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La iglesia pidió una firme voluntad y decisión para solucionar el conflicto

En una reflexión del Obispo y los Párrocos de la ciudad de Río Gallegos, describieron el panorama como “desolador” y solicitaron al Ejecutivo municipal y al SOEM “que se retomen las mesas de diálogo, que se muestre ante los vecinos que se buscan soluciones en conjunto y acorde a las posibilidades que se tengan y se puedan dar”.

  • 03/07/2015 • 10:36
El Obispo le pidió un fuerte compromiso a las partes involucradas. (Archivo).
El Obispo le pidió un fuerte compromiso a las partes involucradas. (Archivo).

La iglesia local en su conjunto con la firma de todos los párrocos y con el obispo de Santa Cruz y Tierra del Fuego Miguel Angel D’Annibale a la cabeza, pidió ayer decisión y voluntad a las partes para solucionar un conflicto que ayer cumplió cien días desde la asamblea que definió iniciar el reclamo.
En una carta dirigida a la comunidad, pero que tranquilamente podría ser leída como un mensaje directo al Poder Ejecutivo municipal y al Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM), los integrantes de la iglesia católica reivindicaron el “legítimo derecho a peticionar por un salario justo que permita vivir con dignidad y sostener a la propia familia”.
“Sin embargo –aclararon- un paro de estas características influye directamente en el funcionamiento de la ciudad y en la vida de los vecinos que habitamos en ella. Si bien se hacen esfuerzos para cubrir las necesidades mínimas de recolección de basura o de limpieza de tuberías, da mucha tristeza ver una ciudad sucia, con canastos y volquetes repletos de bolsas de residuos, con desbordes cloacales y calles destruidas, con semáforos que no funcionan y roedores que impidieron en algunas escuelas el normal funcionamiento de las clases”.
 
“No se vislumbra ninguna salida”- Más adelante afirmaron “en estos últimos días tuvimos que convivir con la quema de neumáticos que está prohibida en la provincia de Santa Cruz por Ley Nº 3316, generando un humo tóxico que afecta gravemente las vías respiratorias de las personas que están cerca de esos acontecimientos (especialmente niños y ancianos) como a los mismos manifestantes que las prenden”.
“Y –siguieron- como lamentablemente sucede en estos casos, son los más pobres y los que menos tienen los que sufren las consecuencias de esta situación” por lo que “los dirigentes sindicales se acercaron al Obispado para pedirme que  ayude para destrabar el conflicto y como facilitador del diálogo mantengo hasta hoy  conversaciones con los distintos interlocutores buscando que se encuentren para dialogar”.
Según recordaron, “hubo esperanzas de solución cuando se mantuvieron reuniones en el municipio y en la Justicia, pero los días pasan, ya llegamos a 100 días de conflicto y no se vislumbra ninguna salida. Esto preocupa mucho”.
“Frente a este panorama desolador el pedido que realizo junto a todos los sacerdotes párrocos de la ciudad, es que se retomen las mesas de diálogo, que se muestre ante los vecinos que se buscan soluciones en conjunto y acorde a las posibilidades que se tengan y se puedan dar, que haya verdadera voluntad de encontrar una solución y se acepten de ambas partes propuestas que pongan fin a este conflicto que vivimos”, manifestaron.
 
Pidió compromiso a las partes- Ya en palabras de D’Annibale, el comunicado expresa: “Recuerdo una vez más -como lo dije en estos días- que en un diálogo ceder no es perder, sino que ceder es estar dispuesto a encontrar una salida que beneficie a las partes y al conjunto con la que esas partes están vinculadas” y añadió: “Estoy dispuesto con los sacerdotes de la ciudad a seguir haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para que se encuentre una solución. Pero somos muy conscientes que si no aparece en las partes involucradas en el conflicto -las autoridades municipales y los miembros del SOEM- y quienes además puedan ayudar a nivel provincial y nacional, una firme voluntad y una sostenida decisión de solucionar este conflicto, los demás seguiremos mirando desde afuera y lamentando consecuencias”.
Finalmente, invitaron a “todos los creyentes de las diversas confesiones religiosas presentes en la ciudad a elevar juntos nuestra oración confiada al único Dios para que fortalezca, ilumine y conceda la salida definitiva a este conflicto”.
La misiva fue firmada por Miguel Angel D’Annibale, obispo de Río Gallegos y sacerdotes párrocos: Fabián Videla de Sagrado Corazón; Antonio Rant de la Catedral y de San Jorge; Miguel Angel Robledo de San Juan Bosco y de San José Obrero; Sergio Soto de Nuestra Señora de Fátima y de María de Nazaret; Rubén Hipperdinger de Nuestra Señora del Carmen; Carlos Angel de María Madre de la Iglesia;  Carlos Manuel Rastellini de Inmaculada Concepción; Sergio Latini de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás y de San Cayetano; Fabián Gili de San Vicente de Paul y de San Benito.