“En forma permanente somos guardia mínima”, afirman técnicos de hemodiálisis

Enfermeros Técnicos en Hemodiálisis del Hospital Regional Río Gallegos, realizaron ayer una medida de fuerza ante la falta de respuestas por más de un año, de las autoridades de Salud a los pedidos de reconocimiento como especialidad, insalubridad y otras mejoras laborales.

Con el respaldo de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), los trabajadores de Hemodiálisis explicaron la modalidad de la medida, con una guardia mínima para garantizar los 32 tratamientos del día, aunque contaron que por el escaso número de profesionales especializados que exige, la guardia mínima es lo habitual del funcionamiento del sector.

Según indicaron, lo sensible del área hace que en los 17 años desde su creación en el HRRG, los trabajadores del sector no pudieran acompañar medidas de fuerza, con acción directa, porque no pueden ser reemplazados por otros enfermeros.

“En forma permanente somos guardia mínima”, afirmó Esteban Agüero, técnico del sector, al contar que “a lo sumo quedan cuatro enfermeros con 12 a 13 pacientes, sin contar que si hay que dializar en terapia, también tenemos que hacerlo nosotros, porque no puede hacerlo cualquier enfermero”.

Aseguró que llevó mucha discusión a los integrantes del servicio, decidirse a realizar medidas de fuerza, pero la causa principal es que el año pasado presentamos la serie de reclamos, de insalubridad, de área crítica, de trabajo diferenciado, porque necesitamos una capacitación diferente del resto, que es el manejo de las máquinas, que lleva tiempo y hoy también estamos brindando nosotros”.

Según indicó, en el servicio de Río Gallegos son 16 técnicos, y el número asciende a unos 24 en toda la provincia que hacen hemodiálisis, y a causa de que cuesta formarse, lo hacen entre los mismos técnicos con los ingresantes. En tanto, el servicio pasó de atender a unos 8 pacientes a unos 60 actuales, de seis al doble de máquinas, con la posibilidad de incorporarse cinco máquinas más.

Agüero dijo que la tarea del sector no es sólo la atención del paciente, sino que va desde el armado de las máquinas, la desinfección, la preparación de los filtros, esterilización, lavado: “Estamos trabajando con sangre, es algo muy delicado, y si hacemos mal alguno de esos procesos, el perjudicado es el paciente”, aclaró.

El trabajador aseguró que el sector presentó notas, siguió las vías jerárquicas correspondientes, esperó los tiempos administrativos, dijo exhibiendo el material presentado, con un pedido por el reconocimiento de la especialidad, la inclusión en la orgánica, los riesgos laborales, el tipo de estrés al que están expuestos, que puede ser verificado por las autoridades.

“No estamos pidiendo algo que no hacemos, y que no puede ser comprobado, tienen que venir y verlo” dijo Agüero, al tiempo que añadió que fue presentado en COPREL, la subcomisión de la paritaria, y que además al final de todo el circuito administrativo seguido, la única respuesta fue que era para tratar en paritaria.

Paritaria. Agregó el trabajador que “en una sola paritaria sectorial se hizo la mención del tema, por un error de redacción se mencionó mal al servicio y quedamos afuera de vuelta, en la próxima reunión se hizo la salvedad y se terminaron las paritarias, quedando sin respuestas”.

Contó que “todo eso empezó en marzo del año pasado, pasó todo este tiempo, volvimos a presentar notas, pidiendo audiencia para explicar lo que solicitamos, para poder llegar a la paritaria con propuestas”, hasta llegar a esta decisión.

Agüero lamentó que recién notificada la medida de paro realizada ayer, desde el Ministerio de Salud salió una convocatoria al sector, que recibió la Subsecretaría de Salud, aunque sin propuesta alguna, con lo cual la decisión fue avanzar con la medida, que podría ser profundizada en caso de seguir sin respuesta.

Con pocas expectativas ante la próxima paritaria, lo que señaló como “un desinterés total” de las autoridades, reclamó que sean atendidos los reclamos del sector, y no sea necesario llevar adelante nuevas medidas de fuerza, que en la situación del sector, de guardia mínima permanente, termina siendo una medida simbólica.