Conociendo la Ciudad Cordial

Swift: Ruinas de nuestra historia

Un frigorífico y una barcaza han quedado como emblemas de principios del 1900. Qué fue de la empresa y el importante papel que jugó en el desarrollo local. La realidad.

  • 21/08/2021 • 09:00
Imágenes del antiguo frigorífico. (Archivo 2013)
Imágenes del antiguo frigorífico. (Archivo 2013)

Conocer la historia de Río Gallegos lleva muchas veces a recorrer rincones de la ciudad que, pese a estar a la vista de todos y erigirse como emblemas propios de la capital santacruceña, son dejados de lado. En este espacio –que a veces es disruptivo, nostálgico e histórico- se han conocido diferentes piezas de la historia de la ciudad, algunas más conocidas que otras. Hoy es el turno del frigorífico y la barcaza Swift, ambos espacios en ruinas que sirven para poner en memoria aquellos años. En primera instancia es menester hablar de cómo fue la evolución de la industria frigorífica, vital para el crecimiento de la ciudad de Río Gallegos durante aquellos años, no solamente desde su producción sino también del transporte. Vale señalar que este espacio busca no solamente revalorizar aquellos puntos de interés histórico de la localidad, sino además despertar en el lector (muchas veces hablando directamente con él), la nostalgia y la curiosidad.

Ruinas que quedaron en Río Gallegos durante años.  (Archivo 2013)

 

La embarcación que se utilizó para el transporte del material que luego era comercializado, está ubicada sobre Av. Almirante Brown y es considerada una manifestación cultural histórica. El lanchón de madera pertenecía al muelle del ex-frigorífico Swift, que se construyó en 1910. El despacho de la carne se llevaba adelante de la siguiente manera: La materia prima era cargada en grúas a vapor a los lanchones que los transportaban hasta los barcos caponeros. En la década del ´70 por diversas causas y principalmente los problemas económicos, el frigorífico Swift presenta la quiebra y se abandonan las instalaciones y el lanchón de madera deja de prestar funciones.

Chalupa cerca del galpón costero. (C.G)

 

La construcción del frigorífico

Varias son las fotografías en blanco y negro que muestran cómo fueron aquellos días. Decenas de trabajadores posan tanto en el puente, en las vías ferroviarias como en el propio frigorífico, en una década marcada por el crecimiento económico y el ciclo virtuoso del dinero. Días añorados por hoy abuelos o gente mayor, que recuerda con cariño a sus padres que estuvieron cumpliendo algún oficio allí. Según quedó registrado en el complejo agroalimentario de la carne vacuna, por aquellos años la empresa Swift & Co comenzó a constituir el primer circuito de capitales norteamericanos que llegaron al país. Para el año 1924 se instaló la planta Swift en Rosario, conformándose el núcleo de capitales norteamericanos en el país, trabajando el mercado de carne enfriada. Posteriormente empezó la diversificación al territorio patagónico, tanto con el frigorífico San Julián como el de Río Gallegos.

Este frigorífico levantó sus instalaciones junto a otras existentes, uniendo toda su infraestructura con un muelle de cargas en la ría, a la que se accedió por una línea férrea.

En él se elaboraban productos ovinos seleccionados, que eran exportados a Europa. Los buques fletados desde Inglaterra traían carbón y regresaban con carne enfriada y subproductos ovinos envasados.

Al principio, año tras año, el personal para la faena era traído directamente desde la ciudad de La Plata, llegando a ocupar a más de 400 personas, muchas de las cuales se afincaron aquí para siempre.

La Swift pagaba cifras récord a los ganaderos que les entregaban sus haciendas y fue indudablemente un factor de progreso hasta que el modernismo exigió otras variantes en materia frigorífica, hubo merma en la producción, sus instalaciones se cerraron, sus máquinas cesaron de trabajar, frenadas por el martillazo final del remate.

Su ocaso

Luego de varios años de idas y vueltas en cuanto a la cuestión económica, y atravesando una aguda crisis financiera en la década de 1970, se publicó un aviso en el mes de abril donde se designaba como presidente y gerente de la compañía al coronel Enrique Lanusse, por aquel entonces Comandante en Jefe del Ejército.  El objetivo de este designio era empezar a "argentinizar" una empresa que además de contar con capitales extranjeros, vendía la mayoría de su producción hacia Europa. La idea era buscar compradores argentinos para el 51% de las acciones en una operación desesperada. Lo que preocupaba en este entonces fue el cierre de fuentes laborales para una Río Gallegos que se había mantenido funcionando en aquel entonces gracias, en parte, a aquella prosperidad traída por Swift. Mientras los créditos que se le otorgaban a Swift continuaban, alcanzaron una cifra superior a los 19 millones de dólares.

Fracasados los intentos de negociación, en junio de 1970 la empresa entró en cesión de pagos y pidió concurso de acreedores. Luego, terminó siendo intervenida.

Su producción abarca desde los cortes envasados al vacío hasta alimentos de mayor procesamiento como carnes cocidas congeladas, hamburguesas, fiambres, salchichas y carnes enlatadas. De esta manera Swift concentra el 56% de la producción de carnes cocidas congeladas y exporta el 98% de los productos enlatados a más de 70 países. Destina al mercado interno el 30% de su producción ya que su fuerte es la exportación de productos con mayor valor agregado.

La compañía cambió varias veces de manos. En 1968 ITL fue absorbida por Deltec, una corporación financiera de Estados Unidos.

En 2005 el grupo brasileño JBS (Friboi), el primer industrializador de carne del mundo, adquirió la mayoría del paquete accionario comprando las acciones de los fondos de inversión y parte de lo que tenía Oliva Funes, quien continúa al frente de la empresa.

Esta operación se concretó en alrededor de u$s200 millones.

 

Una muestra por el pasado

De manera oportuna, días atrás en Río Gallegos se realizó una muestra sobre la historia del frigorífico. El evento fue organizado por el Municipio, en el Museo de los Pioneros. En esta exhibición, que fue visitada por muchos vecinos de la ciudad siempre respetando los protocolos sanitarios y evitando la aglomeración de personas, se pudieron apreciar diferentes objetos que fueron utilizados en los años de esplendor del Swift, como por ejemplo un extintor de fuego y una placa que perteneció a la remolcadora, que fue donada por el señor Rodolfo Sosa y también materiales y piezas de poleas del frigorífico.

Además, se pudo apreciar una galería fotográfica que recorría la historia de esta empresa y el impacto que su funcionamiento tuvo en la región. En algunas de las fotografías se pueden observar las técnicas de la época para las tareas de faenado de los animales que eran llevadas a cabo por “el agarrador” y “el bajador”, imágenes que están disponibles en el Archivo Histórico Municipal gracias al aporte de Jorge Prinos.

También se presentó material fotográfico del transporte aéreo de carga, el transporte ferroviario y el transporte marítimo de la empresa Swift.

En tal sentido Lourdes Alvarado, responsable del Museo de los Pioneros, indicó que “la idea fue de comenzar a reflotar un poco la historia del nacimiento de nuestra ciudad y la importancia que tuvo el frigorífico Swift en lo que marcó el inicio y auge del momento más próspero del Río Gallegos de antaño. Se cuentan historias de los niños de entonces, de los adultos que trabajaron en dicho lugar, de lo que era la industria frigorífica, el tipo de transporte que se tenía y lo que ha significado dicha fuente de trabajo para la ciudad”.

La actividad se realizó luego del éxito de la primera muestra “Río Gallegos de Ayer y de hoy”, llevada adelante en un supermercado de Río Gallegos. El vecino al llegar se encontró con imágenes históricas donde se puede ver reflejada la misma mirada del fotógrafo Walter Roil y la de fotógrafos actuales.

En este sentido Achimon, titular del departamento Patrimonio Cultural, dijo “hemos tenido una excelente recepción de los vecinos, han tomado esta muestra como propia y han dejado su huella en el libro de firmas. Estamos muy satisfechos por las consultas que han realizado los vecinos, nos han aconsejado algunos detalles que podemos seguir trabajando para futuras muestras que se van a realizar en distintos puntos de la ciudad”.

Achimon informó: “Tras la buena recepción hemos decidido extender la muestra hasta el 13 de agosto, para que los vecinos puedan compartir y disfrutar tanto la fotografía que han realizado y captado los fotógrafos que han participado, como de las fotografías de antaño que tenemos en resguardo de la colección Roil. También, tenemos en exhibición cámaras fotográficas que se encuentran en resguardo en el Museo Los Pioneros”.

Ruinas de la Swift. (Archivo 2013)