A 20 años de la tragedia de Cromañón: el testimonio de un sobreviviente

“En aquel momento yo tenía 17 años, fui al recital junto a mis amigos del barrio de La Boca, la idea era pasar un buen momento entre todos”, recordó Jorge. “Ya habíamos ido a ver a la banda varias veces antes. Les dije a mis amigos que me saquen entrada para el 30 porque no quería perderme el último recital del año”.

Sin embargo, lo que debía ser una noche de música y alegría se convirtió en una pesadilla. “Lamentablemente me acuerdo de todo, pero particularmente del momento en el que se prende fuego el techo y empieza a caer fuego sobre toda la gente que estaba”, relató. “De repente fue todo caos y hubo que intentar salir. Por suerte estábamos atrás, donde se veía la luz de la calle. La otra luz era la del cartel de salida de la puerta fallida”.

Jorge también desmitificó una de las versiones más difundidas sobre el origen del incendio: “No fue una bengala, fue una candela, que es un aparato que se enciende y empieza a disparar luces de colores. Una hizo chispa con los paneles acústicos que no estaban bien puestos y se originó el incendio”. Además, cuestionó las condiciones del lugar: “Ese lugar no tendría que ni haber estado abierto, era una trampa mortal. Yo solo fui a ver la banda que me gustaba”.

Sobre las responsabilidades legales, Kehiayan manifestó sentimientos encontrados: “Justicia hubo, la cual determinó quienes eran culpables y se repartieron esas penas. De los 18 condenados, 12 son de la banda, incluidos los músicos, el manager, el escenógrafo y su entorno. Los otros 6 son funcionarios, el dueño del lugar, el gerenciador, el policía que firmó la habilitación y no mucho más”. Sin embargo, agregó: “Con el paso del tiempo te das cuenta de que no se hizo justicia, sino que hubo una simulación donde la justicia decidió cortar por el hilo más fino y no seguir investigando en la escala de responsabilidades porque esto estaba por llegar al poder político y se tenía que cortar en algún momento”.

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Kehiayan también mencionó la serie televisiva inspirada en la tragedia, pero dejó clara su postura: “No la vi ni la pienso ver. En mi caso particular no necesito verla, no quiero revivir situaciones que uno ya sabe bien lo que pasó”.

El recuerdo de aquella noche no se limita a la tragedia personal. “Yo logre salir del boliche, menos uno de mis amigos que había quedado adelante. Ahí empezó todo el caos. Nosotros nos decidimos a proteger a nuestras amigas para que no vieran nada que no quisieran ver, así que las dejamos a la vuelta y volvimos para buscar a nuestro amigo. Intentamos entrar, pero la realidad era otra: había que ayudar a todas las personas que estaban ahí”. Reveló también un dato impactante: “El 40% de los fallecidos en Cromañón fueron gente que volvió a ingresar al lugar”.

Actualmente, Jorge forma parte de la organización No Nos Cuenten Cromañón, que trabaja en la memoria y el acompañamiento de sobrevivientes y familiares. “Hoy tenemos a las 17 horas el acto en el Obelisco. Vamos a tener música, cultura, arte para recordar a los chicos y chicas que ya no están, pero también tratamos de darle vida a lo que quedó y a los que nos quedamos acá”.

La organización también impulsa un libro titulado "Voces, Tiempo, Verdad", que Kehiayan escribió junto al periodista Bruno Larocca. “Cuenta con voces como el Indio Solari, que relata cómo fue la escena musical post-Cromañón. Tratamos de abarcar lo mayor posible”, explicó. Con los fondos recaudados por la venta del libro, financian un plan de atención en salud mental: “Vimos que el Estado falló en ese sentido. Los sobrevivientes y familiares no tuvimos la atención en salud mental adecuada, lo que hace que hoy tengamos una tasa de suicidio similar a los excombatientes de Malvinas. Los profesionales son sobrevivientes también”.

A pesar de todo, Jorge sigue ligado a su pasión por la música: “Yo sigo yendo a recitales. Me gusta el rock y tengo presente que la música no mata”.