Agua

A pesar de que no hay ley, avanza el inventario de humedales en Argentina

Los humedales son un regulador fundamental para eventos meteorológicos extremos, son esponjas que absorben agua y evitan anegamientos e inundaciones y aportan tanto oxígeno como los parques en ambientes urbanos. Aunque en la Argentina el Congreso no debate una ley para proteger estos ecosistemas, avanza el inventario que permitirá conocerlos con más detalle.

10/03/2019 • 11:07

Por el momento, el grupo de expertos que trabaja en el reporte terminó el primer nivel de la investigación y determinó que el país cuenta con 11 regiones de humedales. El estudio, que se hace como el registro de los glaciares, utiliza imágenes satelitales que, luego, deben ser verificadas en el terreno.

"A pesar de su importancia, en la actualidad la existencia de los humedales se halla seriamente comprometida en distintas partes de nuestro planeta. A nivel mundial se estima que su degradación y pérdida está ocurriendo más rápidamente que la de otros ecosistemas. El aumento de la población y el creciente desarrollo de la economía han sido los principales generadores indirectos de la degradación y pérdida de humedales costeros y continentales.", sostiene el reporte científico.

En este contexto, los humedales urbanos juegan un rol central para las ciudades, como Buenos Aires. "El servicio ecosistémico más importante es la atenuación de las inundaciones porque son como esponjas. Cuando se producen las lluvias extremas, reciben el agua que sobra en otros lugares. Es por eso que es fundamental contar con estos espacios y protegerlos. Hoy el agua en las ciudades desagota por caños, no hay superficies de absorción y después ocurren cosas como lo que sucede en la cuenca del Luján", explicó Nadia Boscarol. experta de la Fundación Humedales.

"Si bien Buenos Aires es una de las ciudades más grandes del mundo, podemos encontrar inmersos numerosos humedales. Esto no es casualidad, ya que la zona donde se encuentra emplazada se caracterizaba -antes de la urbanización- por sus suelos inundables en torno a los arroyos que la atraviesan: Medrano, Vega, Maldonado y Matanza – Riachuelo y por su gran frente de costa ribereña", indicaron a Infobae en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.

En la dependencia indicaron que algunos de esos sitios, de creciente reconocimiento y valoración son el Parque Natural Lago Lugano (36 ha), la Reserva Ecológica Costanera Norte (18 ha) y la Reserva Ecológica Costanera Sur (350 ha). En ellos se prioriza, según lo indica la ley, la conservación de los ambientes que reinaron en estas latitudes pertenecientes a las ecoregiones pampa, delta e islas del Paraná y espinal.

"Los humedales tienen un valor intrínseco, pero también cumplen un importante rol en el ecosistema donde vivimos. Son perfectos reservorios de agua dulce; amortiguan el impacto de las fuertes lluvias, evitando la degradación de las costas y suelos; la vegetación típica absorbe enormes cantidades de dióxido de carbono, y retiene metales pesados disueltos en el agua conocido como fitorremediación", indicó Eduardo Macchiavelli, ministro del área.

Ensayos de fitorremediación se realizan en el lago Lugano, que forma parte de la cuenca Matanza-Riachuelo, por ejemplo. Adri Magnetti, estudiante de Ciencias Biológicas y responsable de la reserva de Ciudad Universitaria, destacó la funcionalidad de los humedales naturales. "La Ciudad está dentro de la región denominada Pampa Húmeda. En sentido estricto es continente. En la metrópoli casi no quedan humedales naturales porque la mayoría de los arroyos corre entubado y sus desembocaduras fueron alteradas por la rectificación del Riachuelo. Sin embargo, los que quedan tienen un valor fundamental. El arroyo Raggio es el único humedal con dinámicas naturales (no se ha rellenado ahí), al igual que en la reserva de la Costanera Norte. Y todas las desembocaduras del Ugarteche, el Medrano y el Cildáñez a cielo abierto, a pesar de estar rectificados, el gran valor es que mantengan las orillas con vegetación porque ahí es donde absorbe y filtra el agua", explicó y lo diferenció de la Costanera Sur o del Lago Lugano en donde intervino la mano del hombre.

Magnetti recordó que los humedales eran el paisaje natural de Buenos Aires hasta 1830: "Había ríos y arroyos con sus bañados y juncales. Las crónicas cuentan que las aves de los humedales formaban bandadas como armando nubes. En el Bajo Flores, por ejemplo, todo lo que está desde Dellepiane hasta las barrancas de La Boca, se inundaba con todas las sudestadas. Lugano, Soldati, Mataderos, con el Cildáñez o Villa Luro y Liniers eran zonas completamente inundables. el cambio de fisonomía tiene que ver con que se quería construir en esos lugares. Eso no significa que hoy vayas a tener un carpincho, un coipo o un lobito de río en una acequia, por ejemplo, pero vas a tener un flujo de nutrientes en el suelo, va a renovarse el agua y esos cuerpos de agua tendrán también un recambio. Es como un efecto de cadena de favores que cambia mucho la dinámica", dijo.

Fuente: Infobae. 

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