El Polaco Goyeneche: 98 años de tango, pasión y leyenda

La historia del Polaco Goyeneche es un viaje a través de la época dorada del tango, donde cada compás cuenta la vida de un hombre destinado a marcar una era. Nacido el 29 de enero de 1926 en Saavedra, Buenos Aires, el pequeño Roberto Goyeneche ya mostraba destellos de lo que sería su vida: un romance innato con el tango. Criado en un entorno musical, su infancia se impregnó de melodías.

Goyeneche inició su carrera artística en la década de 1940, siendo apenas un adolescente. Su voz, cargada de melancolía y pasión, pronto lo destacó entre los intérpretes de la época. En sus primeros años, participó en diversas orquestas y comenzó a forjar su estilo único.

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A los 18 años, con un registro vocal de barítono, se unió a la orquesta de Raúl Kaplún, compaginando esta labor con trabajos diversos, como colectivero, taxista y mecánico. Su verdadera consagración llegó al unirse a la orquesta de Horacio Salgán, donde, bautizado como “El Polaco” por Ángel Díaz, grabó diez temas, incluyendo su primer gran éxito, “Alma de loca”.

El verdadero punto de inflexión llegó en 1952, cuando Aníbal Troilo, el "Bandoneón Mayor", lo descubrió. La fusión de la voz de Goyeneche con la maestría de Troilo al bandoneón creó una alquimia única que resonaría a lo largo de la historia del tango. Juntos, dieron vida a clásicos como "La Última Curda" y "Che, Bandoneón".

Roberto Goyeneche creció con Troilo y trabajó, también, con Piazzolla. Se conectó con el rock argentino, hizo un papel memorable en la película Sur (1988) de Pino Solanas y animó veladas memorables en el Café Homero del barrio de Palermo, atiborrado de gente joven que estableció de ese modo un contacto con el tango. “Si no te gusta Piazzolla, embromate”, decía cuando le preguntaban por la polémica que durante años agitaron los que acusaban al genial músico marplatense de haber “asesinado al tango”.

Con Troilo como su director de orquesta, Goyeneche alcanzó la cima del éxito. Giras nacionales e internacionales llevaron su música a nuevos públicos, consolidándolo como un referente indiscutible del género. Espectáculos memorables en el Teatro Colón y en reconocidos escenarios del mundo, marcaron una etapa dorada en la carrera del Polaco.

La década de 1960 marcó la independencia de Goyeneche como solista. Este paso audaz lo llevó a explorar nuevas fronteras musicales y a dejar su huella indeleble en la historia del tango. Su estilo único, caracterizado por una voz profunda y un manejo magistral de la interpretación, cautivó a audiencias en todo el mundo. “Yo siempre canté los sentimientos a flor de piel. Sin sentimientos no puede existir nada, no se puede vivir. Es la única manera que tiene el hombre de mirarse hacia adentro”, decía en una entrevista radial.

Detrás de la leyenda, el Polaco Goyeneche vivió un torbellino de amores apasionados. Su relación con la poeta Leonor María Echagüe, plasmada en sus tangos, añadió una dimensión única a su música. Tangos como "Balada para un Loco" reflejan la intensidad de sus experiencias personales, convirtiéndose en obras maestras de la lírica tanguera.

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En este marco, este lunes 29 de enero, la Academia Nacional del Tango será testigo de un emotivo festejo en honor al “Polaco”. La ocasión será marcada por la proyección del documental “Roberto Goyeneche: las formas de la noche”, dirigido por Marcelo Goyeneche, sobrino nieto de la leyenda porteña.

La película, que se estrenó con gran éxito en noviembre de 2023 -tras más de cuatro años de arduo trabajo de rodaje y producción- llega ahora a la Academia del Tango, situada en Avenida de Mayo 833, con entrada libre y gratuita. 

Un comunicado difundido en redes sociales invita al público a unirse a la celebración, destacando la presencia de la familia Goyeneche y prometiendo una velada especial con invitados, música en vivo y, por supuesto, la proyección del documental que captura la esencia misma de “El Polaco”. El evento está programado para las 19 horas.

En una entrevista, Marcelo Goyeneche expresó: “Siento que el corazón de la película está en la esencia de su ser, en su forma Goyeneche de vivir”. El director comparte así la profunda conexión que estableció con su célebre familiar a lo largo del proceso creativo del documental, revelando no solo la faceta artística sino también la humana de quien fuera pilar de las orquestas de Horacio Salgán y Aníbal “Pichuco” Troilo.

El trabajo cinematográfico comenzó en septiembre de 2021 e incluyó entrevistas a personas cercanas a Goyeneche, como Luisa Mirenda y los familiares Roberto Emilio Goyeneche, Jorge Goyeneche, Lorena Goyeneche, entre otros. Además, se incorporaron recitales, material de archivo remasterizado y registros de filmaciones en el barrio de Saavedra, lugar de nacimiento del artista el 29 de enero de 1926.

“Como siempre digo, las películas se terminan cuando se encuentran con el público en las salas”, había reflexionado Marcelo Goyeneche en la previa del estreno. Con estas palabras, el realizador destaca la importancia de la conexión entre la obra y su audiencia, subrayando el sentido último de su trabajo: compartir la vida y la música de un ícono como el Polaco con el público que lo ama y lo recuerda.