser agentes de policía, pero sólo un 25% aprobó el examen sobre sus facultades mentales.

Para el profesional, si la fuerza policial “los hacen ingresar o no de todas formas,  ya eso es responsabilidad de alguna manera de los jefes de los servicios, pero cuando un psicólogo dice que una persona no está apta, quiere decir que no está apta”

En efecto, un no apto psicológico significa nada más y nada menos que “esa persona no puede tener un arma ni tiene las aptitudes para un trabajo como el de policía, que es sumamente estresante, donde hay que tener paciencia y capacidad de negociación, o sea, son personalidades muy especiales para hacer agentes de policía”, marcó

El policía “tiene que saber negociar, tiene que saber escuchar, responder, no tiene que reaccionar, necesita una postura muy centrada por el trabajo que tiene” agregó el profesional, asegurando que los uniformados “están expuestos a radiación de agresión continua y ellos tienen que estar cuidados, por eso también nosotros desde el Colegio apoyamos la lucha de los agentes de policía cuando pelean por sueldos más dignos, porque eso hace a la mejor calidad de trabajo”.

Antecedentes sin tregua

Sin dudas el hecho que marcó a la provincia y que involucró a un agente de policía fue el de un uniformado que mató a su familia y se suicidó.

Sucedió en agosto de 2011 en El Calafate. El policía, de apellido Benítez de 28 años,  asesinó con su arma de fuego a su esposa, que estaba embarazada de unos siete meses y a sus dos hijos de 5 y 7 años, y luego se quitó la vida con su arma reglamentaria.

El hecho tuvo consecuencias para la cúpula policial, ya que la Justicia elevó un informe al entonces jefe de la Policía de Santa Cruz, Alejandro Martín, por las graves fallas que había en la institución.

“¿Nadie se dio cuenta si Benítez presentaba algún indicio que denotara inestabilidad en su personalidad o actitud extraña?” le había dicho entonces a TiempoSur el juez calafatense, Carlos Narvarte, que además denunció que no existía asistencia psicológica a los uniformados.

Los hechos no dieron tregua y en las primeras horas del 2012 otro suicidio volvió a marcar a la fuerza policial de la provincia, cuando se conoció la drástica determinación adoptada por  un efectivo en el interior de la subcomisaria de Cañadón Seco.

El 28 de marzo de ese mismo año, otro efectivo, de apellido Huanco y de tan solo 22 años, se quitó la vida en Caleta Olivia, de un disparo con el arma reglamentaria en su cabeza; y según se supo más tarde, habría estado bajo un importante estado depresivo.

El 28 de enero de este año el policía Lorenzo Espinoza, de 26 años,  se suicidó con su arma reglamentaria

El 13 de febrero, también de 2014, un comisario se mató de un disparo en la cabeza con su arma reglamentaria. Se trató de Alberto Vivar, de 39 años, jefe de la Unidad 5 de Bomberos de Caleta Olivia, que fue encontrado muerto en Piedra Buena.

NO hace mucho, el 4 de agosto, otro uniformado, de apellido Romero y de sólo 21 años, también haciendo uso de su arma reglamentaria tomó la decisión de quitarse la vida. Según se pudo saber el agente policial hacía aproximadamente tres años había llegado a Caleta Olivia desde la provincia de La Rioja.

“Las patologías mentales tienen un tratamiento, tienen un pronóstico, por ejemplo el estrés post traumático, las depresiones pueden ser tratadas y llegar a un fin de terapia exitosa y luego del atravesamiento del tratamiento esa persona puede evaluarse nuevamente y observar si está en condiciones” aseguró el liceciado Gaitán.