Deporte

Las chicas sólo quieren dirigir

Salió la primera camada de mujeres árbitros. Son Yocelin Neil, Melani y Tatiana Alba y Yamila Andrade. Están dirigiendo partidos de las Divisiones Inferiores de la Liga Independiente de los Barrios. Lo hacen en el rol de asistentes, aunque sueñan con ser árbitro principal en algún partido de Primera. El relato de todas coincide en cómo empezaron, se formaron y hasta en el trato que reciben.      

  • 26/02/2015 • 00:00

A fines del 2014 en una de las tantas reuniones que se celebraron y en la que participaron los dirigentes de la Asociación Independiente Fútbol de los Barrios y los delegados de los equipos que la conforman, se deslizó la idea. En aquel momento, nadie, por creencia u omisión, atinó siquiera a hacer un comentario opositor a esta iniciativa.

Entendiendo al fútbol como un deporte machista, aunque cada vez cediendo más terreno y camino a la igualdad de los sexos, pareció raro que la idea no haya generado siquiera lugar a un debate. Se aceptó la propuesta a la espera que Adolfo Cader, presidente de la entidad, y su grupo de trabajo le diera forma a lo que hasta ese momento era sólo un proyecto a futuro. Quizás esta tensa calma tuvo asidero también en la incredulidad de los contrariados con la idea que existan candidatas a ocupar las vacantes generadas. Pero aparecieron las primeras entusiastas en arbitrar un partido de fútbol. No cualquiera, de la Liga más convocante de la ciudad. Ya no había vuelta atrás, estaba la decisión dirigencial tomada y también las destinatarias de esta.

La primera camada de referato femenino barrial está integrada por cuatro jóvenes, en principio, con muchas ganas y pasión por lo que están haciendo. Ellas son Yocelin Neil (17 años), Tatiana Alba (14), Yamila Andrade (17) y Melani Alba (16). Si bien los ateos intentan justificar esta presencia femenina desde lo lúdico del fútbol, se equivocan. Ellas son profesionales en el cumplimiento del horario, en la vestimenta y hasta en los conocimientos. Su objetivo es desarrollar su tarea lo mejor posible, haciendo cumplir el reglamento en un ambiente de justicia imparcial. Esto, sabiendo también que las miradas críticas estarán todo el tiempo posadas sobre ellas. Por el doble hecho de ser árbitro y de ser mujer. Al menos, hasta que la sociedad futbolística crezca y tenga la debida apertura mental. La correspondiente a estos tiempos que corren. De batalla de los sexos perdida, y ganada a la vez, por ambas partes. De igualdad absoluta.

 

El origen de todo

La forma en que las cuatro se enteraron de esta posibilidad fue similar. Melani, la cuenta en primera persona. “Acompañando a mi abuelo a la reunión de delegados y en una charla que mantuvo él con (Adolfo) Cader, me enteré que iban a permitir el ingreso de mujeres al cuerpo de árbitros de la liga. En ese momento supe que era lo que quería hacer. Cuando empezaron con las inscripciones, me anoté”, dijo.

El efecto cadena le dio un mayor respaldo a esta idea. Desde el seno mismo de la Liga están más que conformes con el resultado de esta primera convocatoria y esperan poder repetir lo mismo para el segundo semestre de este año. 

 

La previa

Antes de salir a la cancha las chicas tuvieron que formarse en esto del arbitraje. A propósito de cómo fue el antes, Tatiana, señaló: “Estuvimos trabajando con Gerardo Delgado. Nos juntábamos todos los miércoles en la sede de la Asociación. Principalmente lo que hacíamos era leer el reglamento. El nos explicaba cada punto y respondía también nuestras dudas. Se hizo mucho hincapié en lo teórico. Lo que nos faltó, quizás, fue la parte práctica”. Todas pasaron por este período de aprendizaje. Después, con el conocimiento, llegó la hora de salir a la cancha. El debut de las cuatro fue en partidos de la categoría Sexta. Pero su ascenso fue rápido. En pocas fechas ya fueron designadas para encuentros de Quinta y Cuarta División.

La idea de éstas es poder seguir creciendo, existe la posibilidad que empiecen a formar parte, en breve, de las ternas en los partidos de Primera D. Pero la mayoría, sino todas, no se conforman con esto, aunque saben que es el camino que deben seguir para poder llegar a la meta. En relación a esto, Yocelin contó: “Ahora estoy concentrada en poder mejorar cada día. A largo plazo sueño con poder ser árbitro principal en un partido de Primera”. A su alrededor, sus compañeras siguieron esta confesión asintiendo con la cabeza. La cosa pasa por ahí entonces.

 

Trato igualitario

Nunca practicaron fútbol. Pero se reconocen fanáticas de este deporte, al que preferían al menos hasta hace un tiempo, seguir desde la distancia. Ahora la situación cambió. Forman parte de esto y lo hacen sin perder esa pasión que antes tenían. Esto pese a que el trato, o maltrato que reciben, es el mismo que sus compañeros. “Nos insultan tanto como a los varones. Es la parte más fea que tiene el arbitraje. Igual la aceptación y recepción fue muy buena”, finalizó Yamila.

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