Hablemos de humedales
El pasado 26 de enero se conmemoró el Día Mundial de la Educación Ambiental y la celebración se origina en 1975, año en que se realizó en Belgrado el “Seminario Internacional de Educación Ambiental”, donde expertos de más de 70 países analizaron la situación ambiental mundial. De este encuentro salió la “Carta de Belgrado” que establece la meta, objetivos y directrices básicas de la educación ambiental en el futuro.
La frase “Educación Ambiental” (EA) fue definida por el Dr. William Stapp de la Universidad de Míchigan en 1969. En este marco el docente Ricardo Luis Mascheroni explicó que responde a una serie de objetivos:
- Ayudar a los grupos sociales a que adquieran conciencia del ambiente en general y de los problemas.
- Ayudar a adquirir valores sociales y a participar activamente en su protección y mejoramiento.
- Ayudar a evaluar medidas y programas de EA en función de factores ecológicos, políticos, sociales y educativos.
- Ayudar a las personas a desarrollar su sentido de responsabilidad y la necesidad de atender los problemas del ambiente, para asegurar que se adopten medidas adecuadas al respecto.
En Argentina la Ley General del Ambiente Nº25.675, dispone: Artículo 14 “La Educación Ambiental constituye el instrumento básico para generar en los ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, y mejoren la calidad de vida de la población”. Asimismo, en su Artículo 15 “La EA constituirá un proceso continuo y permanente, sometido a constante actualización que, deberá facilitar la percepción integral del ambiente y el desarrollo de una conciencia ambiental”.
La EA nunca terminó de plasmarse en toda su magnitud –expuso-, ya que quizás algunos intuyan muy riesgoso poner en manos de la comunidad una herramienta poderosa, impulsora del cambio de conciencias y paradigmas, y generadora de una contracultura al modelo globalizado y de desarrollo imperante. Mientras pasan los años –continuó explicando- el tiempo perdido es invalorable, y a la sociedad se la entretiene con fraccionamientos de saberes, pero que ninguno alcanza la dimensión de la EA, en su penetración transversal a todas las ciencias, y quehaceres. La EA es una manera genuina de hacer cultura, entendida como mecanismo de inserción al medio.
Es por esto que expresó que la EA en la explicación de la crisis planetaria se erige en una aventura al saber, al conocimiento y sobre todo a la participación y al compromiso. Es una educación para la libertad, y un impedimento para que toda una generación de jóvenes siga siendo sacrificada en el altar del mercado, por fuerzas y poderes ajenos a sus prioridades e intereses. Ante eso plantea “tampoco debemos entender a la EA como incorporación de un bagaje de datos o informaciones sobre los ecosistemas o el ambiente, que reproduzca los conocimientos tradicionales, sino que debe constituirse en una dinámica para la construcción colectiva de una sociedad distinta, a través de pergeñar nuevos valores y paradigmas”.
Los principios de la EA –manifestó- deberían ser una herramienta de rebelión, un instrumento de la tolerancia y el encuentro entre humanos, que permitan no sólo mirar, sino fundamentalmente ver. “El que no sabe es como el que no ve”, en consecuencia si no sabemos y no vemos, no estamos en condiciones de enfrentarnos con éxito a políticas, tecnologías y procesos, que en un tiempo pueden afectar la vida y su calidad, señaló.
Nuestros recursos
El Dr. Gustavo Menna, Diputado Nacional por la provincia de Chubut (UCR), hizo mención al tratamiento en el Congreso de la Ley de Humedales.
Comentó que él integra la Comisión de Recursos Naturales y Preservación del Medioambiente. Teniendo los temas ambientales siempre presentes fue autor de varias iniciativas “algunas de las cuales son vacíos legislativos que tenemos pendientes tanto en Nación como en las provincias”, dijo.
Esto lo ejemplificó con una Ley de Presupuesto de Evaluación de Impacto Ambiental o una Ley de Acciones Colectivas, para regular la figura de los amparos colectivos y acciones colectivas en general, que fueron reconocidas en la reforma constitucional del Artículo 43 párrafo D, de la Constitución y que presentan algunas complejidades. Continuó explicando que algo de eso es la dificultad en identificar quién es el legitimado, la persona que tiene el derecho para tomar la acción cuando se gestiona un derecho colectivo, que no es de nadie en particular. “Éste es el caso más notorio. Es algo que hay que legislar”.
Siguió mencionando que en la vieja Ley de Humedales “hay un vacío y nosotros somos co-autores con Brenda Austin y Ximena García de un proyecto de ley que se trató, sobre la base de éste y otros proyectos, del diputado Leonardo Grosso, Camaño y Estévez de Santa Fe”. Mencionó que la Comisión emitió el año pasado el dictamen y “nosotros aportamos algunas disidencias parciales” y ahora está pendiente que lo traten otras comisiones, como Agricultura, Intereses Marítimos y Presupuesto y Hacienda.
Por qué es necesaria una Ley de Humedales
Los humedales son una reserva de biodiversidad. Son ambientes, con abundante agua, en zonas costeras, o centrales y en todas las provincias. Son un factor fundamental para sostener la biodiversidad para conservar los suelos, para evitar la erosión de espacios terrestres, muy importantes en la Patagonia. Para preservar las costas.
“El problema que tenemos –mencionó Menna- si bien hay una norma que es un convenio internacional del cual Argentina es parte (RAMSAR), esa norma quedó desactualizada y necesita en primer lugar una actualización más precisa de qué es un humedal”. Añadió que a veces uno piensa humedal y se imagina bañados, esteros, espacios en el litoral argentino. “Esa idea de la Patagonia como una estepa. Sin embargo, acá también hay humedales y también lo que queremos es que haya conciencia en la zona. Entonces es la definición; hacer un inventario de humedales, saber dónde están, identificarlos (la ley da un plazo de dos años) y luego hacer un ordenamiento territorial, es decir definir según el tipo de humedal, qué actividades están permitidas y prohibidas, para preservarlos”.
Mencionó que la ley también establece criterios de autoridad de aplicación de fondos para llevar adelante el proyecto, y al respecto apuntó: “Ojalá se pueda avanzar”.
La sociedad y el medio ambiente
“Creo que la sociedad sí tiene en cuenta el medio ambiente”, señaló el legislador nacional, agregando: “Es un tema que no tiene toda la atención de las autoridades públicas. Si bien se ha ido avanzando, con leyes por ejemplo de Glaciares y de Bosques, toda esa normalidad ha ido lenta de los hechos, como la tala de bosques con el avance de la frontera agrícola, en las provincias del norte”.
Rememoró que la provincia de Salta fue un caso demostrativo de esto, en donde se perdieron miles de hectáreas de bosque nativo y plantado, las autoridades no prometieron la protección de los bosques. De eso surgió que haya mucho activismo social, que llegaron a un fallo de la Corte, como el caso Salas y la Ley de Ordenamiento Territorial.
Pese a todo eso, lamentó, el año pasado se aprobó por ley un acuerdo internacional muy importante en materia de ambiente, que establece compromisos y reconoce a personas en materia de acceso a la información pública ambiental, a la justicia ambiental y a la participación en la toma de decisiones ambientales. Al respecto, consideró esto como muy importante por tratarse de un proceso participativo: “Se avanza en la normatización, no tanto en su aplicación, pero bueno se ha podido avanzar y creo que todavía hay mucho pendiente”.
No obstante, señaló que también en esto ha habido muchos tropiezos: “Yo recuerdo que hace unos 6 años, cuando Chevron e YPF firmaron un acuerdo para desarrollar inversiones en Vaca Muerta, donde se labraron cláusulas de confidencialidad lo que limita el acceso a la información ambiental, ahí tuvo que intervenir la Corte”. Sobre este punto mencionó que esto fueron “cosas que no están normatizadas. Falta que se haga cargo la gente y las autoridades”.
Manejo de los residuos
Consultado sobre si cree que a nivel país se realizan buenas y efectivas prácticas para el manejo y el reciclaje de los residuos, el diputado Menna indicó: “Es complejo porque por esa diversidad jurisdiccional tenemos que hablar de qué tipo de residuos se trata: Los patológicos, los desechos industriales o si son urbanos. Tiene que ver mucho con la regulación local e incluso municipal”. Ante eso consideró que ahí es importante resaltar estándares mínimos. “La Constitución hizo que la regulación ambiental superara esas diferencias y que las jurisdicciones tuvieran un presupuesto mínimo. Yo creo que ahí hay mucho pendiente. Hay algunas iniciativas importantes, para reducir el uso de plásticos que no se reciclan, los de único uso.
Hay que ir avanzando en esa normativa y todo lo que es tratamientos, reciclaje y demás, dependen mucho de los ámbitos municipales y locales”, puntualizó.
Parque Eólico Madryn
Energías renovables
Sobre los proyectos que tienen bajada a las provincias del sur argentino principalmente sobre inversiones en energías renovables señaló que ese tema está regulado por una ley nacional, de Energías Renovables, la que tuvo una reforma muy importante, que trazó un camino, que cuando se aprobó en la Argentina las energías renovables representaba el 0,5% de la energía producida en el país. Esa ley estableció como medidas llegar al 8% de la matriz energética para el año 2018 y al 20% en el 2025.
El gobierno del ex presidente Mauricio Macri –dijo- puso en ejecución esa ley e hizo lo que había que hacer, que es licitar el desarrollo de Parques a través de la inversión privada. “El Estado lo que hace es comprometer la compra durante 20 años a un precio que surge de esas licitaciones y eso permitió que en 4 años pudiéramos superar el 8% que decía la ley”.
Consideró que más que de las provincias ésta depende de una gestión nacional, y hay lugares que tienen ventajas para el aprovechamiento eólico, como el caso de Santa Cruz y Chubut. Y otros para el solar como las provincias del noroeste.
Comentó que la provincia del Chubut ha absorbido prácticamente el 25% de las potencias instaladas renovables. Santa Cruz también tiene los suyos, más que hace poco se inauguró un parque de más de 200 megas en la zona de Cañadón Seco: “Creo que eso ha sido una revolución en todo esto en la Argentina desde 2016 al 2019”.
En este contexto agregó: “Ahora hay que seguir por ese camino. El presidente Fernández no tomó decisiones que vayan en ese camino. Por ejemplo la Subsecretaría de Energías Renovables fue degradada a Dirección y muchas obras, sobre todo de transporte eléctrico que son necesarias para poder seguir con el desarrollo de renovables, que se encuentran al límite en cuanto a transporte y sistema”. Continuó indicando que hoy se podrían instalar muchos más parques, “pero no tenemos un punto de acceso al sistema. Es necesaria una obra, una estación transformadora, que en Santa Cruz está en Pico Truncado”, graficó. Y sostuvo: “Es como si quisieras entrar a una autopista, pero necesitás un punto de acceso. Si no lo tenés cerca, tenés que hacer 100 kilómetros para atrás y se te vuelve antieconómico, y acá pasa lo mismo. Acá está el foco de la cuestión, no tenemos puntos de acceso. Entonces la capacidad está colmada y eso frustró hace pocos días una inversión muy grande de casi 200 millones de dólares, de un grupo extranjero; un parque de 100 megas para la zona de Pampa del Castillo porque no hubo licitación desde el Gobierno nacional. Hay que hacer infraestructura para seguir desarrollándola”.
Basura de la pandemia
Entendedor del tema se le consultó al Diputado nacional qué sucede con los barbijos, tapabocas y todos estos nuevos elementos desechables que se utilizan para la protección. Vale mencionar que estudios ya evidencian que los barbijos y guantes plásticos están contaminando los mares. Sobre si es posible hacer un buen manejo de éstos expresó que los patógenos tienen normas específicas que regula cada autoridad local. Si bien sostuvo que no puede hablar por el caso de Río Gallegos por lejanía, en general las ciudades tienen normas y una empresa habilitada para recolectar y que los traten en hornos pirolíticos.
En cuanto a sus proyectos en agenda mencionó que están relacionados al dióxido de carbono y la sustentabilidad ictícola: “Hay varios en marcha. Creo que también es muy importante que se trate, que este año se vence, la Ley del Hidrógeno. Nosotros proponemos prórroga porque en realidad nunca entró en vigencia real y efectiva. Pero también introducir modificaciones para revisar el hidrógeno verde”. Se trata de un vector de energía es un combustible que da una huella 0 de C. El hidrógeno se produce de separar la molécula de agua, del oxígeno, mediante un proceso de electrólisis, es decir, con energía eléctrica. Si esa energía se hace de fuentes renovables la generación de carbono en todo el proceso es 0. Y el mundo está viviendo una transición de la movilidad basada en combustibles fósiles hacia una movilidad eléctrica con la menor huella de carbono posible.
En países de Europa han sacado leyes que prohíben a partir de los próximos 10 años los autos a combustible. Pronto todos serán eléctricos (Noruega y Dinamarca) donde el transporte público es eléctrico. En esos mundos el hidrógeno verde es fundamental. De hecho, los Juegos Olímpicos en Tokio iban a ser absolutamente movidos por hidrógeno hasta la llama olímpica iba a funcionar con energía eléctrica.
“Nosotros tenemos posibilidad de eso. De hecho hay una empresa cerca de Comodoro Rivadavia que produce hidrógeno verde de sus aerogeneradores. Ésta necesita también un marco legal para mitigar el cambio climático, para bajar la emisión de gases y del efecto invernadero y a la vez una oportunidad de negocio para el país, generar trabajo y exportar energía”.
¿Sabías que…?
- La biodiversidad abarca aproximadamente los 8 millones de especies en el planeta, los ecosistemas que las albergan y la diversidad genética entre ellas.
- En los últimos 150 años, la superficie de arrecifes de coral vivos se ha reducido a la mitad.
- Dentro de la próxima década, una de cada cuatro especies conocidas podría extinguirse.
- Se necesitarían los recursos de 1,6 planetas Tierra para satisfacer a los humanos cada año.