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Grasso destacó fiesta patria como la oportunidad del encuentro y la unidad

El Presidente del Concejo Deliberante a cargo del municipio encabezó el acto central del 25 de Mayo. En el desfile cívico militar destacó la presencia de la Banda y fuerzas armadas de Chile, junto a las locales. En el Tedeum el vicario de la Diócesis eligió para reflexionar una Encíclica papal que considera a la inequidad como la raíz de todos los males sociales e interpela a políticos y empresarios.

  • 26/05/2015 • 00:00
El presidente del Concejo Deliberante a cargo de la intendencia, Pablo Grasso, revista tropas para desfile. (Foto C.G.)
El presidente del Concejo Deliberante a cargo de la intendencia, Pablo Grasso, revista tropas para desfile. (Foto C.G.)

Gran cantidad de vecinos se dio cita ayer en la avenida Néstor Kirchner para presenciar el acto oficial que organizó la Municipalidad de Río Gallegos, para festejar el 205 aniversario del Primer Gobierno Patrio, encabezado por el presidente del Concejo Deliberante a cargo de la intendencia, concejal Pablo Grasso.

En el desfile cívico militar, junto a la Banda del Regimiento local, tuvo especial participación la Banda Militar y formaciones de las fuerzas armadas de Chile, que desplegaron distintas piezas de los cancioneros populares de ambos países y amenizaron el paso de las escuelas, organizaciones y fuerzas armadas y de seguridad locales y del vecino país.

Grasso estuvo en el palco junto al resto de sus pares, diputados provinciales, funcionarios de los gabinetes provincial y municipal, representantes del Poder Judicial y de las fuerzas armadas con asiento en nuestra ciudad.

Al dirigirse a los presentes, el edil destacó a las fechas patrias como oportunidad de encuentro y unidad, en este caso para recordar cuando hace 205 años fue iniciada la construcción de este país soberano.

Grasso resaltó la participación popular, y dijo que “no únicamente lo llena a uno de orgullo, sino además de compromiso de seguir representando los intereses generales de una población”.

“A veces lo puede hacer bien o lo puede hacer mal, pero siempre con las bases de aquellos primeros habitantes de este pueblo argentino que pensaron en tener un país mucho más justo y libre”, reflexionó.

Grasso convocó “con aquel 1810, con el primer Gobierno Patrio, en poder conformar vecinos y vecinas, por los intereses generales de una población, en la medida que fue pasando el tiempo habiendo gobernado diferentes grupos, tanto políticos como militares, hoy nos podemos dar el lujo de estar todos juntos construyendo una Argentina para todos”.

El edil destacó la posibilidad de interactuar con la República hermana de Chile en estos actos de neto patriotismo, en tanto refirió la responsabilidad de poder dirigir ese mensaje, al tiempo que aludió a las próximas instancias electorales, como la posibilidad de seguir fortaleciendo cada vez más nuestra democracia, nuestro patriotismo y teniendo bien arriba la bandera que nos une, que es la celeste y blanca”.

 

Homilía. Antes de llegar al escenario del acto central ubicado en Kirchner y San Martín, de espaldas al monumento al General Julio Argentino Roca, los funcionarios habían participado del solemne Tedeum en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora de Luján”.

El nuevo vicario de la Diócesis, padre Fabián Videla, pronunció la homilía en ocasión de esta fecha patria, para la que eligió pasajes de un oportuno mensaje contenido en una Encíclica del Santo Padre Francisco, que los presentes escucharon atentamente.

Se trató de un mensaje en el que destacó la preocupación papal por la economía y la distribución del ingreso, que considera centrales para el futuro de la humanidad, la equidad y la pobreza.

En su exhortación apostólica, Francisco da un mensaje a dos actores fundamentales para el desarrollo integral de los pueblos, los empresarios y los políticos.

Destaca que “la necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no solo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que solo puede llevarla a nuevas crisis. Los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras”.

“Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo, y en definitiva, ningún problema”, exhortó.

En la encíclica papal destacó la definición en el sentido que “la inequidad es la raíz de los males sociales” y que “la dignidad de cada persona y el bien común, son dos cuestiones que deberían estructurar toda política económica, pero a veces parecen sólo apéndices, agregados para completar un discurso político, sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo social”.

Habló de palabras molestas para este sistema: ética, solidaridad mundial, distribución de los bienes, preservar las fuentes de trabajo, dignidad de los débiles, Dios que exige un compromiso por la Justicia, o que “muchas veces sucede que estas palabras se vuelven objeto de un manoseo oportunista que la deshonra”. Mientras que “la cómoda indiferencia ante estas cuestiones vacía nuestra vida y nuestra palabra, de todo significado”.

 

A empresarios y políticos. La encíclica papal resaltó el mensaje a los empresarios, considerando que el crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos, específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, creación de fuentes de trabajo y promoción integral de los pobres, que supere el mero asistencialismo.

Enfatizó que “la economía ya no puede recurrir a remedios que son un mero veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad, reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos”.

También, en su mensaje el Papa pide a Dios, “que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a salvar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo”.

Rogó por más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres: “Es imperioso que los gobernantes y los poderos financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas que procuren trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos.