Informe Especial

El largo y sinuoso camino de Leandro Álvarez para llegar al Grammy

Leandro Álvarez nació en Río Gallegos, ganó un premio Grammy y triunfa como productor musical de nivel internacional. Su talento trascendió fronteras, pero antes que eso, tuvo que transitar un largo camino. Fue bailarín folklórico, percusionista, músico callejero, tocó con Los Carabajal, se presentó en pequeños y grandes escenarios. Subió, bajó y la peleó en un recorrido sinuoso. En el devenir de su ascenso, además de su talento, hay personas imprescindibles. Una historia de esfuerzo y sueños cumplidos en un Informe Especial de TiempoSur.

  • 20/01/2025 • 17:00
El largo y sinuoso camino de Leándro Álvarez para llegar al Grammy
El largo y sinuoso camino de Leándro Álvarez para llegar al Grammy

No es casualidad que Leandro Álvarez viva en Los Ángeles (EEUU), que grabe en los mejores estudios y tenga en la lista de sus trabajos, por ejemplo a el Chango Spasiuk, Los Nocheros, Topa, Raúl Lavié, es producto de su talento y de su esfuerzo, tal como se desprende de su historia.

Ganador del Grammy en 2024 y también varias veces nominado Grammy latino por diferentes trabajos como productor musical, Ciudadano Ilustre de Río Gallegos, “el reconocimiento que más me conmovió”, expresó a TiempoSur y reconocido por el Congreso Nacional por su aporte a la cultura, Leandro está dejando una huella imborrable.

“No me sorprendió y no se va a quedar ahí, Leandro tiene el talento y las condiciones para seguir creciendo”, asegura Fernando Zurutuza, su maestro más querido. El amor por la música y el folklore se gestó en su niñez, cuando en la escuela Nuestra Señora de Fátima, inició clases de baile folklórico como actividad extraescolar.

“Quedé encantado y muy pronto comencé clases particulares en el Instituto de Paquita Mendoza que estaba bajo la tutela del Ballet Brandsen y de ahí en adelante no paré más”, relata Leandro a TiempoSur.

Y de ahí en más, el niño, el adolescente y después el joven, comenzó a competir en danza folclórica, en los intercolegiales de música y folklore, a presentarse en actosescolares, espectáculos, peñas y recorrer la provincia. “Me gustaba mucho, bailar era mi vida”, recuerda.

“Mi mamá me acompañaba. Si andaba mal en la escuela, mi abuelo me sacaba el folklore y entonces mi mamá me llevaba a escondidas”, cuenta Leandro que fue criado por sus abuelos Sergio y Mercedes. El hoy exitoso productor musical comenzó con el baile y después se apasionó por la percusión. En este camino están los profesores que sembraron en él, más amor por la música y más pasión, que le mostraron un abanico de múltiples opciones y que el mundo de los acordes, era infinito: como Elda Mancini, Verónica Cruces y muy especialmente Fernando Zurutuza, sobre el que asegura: “marcó mí vida”.

“Todos ellos fueron fundamentales”, asegura el productor musical en diálogo con TiempoSur y agrega que “Fernando me enseñó a escuchar música, todo tipo de música, Sting, Peter Gabriel, todo. Me abrió la cabeza”.

Los Carabajal como referentes

Y en se mundo del folklore, “Los Carabajal” era su grupo más admirado. Tanto, fue así que cuando se compró el primer equipo de música, su primer CD fue de “Los Carabajal”. Ellos fueron su faro y un eslabón fundamental en su carrera.

Lo cierto es que, tal era su pasión por ese grupo folklórico, que empezaron a suceder cosas que lo llevaron no sólo a conocerlos, sino a tocar y hasta grabar un disco con ellos.

Y mucho tuvo que ver en el inicio de esa historia, su madre, Patricia Álvarez, que un buen día, decidió y logró, traer a Los Carabajal a Río Gallegos. Sin dedicarse a eso, siendo empleada judicial, buscó sponsors, alojamiento, se ocupó de todo lo que requiere traer un artista y lo logró, porque el objetivo mayor, era cumplirle el sueño a su hijo.

Y luego sucedieron hechos del destino que afianzaron la relación Leandro Álvarez -Los Carabajal, como en esa actuación de 1995, cuando Patricia logró traerlos y hubo una nevada tan grande en Río Gallegos que se suspendieron los vuelos y Los Carabajal terminaron alojados en la casa de los Álvarez durante una semana.

De ahí en más, Leandro se presentó con ellos en Cosquín en varias oportunidades, participó en varios de sus discos y especialmente cultivó una relación de afecto y amistad que aún perdura.

“Ellos fueron mis referentes durante muchos años”, aseguró Leandro en declaraciones a TiempoSur.

Los logros y el camino recorrido

“En el ballet Nuevo Molle aprendimos y nos hicimos mucho como artistas”, recuerda el productor musical riogalleguense y asegura que ese espacio fue un gran aporte, porque se la pasó “bailando y viajando”.“Y mientras bailaba, también tocaba mucho”, remarca el ganador del Grammy y menciona su participación en los grupos “La Toma” y “Los Nicks”, con guitarra y percusión. Con “Los Nicks”, “mi primer trabajo formal en la música, porque me pagaban y yo estaba fascinado con mi primer sueldo, porque era muy joven”.

Cuando Leandro terminó la secundaria tenía claro que su destino era Buenos Aires “porque quería dedicarme a la música”. Aún con el descontento de su abuelo, que no entendía esa elección como un buen futuro ni como una profesión, el joven dejó atrás su tierra natal para perseguir su sueño y fue a vivir allí en 2003.

Y en la gran urbe, el primer ofrecimiento vino de Oscar Murillo y Mabel Pimentel, del Ballet Brandsen, para incluirlo en Opera Pampa, un gran espectáculo que incluía a artistas de la talla de Carlos Baglietto y Litto Nebbia, pero lo rechazó, porque lo suyo ya no era la danza, sino la música, quería estudiar, experimentar, capacitarse.

Y así cumplió su primer desafío en el año 2005: “mi primer disco profesional con Los Carabajal, ‘Cien años de Chacarera’, mi primer experiencia en un estudio profesional, donde grabé bombos y cajones”.

Mientras, por la mañana, trabajaba en Lotería Nacional y por la tarde tenía clases particulares con el ‘Chaqueño’ Martínez, con Oscar Giunta y clases de Armonía en Sadaic.

En el medio de eso, se enamoró a distancia de una venezolana, Ángela, ella vino a Argentina, comenzaron una vida juntos y de ese amor nacieron Laia (9) y Milo (4).

Llegaron los tiempos difíciles. Murió su abuelo Sergio, justo la primera noche que Leandro debía tocar en Cosquín. Decidió volver a Río Gallegos y acompañar a su abuela por un tiempo. Transcurrido un año, volvió a Buenos Aires y continuó su derrotero, tras su sueño.

Trabajó como músico por poca plata, viajó a Santiago de Chile, tocó en los colectivos por la propina, pero también tocó en el Palacio de la Moneda y en el estadio Víctor Jara, siguiendo ese vertiginoso camino del artista.

Un punto importante en su carrera, fue haber conocido en 2004 a Sirso Iseas, “bajista y dueño del estudio La Tríada, por donde pasaron casi todos los artistas de la Argentina”.

“Era un productor muy famoso, vi todo ese mundo de la producción y me fascinó”, remarca el ganador del Grammy y recuerda cómo le gustaba eso de “desarmar canciones, lo hacía en mi cabeza y después comencé a trabajar con él, más a o menos en 2005 y me compré la primera compu para hacer producción.

“Ahí grabé con Quique Ponce, ‘Alambre’ González, Demi Carabajal, Divididos y David Lebón”, entre otros.

Y después después de eso, Leandro se largó solo. “Al principio no tenía ningún cliente, pero después produje el disco de Walter Carabajal, ingreso al mundo de la producción profesional y comienzo a producir a algunos artistas”, enumera Leandro para luego contar que ese interín, saca su propio sello discográfico.Y no pasó mucho tiempo para “mi primer disco. Invito a varios amigos y lo puedo postular al Grammy Latino y ahí llega a oídos de otros artistas, entre ellos 123 Andrés con el que ganamos por música infantil”.

Ese fue un gran puntapié para el riogalleguense, “empecé a conocer a más artistas, tejer otros lazos y redes y empecé a producir a infinidad de artistas”, cuenta orgulloso y lo demás, es lo que ya casi todos saben, obtener un Grammy Latino.

Finalmente logró el premio de Mejor Álbum Infantil, por su trabajo junto al dúo colombiano "123 Andrés" en la 66° gala de los Premios Grammy.

“Nunca pensé ganarlo. Fue una gran sorpresa”, afirmó Leandro a TiempoSur y aseguró que se siente “un privilegiado”.

Dice que lo celebró con su familia y reonoció que “no es fácil estar tan lejos de tu país, hay mucho trabajo y sacrificio”.

El destacado galardón es un gran logro para el músico y productor santacruceño en una de las industrias más importantes y competitivas de la cultura. También estuvo nominado este 2024 en dos categorías: Mejor Álbum Latino Tropical, con el álbum “Mimy & Tony”, de Tony Succar y Mimy Succar; y Mejor Álbum de Música Infantil, con el trabajo “Crecemos Juntos Canciones Preescolares”, de 123 Andrés, el grupo colombiano que ya lo había llevado a Leandro a una nominación de la academia.

“Son verdaderos mimos, como el de “Ciudadano Ilustre, que me emocionó más que el Grammy, porque es la ciudad donde naciste la que te da semejante reconocimiento”, expreso Leandro en diálogo con TiempoSur.

Antes del premio, Leandro Álvarez ya había trabajado en la producción musical de artistas de distintos países, entre los que se destacan: Los Nocheros, el Chango Spasiuk, Divididos, David Lebón, Raúl Lavie, Los Tekis, Horacio Banegas, Quique Ponce, Demi Carabajal, Malafama, Francisca Valenzuela, Nalie Pérez, Paula Arenas y también trabajó para Telemundo y Univisión, cadena de TV de Estados Unidos que transmiten en español, entre otros.

Los imprescindibles

El camino de Leandro estuvo signado también por el acompaña de muchos que empujaron y que confiaron. Entre esos tantos están su madre Patricia y su profesor de danza folklórica, Fernando Zurutuza.

Patricia Álvarez habla con orgullo de su hijo y cuenta a TiempoSur que “Leandro se crió en un ambiente de abuelos, mamá y tíos. Único varón de la familia, fue mimado por todos”.

Dice que fue especialmente criado por sus abuelos y que el abuelo Sergio era el que más se resistía a que el joven vaya Buenos Aires a seguir una carrera musical, estaba preocupado porque “de qué iba a vivir”, veía que la música podía ser un hobby, pero que no fuente de sustento, “él era muy conservador”.Patricia Álvarez tuvo a Leandro a los 20 años y destaca que el joven fue subiendo en su carrera “escalón por escalón”, que siempre tuvo “un buen oído para la música” y que siempre sus elecciones fueron “para el lado del arte”.

“Yo lo dejaba hacer, porque quería un hijo feliz, antes que un hijo con una profesión que no disfrutase”, aseguró Patricia y menciona en diálogo con TiempoSur que el hoy exitoso productor musical “nunca perdió la humildad y es también por eso que la gente lo busca”.

Fernando Zurutuza conoció a Leandro desde muy pequeño, cuando tenía 8 años, en el ballet Nuevo Molle y cuenta que “sobresalía y tenía condiciones de gran bailarín” y que ambos fueron discípulos del maestro Oscar Murillo (Ballet Brandsen).

Recuerda que Leandro, siempre fue más allá, “no se concentraba sólo en la danza, sino en todo el arte escénico, tenía una comprensión profunda del concepto artístico, entendía todo lo que yo buscaba”.

Y en esta forma de ser, el niño, adolescente y luego el joven, “asumía muchas responsabilidades artísticas, pero también técnicas, era muy especial”, remarca Zurutuza.

“Leandro es como un hijo para mí. Es una gran persona. Muy humilde en lo personal y soberbio (en el buen sentido) en lo profesional”, reconoce Fernando en declaraciones a TiempoSur.

Y apuesta a que el joven productor musical tiene aún un gran camino por recorrer.

“Conociéndolo, va a buscar nuevos horizontes, va a seguir sobresaliendo”.

“Siempre seguimos nuestra relación, a lo largo de los años, sabiendo que el otro está cuando se lo necesita y eso es impagable”, expresa el maestro por excelencia de Leandro.

Y en este destacar los logros obtenidos por su alumno, manifiesta que “engrosa mi corazón y me llena de orgullo todo lo que hace”.

Con la Patagonia en el Corazón: “Viento, el Comienzo del Mundo”

El productor de Río Gallegos que lleva dos décadas viviendo en Los Ángeles, está gestando "Viento, el comienzo del mundo", con el que busca “llevar la esencia de la Patagonia al mundo”.

“Es un proyecto que espero esté terminado en el mes de abril, va a quedar en la historia de nuestra región. Con creaciones y valores desde Río Negro para abajo”, contó el productor musical a TiempoSur.

El álbum reunirá a diversos artistas de la Patagonia, algunos de mucha trayectoria como Rubén Patagonia, Los Hermanos Berbel, Eduardo Guajardo, Juane Bracalenti. entreotros y como novedad, la incorporación a través de inteligencia artificial de la voz de Hugo Giménez Agüero, un ícono de la música patagónica.

"Creo que la mejor forma de preservar una cultura es mostrarla y hacer que se valore en diferentes partes del mundo y que el mundo escuche el alma de la Patagonia”, remarcó el músico y productor santacruceño, Leandro Álvarez.