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La fábrica de tanques más austral del mundo

RotAus es un emprendimiento local dedicado a la fabricación  de tanques plásticos para agua de consumo humano, aunque, en la actualidad, la utilidad del producto ha encontrado vetas que no hacen más que ayudar al desarrollo. En poco tiempo han logrado insertarse en el mercado y apuestas a la expansión.

  • 29/12/2018 • 13:10

La sociedad entre Juan José Subirá y Fernando González no inició con el nacimiento de RotAus, sino más bien en los inicios de los 80´ en lo que actualmente conocemos como la Escuela Industrial N°4 “José Menéndez”. Egresados del colegio técnico en 1988 al poco tiempo, y “por cosas de la vida”, se volvieron a encontrar en la administración pública donde compartieron labor en la Administración General de Vialidad Provincial, forjando así una amistas que hoy los encuentra también como socios en un desarrollo productivo bien riogallegense.

 

Inicia RotAus

“La situación contractual en Vialidad no era la mejor, como que estábamos sin mucho laburo decidimos emprender algo particular” le cuenta a NOS uno de los socios de RotAus, Fernando González. 

“Comenzamos a buscar un emprendimiento para poder hacer algo más con respecto a nuestro trabajo. Los dos somos maestros mayores de obras y había llegado una época de la vida con algunas cosas resultas, por lo que decidimos emprender algo más para tener otra salida laboral”, confiesa el otro emprendedor de RotAus, Juan José Subirá. Se empezaba a gestar la fábrica de tanques más austral del mundo. 

Ya con el proyecto en la cabeza se toparon con el primer obstáculo. La matriceria no está desarrollada en Santa Cruz por lo que no lograron dar con quien pudiera realizar la matriz (molde) para los tanques.

Finalmente invirtieron varia parte de sus ahorros y la mandaron a fabricar a Buenos Aires. “Nos encontramos con una fábrica muy conocida que le fabrica las matrices a las empresas más importantes de la argentina”, recuerda Subirá y detalla como fueron avanzando en la fabricación de su proyecto: “La máquina que sostenía la matriz era muy cara para nosotros, por lo que pensamos en que podíamos llegar a fabricarla y así hicimos nuestra primer máquina a la nombramos cariñosamente ¨Franky¨”.

Construida “con partes de muchas cosas”, durante el proceso los emprendedores atravesaron muchos inconvenientes sobre todo a raíz de la falta de recursos. “No teníamos lugar de trabajo y un amigo de vialidad, ¨el pelado¨ Jaque, nos prestó su galpón para fabricar la máquina, así empezamos hasta que pudimos ponerla en marcha. Cambio varias veces el proyecto hasta que llegamos hasta lo que está hecho hoy”, celebra.

El mercado y los productos

RotAus ha logrado meterse en el mercado local e intenta proyectarse hacia el interior de la provincia y por qué no las provincias limítrofes (ya han plantado la semilla en Río Grande, Tierra del Fuego).

Fernando cuenta que el boca en boca para la venta particular fue un buen inicio y celebró haber logrado insertarse en los grandes centros de venta de materiales para la construcción.

“Los camiones que viene del norte con los tanques cobran mucho flete y se encárese mucho el producto”, confirma el González para explicar: “Desde que empezamos con los primeros tanques de 600 litros chatos, hemos logrado bajar el costo de ese tanque en más de 1500 pesos solamente con el flete”.

Los tanques por ley deben ser construidos con materia prima 100% virgen, al tratarse de un contenedor de agua para consumo humano. En la actualidad RotAus ha comenzado a innovar con la confección de tanques rectangulares, “un tanque que surgió de una inquietud nuestra, nos arriesgamos a hacer la matriz y empezar a fabricarlo. Está teniendo más aceptación que el circular”, confiesa Fernando.

En el último tiempo la fabricación no solo está centrada en tanques para el depósito de agua potable, sino que han encontrado utilidad como biodigestores, cámaras sépticas, han recibido la solicitud para implementarlos como bebederos para  el ganado ovino e inclusive existe interés por parte de una empresa petrolera para hacer bateas de contención para derrame o rebalse de líquidos contaminantes.

Juan José cuenta que la intención es mejorar, y se ilusiona cuando cuenta que “hay empresas que hemos investigado y tienen 20 ingenieros, desarrollan productos espectaculares. Nuestra idea es crecer, si esto lo podemos hacer un micro emprendimiento vamos a poder darle trabajo a más gente”.

 

Señales de tránsito con material reciclado

Buscando siempre la superación y con la intención de darle otro ángulo al trabajo realizado hasta el momento, y además teniendo en cuenta que la venta de tanque no se da constantemente (se compran uno o dos en la vida), Subirá y Fernández iniciaron a trabajar en la creación de otro producto. Subirá explica que “lo de las señales se da porque nosotros trabajamos en Vialidad Provincial y en un momento habían traído una señal plástica para seguridad vial muy interesante. Lo empezamos a investigar, a trabajar un poquito y decidimos después de hablar con vialidad nacional y provincial que son posibles compradores”. En esta ocasión también decidieron ser ellos mismos los constructores de la maquina donde iría el molde para las señales, esta vez sí construido si en nuestra ciudad por el vecino Mario Maldonado.

Aunque las primeras ventas fueron a la empresa encargada de los pluviales en nuestra ciudad y a la Municipalidad de Río gallegos, por lo que esperan pronto ver su trabajo instalado en algunos sectores de la ciudad.

Lo interesante de este segundo proyecto es la posibilidad de poder trabajar en el reciclado del plástico. En este sentido, Subirá comentó a NOS que “de los tanques tenemos un desecho de material que lo utilizamos en las señales y no tenemos perdidas”, y comentó: “Hemos tenido reuniones con varias personas que quieren reciclar plástico. Estamos muy atrasados en eso y nos gustaría estar un poquito mejor, porque nosotros somos compradores de plástico reciclado y nos encontramos con que acá en el sur, en la patagónica, en Rio Gallegos, no tenemos, lo traemos de afuera”.

Por otro resaltó que “tenemos un vecino que tiene una trituradora, el un poco nos ha triturado material pero aun nos faltan un par de paso para que nosotros  podamos seguir trabajando”, y continuó: “Falta que alguien más haga un molino porque nosotros no podemos hacer todo, tiene que dedicarse otro grupo de personas a ese trabajo. Necesitamos otro empuje”.

Un proyecto, una veta, que puede ser beneficio al desarrollo productivo de RotAus, para nuevos emprendedores que quieran innovar y por supuesto el medio ambiente.

 

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