Madre de la cosmética natural

Karina, hace unos años, hizo un curso a distancia en la escuela de La Plata, Lady Mandrake, sobre isoterapia y también sobre energías y propiedades de las plantas. A partir de allí, comenzó a hacer sus propias experimentaciones siendo que siempre le llamó la atención “el aroma de las plantas de acá, como diente de león y las matas”. Una sección del curso le enseñó a hacer jabones energéticos a base de hierbas, siendo que las hierbas tienen su parte medicinal y curativa, al igual que su parte energética.

Ella trabajaba en la administración pública, pero ser fitoterapista la llevó por otro camino. “Sin desmerecer, sabía que no era mi lugar porque quería seguir estudiando y capacitándome en esto porque me apasiona”, relata Karina a NOS. Lo demás, fue la dedicación que llevó a contar esta historia, su relación con los astros y lo que brinda la naturaleza autóctona.

Conexión sideral

Ser madre es parte de su vida, siendo que tiene cuatro hijos, quienes motivan su trabajo. Su conexión con los ciclos lunares, el cosmos y la astrología la inspiraron en el nombre de Mamá Moon, una confluencia entre uno de sus roles y el vínculo astral.

“Quería gestionarlo, que crezca, darle forma y estructura a lo que estaba haciendo”, señala la emprendedora, quien es entusiasta de su profesión y su unión con el ciclo lunar.

De este modo, empezó a hacer sus maceraciones y experimentar en la elaboración de jabones con plantas como paramela, que se encuentra en la zona de costanera y Punta Loyola. Una planta de flor amarilla y un aroma “muy rico”. El diente de león, romero, manzanilla y malva, son otros componentes que acompañan sus preparaciones.

“Me encantó realizar jabones y estudiar las plantas de Río Gallegos, hice investigación con libros, en bibliotecas, me bajaba PDF y en las redes sociales”, advierte Karina, quien indagando descubrió la manteca de carité, que es una extracto de una nuez que sale en un árbol en África. “Todo me llevó a hacer investigaciones de plantas, ceras, mantecas, extractos y aceites”, agrega, sobre fórmulas que la guiaron para llegar a sus productos.

“Me gusta jugar con el arte de que un jabón tenga distintas hierbas, no me gusta lo artificial sino lo natural, con las propiedades puras”, explica su producción en la cosmética natural.

Prueba y error

“Si no te equivocas no aprendes y yo no llegué a hacer estos jabones de un día para el otro, me han pasado infinidad de cosas”, da cuenta la fitoterapista, quien usa los productos en casa, con la familia y logró curar una dermatitis de su hijo.

“Preparé una crema de manteca de carite pura, con extractos regenerados, oleo de almendras de coco y un poquito de oliva, con eso le pude curé lo que no podían curar otras cremas”, recuerda, siendo que a su hijo no le quedó ni una marca en la piel. 

Buscando los momentos, los tiempos y la energía, Karina produce en casa su cosmetología fuera de lo convencional, aquellas cremas y jabones que llevan químicos y conservantes se suplen por una cosmética basada en plantas y aceites vegetales como oliva, coco o jojoba, entre muchos.

Productos que se encuentran en muy pocos lugares de venta y ante lo cual decidió establecer el lazo con proveedores en Buenos Aires, que le envían extractos y componentes. Algo que permite abaratar los precios en la venta.

Campo abierto

Ser una de las pocas que tiene productos artesanales en el rubro, le abrió puertas en ferias donde pudo llevar sus cremas naturales, jabones vegetales (a base d hierbas y de glicerina) y aceites.

Estuvo en la feria de Russia y fue invitada por los artesanos y productores de El Bolsón Expone en 2018. “Yo voy con perfil bajo, sin volverme loca, trato de meterme en ferias y publicitar en las redes”, señala Karina, quien apunta que “las cosas que se tienen que dar se dan y las que no, no se dan, y esto sigue creciendo”. 

Hoy es monotributista y sus elaboraciones salen de Río Gallegos, hacia El Calafate, El Chaltén y Buenos Aires. Pero ya tiene mucha demanda en Chile. Con ganas de seguir creciendo, piensa en tener un lugar, un espacio que brinde información y educación para que la gente aprenda a hacer los productos naturales que ella hoy ofrece.

“Mi gallegos es una ciudad linda, que hay que aprender a cuidarla y amarla, tiene muchas cosas para hacer y crecer”, subraya la cosmetóloga, para poner en relieve que quiere “plantar acá mis raíces y dejar mi semillita”. Una semilla que germina en su familia y que no se olvida de lo artesanal.  

*CIUDADOS

Todas las herramientas de cocina que usa tienen que estar separadas de las preparaciones alimenticias. Hay que tomar recaudos,  prevenciones y cuidados en la preparación de aceites, jabones y velas.