Relatos de vida Paola Triviño: Cantar parte de la vida Nacida en Río Gallegos un 13 de enero de 1981, de una familia patagónica, donde es una reconocida profesora de canto y que hasta hoy continúa brindando clases, hoy conocemos un poco más de esta vecina y su trayectoria. 05/11/2021 • 12:19 Paola Triviño. Detener audio Escuchar En la recorrida que realiza el móvil del Multimedio Tiempo, se encuentra en esta ocasión con la historia de esta gran mujer, que hoy a sus 40 años, nos brinda una parte de su vida para conocer más respecto a su trayecto, su historia, familia y educación hasta el día de hoy. Historia y Familia Acá comienza este relato de vida, conociendo a los abuelos y los padres de Paola: Paola Alejandra Triviño, tengo 40 años. Nací aquí en Río Gallegos el 13 de enero de 1981. Solo tengo abuelas, no conocí a mis abuelos. Mi abuela materna se llamaba María Herminia Hernández Andrade y mi abuela paterna Lucrecia Triviño. Las dos nacidas en la isla de Chiloé. A mí abuela materna nosotros cariñosamente la llamábamos "la gueli" tuvo dos hijos mi tío Paulino Hernández que lamentablemente nos dejó el año pasado y mi mamá. Mi tío vivía en Río Grande y mi abuela siempre vivió por temporadas con cada uno de sus hijos. La llegada de mi abuela o nuestro tío Paulino, a nuestra casa era un acontecimiento para mí muy importante, como la espera de papá Noel en Navidad. Recuerdo estar sentada junto a mis hermanos alrededor de su equipaje para recibir los regalitos que siempre nos traían. De mi abuela tengo grabado en el corazón su paciencia, sus mates súper dulces, sus tapitas de Fernet ante cualquier dolencia. Amé a mi abuela. Mi abuela paterna vivió hasta los 104 años nunca conocí a nadie tan lúcida como ella, se sabía la Biblia de memoria, recitaba sus versículos, y te los contaba como si fueran películas, hasta sus últimas horas de vida estuvo consiente y agradecida a Dios por su vida. Yo tenía un ritual para con mi abuela: cada vez que tenía que viajar ya sea por viaje familiar o por participar cantando con el coro representando a Río Gallegos a otra localidad o provincia, iba a verla a que me dé su bendición. Ella oraba por mí. No podía viajar sin que me bese la frente y agarre mis manos. Extraño eso. Si bien siempre vivió con sus otros hijos, sus últimos meses de vida las pasó en casa de mis padres y la disfruté muchísimo, si hay algo que admiro de mi mamá es haber acompañado a la madre de mi padre como si fuera su madre en sus últimos meses de vida. Mi mamá se llama María Graciela Hernández y mi papá Francisco José Triviño. Los dos también nacidos en la isla de Chiloé. Tengo 6 hermanos: Graciela, José (Panchito) Lidia, Clarisa, Pablo y Daniela. Después de nacidos mis dos hermanos mayores, luego de 8 años, nací yo. Mi mamá ama de casa y mi papá albañil, siempre trabajó de manera independiente, nunca nos faltó nada y siempre valoré el esfuerzo de mis padres por nosotros. Muy trabajadores los dos, atentos siempre a que estudiemos, esa era la ley primera en casa. Cada vez que veo a obreros en pleno invierno veo a mi papá y mis hermanos; es un trabajo muy sacrificado. Hoy, ya retirado mi viejito, todavía conserva sus manos agrietadas; se forma una coraza en las manos de un albañil, soy una orgullosa de mi padre. Llegaba a casa y a la media hora era un señorito inglés, bañado y perfumado, siempre fue muy prolijo mi papá tanto en su trabajo y en la vida. Cada vez que paso por los lugares que construyó le muestro a mis hijos y les cuento que esa casa, la construyó mi papá. La frase "llave en mano" la guardo en mi memoria. Eso quería decir que había conseguido un nuevo trabajo y que lo construiría desde sus bases hasta entregarlo completo. Una vez trabajó en la casa de un señor muy reconocido en la ciudad, no recuerdo su nombre y como parte de pago él le pidió un piano vertical que tenía guardado en un garaje lleno de tierra y así fue; si les preguntan a mis vecinos, todos los santos días escucharon nuestros repertorios del conservatorio de música. De los siete hermanos que somos, 4 tocamos el piano, creo que se escuchaba hasta la Lisandro de la Torre, se empezaba a estudiar desde temprano. Cuando estaba por recibirme de profesora eran más de 6 horas en el piano seguidas. Infancia Avanzamos por la infancia y las vivencias de la profesora. “Crecí en el barrio San Martin. Calle Amado Nervo, mis padres aún viven allí. Primero en una casita de material ligero que aún existe y vive una de mis hermanas y luego nos mudamos a la casa grande hecha de material, construida por mis padres y mis hermanos mayores. Mi familia me enseñó a valorar los momentos de encuentro familiar, los almuerzos y cenas todos juntos. Hoy con mi propia familia tenemos esa regla de comer juntos”. “Cuando yo era adolescente mi mamá se levantaba todos los días a las 6 a desayunar conmigo y de más grande se desvelaba conmigo cuando tenía que estudiar, siempre con su mate listo, y sus comidas súper caseras. No existía el delivery en mi casa. Ella influyó mucho en mi carrera como profesora de música, siempre me alentó a estudiar, sobre todo cuando empezaba a aflojar por cansancio o por miedo a rendir; ella ahí estaba para enderezar mi camino. Hoy le agradezco por ese empujón porque no sé si me hubiera recibido sin ella”. “Fui una niña muy curiosa y pícara, me gustaba escuchar las conversaciones de adultos y gesticulaba al hablar, hacía las mímicas me gustaba articular sus palabras, y teatralizar lo que escuchaba, si me habrán retado por eso. Tuve una gran amiga del barrio durante mi infancia Mercedes Stivanello, a los 15 años se fue a vivir a Paraná, Entre Ríos, siempre recuerdo cómo me dolió su partida, por suerte todavía nos mantenemos en contacto y cada vez que nos vemos es como si no hubiera pasado el tiempo”. Mira TambienCelina Anfossi: Convertirse en escritora por la pandemia “Era traviesa; hasta una fogata una vez arme en el medio del living de mi casa, hay anécdotas que me las guardo por mis hijos, no vaya a ser que se inspiren en mis historias; que salen cuando nos encontramos con mis hermanos”. Educación “Fui al jardín Nº 15, tengo recuerdos muy nítidos del jardín: sintiendo texturas de distintos materiales estirando mis manos para tocar cuadraditos de distintas telas. La primaria la curse en la escuela Nº 11 al lado del jardín, todavía conservo amistades de la primaria. Cada tanto nos reunimos los egresados de la Escuela; allí cante por primera vez en un coro bajo la dirección de la señorita Lili. No recuerdo su apellido, fui pocas clases recuerdo”. “Fue la primera vez que cante "bellas melodías” ella también fue mi maestra de sexto y séptimo, era súper estricta y fue la seño más querida junto a Marta Ríos”. “La secundaria la hice en dos colegios primero fui al COSEBA -secundario Nº 16-, el colegio con más convivencias y sentido de la pertenencia que conocí, integración, colaboración es lo que vivencie en mi paso por el COSEBA; una vez incentivada por los interbandos en la semana de la primavera se premiaba al curso que más latas juntara, y junto a una compañera recorrimos muchos boliches que en esa época cerraban a las 11 de la mañana; para recolectarlas le rogábamos a los dueños nos dejaran entrar y hacer la limpieza y así quedarnos con las latas, “creo que mis papás se están enterando en este momento, hasta en el basural pasamos muchas horas revolviendo montañas para juntar las benditas latas para después lavarlas y aplanarlas; cumplimos el objetivo de esa vez”. “En cuarto año me cambie al secundario Nº10 que coincidieron con las prácticas docentes del Conservatorio por esos años se podía comenzar el profesorado de música siendo menor de edad, es decir no tenías que tener 18 para arrancar con la carrera docente. Y mantener ese equilibrio me costó mucho, como fue el cursar el profesorado y terminar el secundario a la vez. El Conservatorio lo hice como un juego, nunca noté los años que pasaron de cursada, hasta recibirme, que fueron diez en total, dos de iniciación musical, cuatro de nivel medio y cuatro de profesorado”. Mira TambienGustavo Arias: El arte de fotografiar y la magia de la Patagonia “Me recibí de profesora de música en el Conservatorio Provincial de Música con especialidad en piano, en el año 2019 me recibí de Técnica Superior de piano, a través de un convenio entre el IUNA y el CPE; y en estos momentos estoy cursando una Licenciatura en Didáctica Musical a distancia con el mismo convenio. Como el conservatorio tiene como materia troncal la cátedra coral y yo amo cantar, siempre mi orientación como docente fue mayormente dirigida al canto, de hecho, toda mi carga horaria en la actualidad la tengo como profesora de coro y coordinadora del área coral en el conservatorio y el IPSA, dictando la cátedra de dirección coral en el último año de la carrera del profesorado de música”. Pasión “La música siempre estuvo en mi casa, mi mamá muy afinada siempre canta regando sus plantas o haciendo las cosas de la casa; siempre cuento que cuando mis hermanos y yo estábamos cursando el profesorado de música las obras corales eran difíciles y mi mamá cantaba todas nuestras partes”. “Mi mamá al enterarse de la existencia del Conservatorio mandó a mi hermana a inscribirme. Allí empezó todo; el conservatorio lo curse como un juego, me iba muy bien en todas las materias y más que nada me gustaba encontrarme con mis amigos, la mayoría hoy son profesores de música y trabajamos juntos. Cuando tenía 14 años comienza el proyecto institucional coral más conocido como "Coro estable" dirigido por la profesora Graciela González y me invita a participar. Todos los sábados a las 14:00 hs desde ese día hasta la actualidad estoy en el conservatorio de música. Ya más grande pase a ser jefa de cuerdas de las sopranos y en el año 2010 tras la jubilación de mi querida maestra Graciela "la gonzi” como le decimos sus amigas, quedo a cargo de la dirección del proyecto. Gracias al coro conocí gran parte de nuestro país, Buenos Aires, Mendoza, Catamarca y también viajamos a Uruguay. Para una familia numerosa a veces es difícil poder viajar seguido. Canté junto a artistas muy reconocidos como Opus Cuatro, Zamba Quipildor, Hugo Giménez Agüero, con él viajamos a Córdoba y cantamos en Cosquín. Siempre ame cantar, a los 17 años gané una beca para participar del primer encuentro de jóvenes coreutas organizado por Nación, seleccionaban a 5 jóvenes entre 17 y 24 años por provincia”. “En ese entonces tenías que grabarte cantando en cassette y enviarlo por correo a Buenos Aires, mi profesora y la rectora de ese momento hoy mi gran amiga Fabiana Minniccelli movieron cielo y tierra para que gestionar el viaje y fue una de las experiencias más gratificantes en mi carrera, cantar obras difíciles bajo la dirección de grandes maestros como Néstor Zadoff y Miguel Ángel Pesce”. Mira TambienAriela: Arte, trabajo y dedicación desde la Patagonia hacia la gran ciudad Música para mí “La música para mí es aire, me trajo amigos de fierro, y a mi gran amor y compañero Cristian Borden, construimos una familia hermosa, tenemos dos hijos Adriel de 17 años y Bautista diez años, los dos hacen música. Adriel toca la batería, bajo, explora siempre distintos instrumentos, canta en el coro que dirijo y está realizando trabajos de sonidista incentivado por su papá. Le gusta mucho y creo que por ahí va su futuro; y Bauti hoy está cursando en el Conservatorio de Música en el ciclo preparatorio musical y estudia piano; es decir la música nos rodea todos los días, siempre estoy en constante crecimiento musical, explorando mi voz en distintos géneros, me gustan los desafíos”. ¿El cantante hoy?: Tengo siempre las dos visiones: “La grupal, por mi trabajo en los coros del Conservatorio y la individual por las clases de canto que dicto de manera particular. Los jóvenes cada vez están más interesados en el canto; ahora que volvimos a la presencialidad los veo muy entusiasmados con la cátedra coral. Por otro lado, por mi hijo y sus amigos, o jóvenes que toman las clases de canto individual creo que la ciudad debería de generar más espacios para que hagan música, lugares donde ensayar, tocar. Hoy son limitados los espacios para ellos, más siendo menores de edad; hoy veo que está siendo popular hacer karaoke en algunos lugares de comidas, así también en fiestas familiares, más allá de cómo lo hagan es hermoso que la gente se anime a cantar”. Mira TambienCasandra Molinari, artista de nuestra Patagonia hacia el mundo ¿Enseñar, que es para vos? “Hay una frase que dice que un docente se forma durante toda su trayectoria educativa como alumno; y siento que es así, mis seños queridas Martha Ríos, y Lili, mi preceptor querido del secundario 10 Eduardo Álvarez, me olvidé una vez un trabajo práctico grupal decisivo para aprobar una materia; y él me llevó hasta mi casa para buscarlo, esos detalles van construyendo en uno lo que es después, la Profesora Lorena Fernández”. Recuerdo que cuando era adolescente se recibían mis mejores amigas del conservatorio de profesoras y yo no podía pagar la entrada de la cena; se me acerca ella ahora amiga mía y me dijo “¿Pao vas a ir a la cena de tus amigas?” Y le contesté que no, no puedo pagar la entrada, pero no pasa nada. Y me dice “Toma, anda y disfruta con ellas” un gesto que siempre recuerdo de ella. Una palabra, un buen gesto de nuestros profesores van marcando los caminos de las personas, yo soy una agradecida de las personas que me rodean, aprendo mucho de ellas, siempre. Amo enseñar, ver cómo un estudiante comienza con una voz chiquita y tímida, y al correr el tiempo adquiere confianza y su voz se proyecta, es realmente satisfactorio; trabajo en el Conservatorio dando clases de coro a adolescentes y adultos y por fuera de la institución doy clases de canto individual. Siempre digo que uno no dimensiona el alcance de nuestro accionar como docentes. No solamente dando clases sino como personas; yo aprendí de mis grandes maestras muchos valores, tengo la suerte de haberme instruido bajo las manos de grandes personas que hasta me iban a buscar a casa para no faltar a los ensayos los sábados, porque no tenía movilidad. Mis estudiantes de canto trato hacerles saber que el canto es una disciplina que lleva su tiempo, hay que tener continuidad para poder crecer vocalmente; siempre estoy en búsqueda de nuevas metodologías de enseñanza o capacitándome, soy muy inquieta en ese sentido”. Temas Musica Relatos de vida Paola Triviño Lás más leídas en Música & Cultura 1 El chubutense Juan Ignacio Amaya en el escenario de la Fiesta Nacional del Lago Santa Cruz 2 Vuelve “Ángel de papel”, una obra que combina títeres y teatro de sombras Santa Cruz