El título del Torneo Apertura de Primera División fue para Escorpión FC

El año pasado, Boxing Club le ganó la final del Torneo Apertura de Primera División de la Liga de Fútbol Sur a Escorpión FC. Con la sangre en el ojo quedó entonces el Alacrán. Esperando el momento de volver a encontrarse con el Albiverde en la definición de un campeonato. Con el claro objetivo de tomarse revancha, claro. El Tricolor fue paciente. Trabajó en silencio. La oportunidad le llegó. Quizás más temprano que tarde. Fue un año después, para ser más preciso. El Apertura de este 2024 los volvió a tener a uno y otro siendo protagonistas. Boxing Club, a decir verdad, un poco más. Es que el Albiverde pasó a pura victoria por la etapa clasificatoria. El Alacrán, por su parte, lo hizo ganando más de lo que perdió. Pero con menos regularidad que el Albiverde. Eso le costó ceder algunos puestos. Tercero fue que terminó en la tabla de la primera parte del campeonato.

A partir de ahí, el equipo de Carlos Padín fue otro. Ganó en Cuartos y repitió en Semis. Lo hizo, primero, ante un peso pesado como Ferro YCF. Después, frente a otro como Bancruz. Se envalentonó. Y entusiasmó. Creyó y consiguió lo que parecía, hasta acá, imposible. Ganarle a Boxing Club. Ningún otro equipo lo había conseguido este año. Tampoco, a nivel local, la pasada temporada. Un largo invicto era el que arrastraba el Albiverde. Eso y el haber mantenido a gran parte del plantel lo colocaron rápidamente como favorito al título. 

A esta final llegó, además de ganando, siendo el gran candidato. Para colmo, la definición se iba a jugar en su casa. En el estadio “Pichón” Guatti tuvo lugar este cotejo. Atractivo desde el vamos. Ante Bancruz, Escorpión FC fue a romper el juego. Metiendo. Sacó de ritmo al Azzurro y lo tuvo para jaque mate. No lo remató a tiempo y el Bancario, con oficio, se lo empató. En los penales, y sin presión alguna, el Tricolor acertó casi todo lo que tiró y aprovechó algunos yerros de su rival para hacer una diferencia y festejar. La victoria, tanto como el pase a la gran final.

De Escorpión FC se esperaba un planteo similar. Aguantando, cortando asociaciones y aprovechando las contras o alguna pelota parada para ponerse en ventaja. Esta vez, por la segunda vía llegó el gol. Un centro y un toque certero de Santiago Casal, a los 32 minutos de la etapa complementaria, lo puso al Tricolor arriba en el marcador.

En el primer tiempo no había pasado mucho. Hasta antes del gol, tampoco. Sí es cierto que los dos tuvieron sus posibilidades para ponerse en ventaja. También que ninguno logró concretar esas chances que tuvieron. A los primeros 45 minutos, que tuvieron de todo, les faltaron las emociones. Hasta el final de la segunda parte, también estas estuvieron casi ausentes. Parecía ir todo encaminado hacia los penales. Pero esa pelota echada sobre el área terminó siendo decisiva. 

Desde el gol y hasta los 90, Boxing Club intentó empatar, pero no de la manera más clara. Escorpión FC paró bien sus líneas y se dedicó a cuidar el cero en su arco. La falta de ideas del Albiverde lo benefició un poco. El Tricolor hizo el juego que más le convenía. También un poco de tiempo. El árbitro Alejandro Graves se dio cuenta de todo y una vez que se cumplieron los 90 decidió agregar siete minutos de más. Fue justo, es verdad, pero la realidad es que innecesarios. Es que desde los 45 hasta los 52, no pasó más nada. Fue alargar la agonía para uno y retener los festejos para los otros. Cumplido el tiempo agregado, Graves se llevó por última vez el silbato a la boca. Lo hizo sonar, al tiempo que marcó el punto medio. Eso, en clara alusión a que el encuentro había finalizado.

El Alacrán tuvo así su merecida revancha. Festejó un nuevo título. Fue el segundo que consiguió en cancha grande desde que llegó a la Liga Sur. Esperan claro, los propios, que no el último.

Ferro, en Cuarta

El sábado se jugó otra final. Fue la del debutante torneo de Cuarta División. En esta, el mejor equipo de la fase clasificatoria, Hispano Americano se enfrentó con el tercero de esta misma ronda, Ferro YCF. El Celeste venía, además, de eliminar en Semis a Unión Santacruceña. Por su parte, el Aurinegro, de dar el batacazo frente a Boxing Club.

En la final se encontraron entonces. Una vez más este año. Lo hicieron con el antecedente del partido que jugaron, en abril pasado, también en la cancha Gustavo Soules. La goleada del equipo que dirige “Chipi” Montes de Oca perecía todavía fresca. En el recuerdo, al menos. El 5 a 1 de entonces hacía pensar en un nuevo triunfo local. Quizás no tan contundente. Fue diferente lo que pasó este sábado. En el trámite y en el resultado. El parcial y también el global. En los 90, no se sacaron diferencias. El 2 a 2 fue el que se impuso. Y el que obligó, también, a tener que definir el título en los penales. Desde los doce pasos Ferro YCF se mostró más seguro. Además de certero, claro. Ganó por esta vía y levantó la copa. Fue la primera propia. También, por supuesto, la primera en la historia misma de la categoría.