Deporte

Entre ilusión y realidad

Así está el fútbol de Río Gallegos, dividido entre lo que es y lo que quiere volver a ser con un torneo de Primera División que terminó con un puñado de equipos y escasos espectadores, remando contra el fútbol barrial cada vez más masivo. La próxima temporada será crucial.

  • 28/07/2015 • 09:51
La Liga Sur tendrá una temporada crucial.
La Liga Sur tendrá una temporada crucial.

Si el fútbol es una fábrica de ilusiones que renueva su stock ante cada comienzo de torneo, es inútil navegar en contra de esa corriente.

Pero después, cuando la pelota empieza a rodar, todo está igual, y vuelve la sorda lucha entre la cruel realidad y esa pura ilusión del hincha o dirigente. Se ve en cancha de Defensores y Boxing cada domingo.

Pasan los partidos, pasan los torneos y lo único que queda es la ilusión de que nuestro fútbol mejore; la ilusión de descubrir algún pequeño crack que nos invite a soñar y la ilusión de que algún día la gente se identifique con algún equipo para no ver las canchas semivacías con jugadores que, por poco, no tienen ni a quien dedicarle su gol. Ese que tanto esfuerzo les cuesta…

 

Siempre vuelve

Nada importa. A priori, la ilusión siempre vuelve a ser grande y los incondicionales de siempre volverán a las tribunas. Perdón, volverán con sus autitos para brindar su apoyo pese a todo.

A decir verdad, vale decir que la ilusión se transformó en un apoyo incondicional para unos pocos.

Sí, así funcionan los códigos futboleros. Y los de Boxing, Defensores y Boca Río Gallegos (protagonistas de los últimos torneos) no fueron menos. Pero la contestación, desde la cancha salió diferente.

En el cruce de la realidad y la ilusión, volvió a ganar la realidad. Los partidos fueron sólo una floja confrontación, complicada con juego con escaso talento y deslealtades. No resultó diferente la primera experiencia en ningún caso.

 

Sí, siempre está

Esos pocos incondicionales abriga siempre una ilusión doble: ver el progreso de su equipo y ratificar la proyección de algún crack que siempre hay en cada club, la joyita que asoma de a poquito.

Algunos hasta se van conformes con el empate. Aunque sepan que sumar de a uno no sirve para la estadística general. Porque “uno está más cerca de cero que de tres”, diría con razón Pitágoras.

El torneo parece quedó en manos de Boxing nuevamente, aunque Boca, Hispano y Defensores no se resignen porque al fin y al cabo el campeón, en este caso, no sacó una diferencia abismal y para pelear alcanza con tener un equipito más o menos armadito y un poco de estado físico.

 

La pasión siempre está

A fin de cuentas, lo mejor del fútbol es el sentimiento que alberga. Y una prueba se dio en cancha de Boxing, sobre el final mismo.

Después de anotar el gol del campeonato, los jugadores de Boxing celebraron con tanta pasión y énfasis que a todos nos dio ganas de que atrás del arco hubiera habido más personas que miraban cómodamente y apenas gritando el gol.

En este momento de receso, mientras la dirigencia de la liga intenta rearmar un torneo medianamente interesante, vale recordar que son díscolas las ilusiones, no se resignan.

Volverán hoy mismo. Quizás eso explique el fenómeno popular inigualable que expresa el fútbol.

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