Independiente bajó a Juventud Unida y se quedó con el pase a octavos
Independiente derrotó por 2 a 0 a Juventud Unida en el estadio Néstor Díaz Pérez, en marco de los 16avos de final de la Copa Argentina y consiguió el pase a los octavos. Su próximo rival saldrá del ganador entre Godoy Cruz y El Porvenir.
Fue una hora exacta de reloj lo que le costó a Independiente -y mucho- poder desahogarse y empezar a encaminar su continuidad en la Copa Argentina. El duelo ante Juventud Unida de San Luis se había complicado más de la cuenta. Era un partido parejo en donde el Rojo tenía la pelota, pero no era preciso en los últimos metros y dejaba algunos espacios en defensa. Por eso su gente se impacientaba y pedía un poco más para evitar lo que un día antes le había pasado a Racing, sorprendido por Talleres de Remedios de Escalada.
Después del golpazo de la Copa de la Liga, Carlos Tevez se jugaba mucho en un partido que, por el rival, tenía mucho por perder y poquito por ganar. Pero lo ganó. Quizá lo más importante haya sido el mensaje a futuro. El aviso de que el Rojo está recuperado y encontró rápido reacción luego de lo que fue esa noche de pesadilla contra Talleres, en la que la continuidad del técnico estuvo en duda.
Para este partido, Tevez le dio titularidad por primera vez a Santi López y dejó sin titularidad a un par de pesados como Iván Marcone y Gabriel Ávalos, quien terminó ingresando en el ST para buscar el triunfo. ¿Fue un mensaje? ¿Apenas la búsqueda de un poco de aire nuevo?
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Independiente se encontró con un rival muy ordenado mientras mantuvo el cero. Suele suceder en estos partidos en que lo más difícil es abrir el marcador. El Rojo no fue una marea de llegadas ni mucho menos. En el PT, prácticamente la única clara fue una de Canelo que entrando solito la tiró afuera con todo el arco a disposición. Con Lucas González y López bien abiertos, los de Avellaneda buscaron mucho el desborde en el mano a mano para tetminar la jugada por dentro. El rival, a su vez, apenas intentó con alguna contra mal terminada, pero al menos incomodaba a un rival que se empezaba a poner nervioso cuando encontró un gol que cambió todo.
Fue de pelota parada. Apenas pasado los 60 minutos de juego, Canelo se elevó más que ninguno dentro del área y metió un gran cabezazo para vencer al veterano Taborda. Ahí entendieron todos de que se empezaba a liquidar el partido.
Obligado, Juventud Unida se vio obligado a adelantar sus líneas y todo ese orden desapareció de un instante para el otro. Cada vez que el Rojo tuvo la pelota y salió rápido estuvo a un pase de dejar a algún jugador mano a mano con el arquero. Pero siempre con algo de imprecisión en ese último toque para poder liquidar el partido. Lo tuvo Ávalos pero la tiró por arriba y también Canelo se perdió el doblete. Hasta que ya a los 45’ apareció Luna y cerró el 2-0 para el Rojo.
Independiente ganó, avanzó y espantó cualquier sorpresa desagradable, de esas que había sufrido hace muy poquito tiempo.