Evoluciona el bebe quemado mientras peleaban sus padres

El hecho sucedió en la madrugada del 9 de noviembre, en la localidad de Puerto San Julián, cuando los progenitores del pequeño mantenían una fuerte pelea, ocasión en la que el hombre de profesión policía habría pateado una botella de alcohol lo que hizo que tanto la madre como el bebé sufrieran quemaduras.

Desde ese día, los heridos se encuentran en el Hospital Regional de Río Gallegos, aunque sólo el bebé en calidad de internado ya que fue el que se llevó la peor parte.

Aún no está claro cómo se dieron los hechos en la vivienda de calle Urquiza, razón por la cual preventivamente se realizaron actuaciones para dirimir que responsabilidad le cabe a los progenitores.

TiempoSur pudo conocer ayer que el bebé mejora notablemente, sobre todo en las lesiones que sufrió en su rostro, que sus manos son las más complicadas y por ello no se descarta que pueda llegar a ser sometido a un procedimiento de injerto de piel.

El hecho de violencia doméstica que pudo haber terminado con la vida del pequeño ameritó que rápidamente la Justicia y la Defensoría del Menor actuaran para proteger a la criatura, estableciendo una Medida Cautelar para que el padre no pueda acercarse al hospital, en tanto que la madre, sólo lo tiene permitido porque le da la teta.

La causa penal se instruye en la localidad sanjulianense, pero no fue allí donde se llevaron a cabo las actuaciones en procura de preservar al bebe. Así están las cosas, la Cautelar fue interpuesta por los profesionales de esta capital hasta tanto se sepa que sucedió realmente.

Vale mencionar que la mujer se habría negado a denunciar a su pareja por lo sucedido, debido a que manifestó que “fue una discusión” entre la pareja y que no habría sido intencional que el bebé resultara lesionado.

En este punto, es preciso señalar que la actuación de la Defensoría del Menor buscará establecer quién causó tamaña agresión a la criatura por acción u omisión. Hace algunas semanas, el fallo por la muerte de Abigail, evidenció que para los jueces sus padres, Karla Orellano y Carlos Tortello nunca tuvieron la intención de matar a su beba, e incluso se probó que no la golpeaban de manera deliberada, sino que “estaban inmersos en una relación violenta en la que dejaron a su hija en el medio pagando una consecuencia mortal”.