Ovación y resistencia

José Luis Aguirre: la consagración de Cosquín

En la última noche del 64° Festival Nacional de Folklore de Cosquín 2024, se conoció la consagración del Chuncano de Traslasierra, José Luis Aguirre. Su música, arraigada en el folclore, se entrelazó con un mensaje de defensa cultural que el público agradeció ovacionándolo de pie, respaldando su merecido reconocimiento. 

  • 29/01/2024 • 09:00

En una noche llena de emociones y reivindicaciones en el 64° Festival Nacional de Folklore de Cosquín 2024, la novena y última noche de este domingo, reveló la consagración de José Luis Aguirre, conocido como "el Chuncano de Traslasierra".

Cada año, con el inicio de las lunas de Cosquín, se despiertan las especulaciones sobre quién se llevará el codiciado premio Consagración. Aunque ha estado envuelto en controversias y, hasta bochornos en el pasado, sigue siendo el anhelo de la mayoría de los artistas que participan en el principal festival de folklore.

José Luis Aguirre es un compositor, intérprete y guitarrista oriundo de Traslasierra, Córdoba, muchas veces nombrado "como uno de los nuevos talentos de la música popular argentina", aunque ya hace más de 20 años que recorre los escenarios. Su obra se inspira en paisajes, sentimientos, personajes, costumbres y sonidos de su ciudad, Villa Dolores y todo el valle. 



Es uno de los favoritos del festival y eso se sintió desde el comienzo. Y es que, no es la primera vez que sube a ese escenario, y la comunidad que acompaña el festival año tras año, lo reconoce, lo respeta y lo disfruta. Las canciones "del Joseluis", como lo llaman los conocidos, tienen una profunda raíz folclórica del lugar que habita. Incorpora la frescura de lo contemporáneo, de la canción con sentido y razón, y su participación en esta edición del Festival Nacional del Folcklore, no iba a ser diferente. 

Desde el escenario, Aguirre no solo cautivó al público con su música sino que en el preámbulo del final de su presentación, realizó un descargo en defensa de la cultura que también utilizó ese momento como preámbulo para estrenar "Canción Bonita para mi barrio". Si bien las palabras fueron breves, la contundencia la dio la misma interpretación. Mientras el chuncano desandaba las estrofas, una decena de bailarines se sumaban al escenario, esta vez, sin bailar. 

La fuerza de la letra sin estribillos resonó en el corazón del público, provocando que, en medio de la canción, ya se observara a personas levantándose y aplaudiendo. En el escenario, los bailarines, inmóviles, pero con la mirada cargada de emoción, acompañaron la melodía a medida que avanzaba. Este particular acto se alzó, quizás, como una forma de reclamo: un gesto impávido que respaldaba las palabras de José Luis y mostraba a bailarines sin bailar, como una resistencia contra la amenaza de que la cultura sea manchada. 



Fragmentos de "Canción bonita para mi barrio"


"Yo quiero sonreír como mi vieja, costurera, jubilada. Sonríe a pesar de los dolores que le da la burocracia,
si me preguntan de qué lado estoy, digo de la alegría y recordar lo mucho que costó: defendamos nuestros derechos.
Yo quiero cantar una canción como cantaba la Mercedes,
que no sea no más para entretener, sino para charlar profundo.
No creo que solo se trate de política y mercado,
yo siento que es preciso regresar al corazón de la tierra"

La ovación final multiplicó ese respaldo en el público que no dejaba de aplaudir, generando un momento incómodo. Uno de los locutores, ante la insistencia de una platea que expresaba con firmeza su preferencia por más, tuvo que solicitar comprensión al público. La energía desbordante, aunque interrumpida, dejó claro que la conexión entre Aguirre y su audiencia iba más allá de las palabras y los acordes, marcando un episodio inolvidable en la noche de Cosquín.

Así, en medio de la penumbra iluminada por la potencia de su música y la fuerza de su mensaje, el eco de la quinta luna en la que se presentó José Luis Aguirre resonó en la novena cuando, finalmente, se conoció su consagración en el escenario mayor del folcklore.