Relatos de Vida

“Lo importante es que estemos todos unidos”

Dijo José Antonio González, un vecino de nuestra comunidad, con quien conversamos en una charla que mantuvimos en los estudios de Tiempo FM. Más de 30 años dedicados al Correo Argentino y 40 al taxi.

  • 17/11/2018 • 16:17

En este espacio que dedica TiempoSur a conocer y/o recordar a vecinos de la ciudad que hacen al desarrollo de nuestra comunidad, hablamos en esta oportunidad con José Antonio González, quien fue trabajador del Correo Argentino durante 31 años de su vida, y quien hace 40 años también es taxista. 

José Antonio González es nacido en Río Gallegos, en el barrio Fátima; fanático de Boca Juniors. “Tengo tres hijas María José, de quien tengo un nieto hincha de River; Alida Daniela que está en Comodoro Rivadavia de quien dentro de poco tiempo vamos a tener un segundo nieto, que va a ser nena y Patricia Alejandra que es la mayor”.

Comenzamos la charla recordando un poco su barrio, del que nos contó por ejemplo “en el barrio está el colegio Fátima que tenía una capilla chiquita y hoy creció, es toda una comunidad religiosa importante. Ese barrio era toda zona de canteras. Cuando nos fuimos a vivir ahí estábamos a 50 cuadras del centro.

Cursé mis estudios en la Escuela Provincial N°1 y había que caminar; es la diferencia con esta época, tu viejo no tenía el auto calefaccionado para llevarte al colegio; había que caminar, con la nieve hasta la rodilla.

A los 15 años comencé a trabajar en el Correo Argentino, empecé como mensajero repartiendo telegramas. Ese trabajo lo tuve 31 años. En esa época no había comunicaciones como las hay ahora” precisó al asegurar que “no había muchos medios de comunicación y los que tenían teléfono eran contados”.

En este momento de la charla con Pancho, como muchos amigos y familiares lo llaman, se emocionó al contar una anécdota de esos años siendo mensajero: “Recuerdo una noche que había recibido un telegrama para mi papá, no era buena noticia. Le comunicaba un familiar de él, que había nacido en Chile, que había fallecido su mamá. No fue algo sencillo porque yo se lo tuve que llevar, porque yo lo había recibido por la teletipo; yo sabía del contenido del telegrama. Se lo dejé en la mesa de luz” nos contó al manifestar “fue una de las cosas más difíciles que viví”.

Sobre sus funciones en el Correo Argentino, José nos contó que “como mensajero estuve 6 a 8 meses, pero como había aprendido dactilografía en una Academia, escribía 80 a 90 palabras por minuto. Así que me vieron que yo estaba ahí, mientras que despachaban los telegramas, escribía a máquina y aprovecharon esa habilidad que tenía, así que me dejaron en esa otra función. Vieron mi virtud y así continué en la oficina”.

“En el ‘75 me casé y en el ‘78, apareció el taxi”.

Su niñez y juventud

Más adelante hablamos con José respecto de cómo era Río Gallegos cuando era niño. “Nos divertíamos, había muchas confiterías bailables, la vida era muy distinta, ingresabas siendo mayor de edad; igual era el cine, no podías ir al cine a cualquier función como por ejemplo la trasnoche”.

Otro de los recuerdos que tuvo fue el Cine-Teatro Colón “era un lugar muy lindo y muy tradicional de Gallegos. El día que se incendió yo vi las cenizas, me enteré horas después que sucedió. Era un ámbito muy familiar en la ciudad”.

 

Su vida como taxista

En este momento, José nos contó “la tenía clara” por su trabajo en el Correo “conocía perfectamente las calles. En esa época te decían: Llévame a la casa de… Y vos sabías dónde quedaba. La comunidad era mucho más chica y mucho más tranquila”.

“Tenía un falcon, era un auto de batalla, firme. Trabajaba en el aeropuerto y salían viajes por ejemplo a Punta Quilla, Calafate”, agregó al precisar “cuando comencé no estaba en ninguna parada era gira-gira como dice la canción, hasta que recalé en la de la calle Estrada y después pude pasar a la que estoy trabajando actualmente, la parada Radio Taxi Glaciar que está frente a la plaza San Martín” y que también están en otros puntos de la ciudad. 

Una de las anécdotas que recuerda de sus viajes, donde también tuvo que llevar a “figuras famosas del espectáculo, la música”, José rememoró un viaje de regreso de El Calafate “con Antonio Ríos. Nevaba como nunca, me bloqueé y le dije Antonio no manejo más, nos quedamos acá; y me dijo que si estaba loco, no te preocupes, manejó él. Muy buena onda, no se quería quedar en el medio de la nada”.

También nos comentó: “La gente te cuenta historias que no sabés de dónde salen. Haces un poco de psicólogo en el taxi”.

Para finalizar la charla, José hizo una evaluación sobre la situación de la ciudad manifestando que “está muy complicada la ciudad, donde no se le está poniendo las ganas que habría que ponerle; con las calles con baches, donde no es agradable cruzar por donde hay aguas servidas, falta de alumbrado público, hay lugares sin veredas. A veces te llama la gente donde te tenés que subir a lo que sería la vereda, porque no la hay. Para el taxista es complicado, porque por el estado de las calles el auto se te destruye y los costos son cada vez mayores. La ciudad está abandonada, va a costar mucho arreglarla. Ahora está mejorando con el tema de los pluviales, pero está complicado.

La zona de la periferia, es una zona donde no hay infraestructura, donde la gente hace lo que puede. Será que alguien haga algo”.

“A todos mis compañeros, que es un momento que nos afecta a todos, pero lo importante es que estemos todos unidos”, concluyó con un mensaje a sus compañeros taxistas.