Construyen su cerco con ecoladrillos y tiran solo dos bolsas de basura al mes
Se trata de una familia de nuestra capital que se ha puesto en la tarea de reciclar sus desechos. Con botellas y envoltorios hacen ecoladrillos que son utilizados para la construcción de su cerco, y con los orgánicos hacen compost. “Ojalá la gente entienda que el tema de la basura no es culpa de la Municipalidad, sino nuestro”, expresó Rosana.
Uno de los grandes problemas ambientales de la actualidad en todo el mundo es el de la basura, o mejor dicho qué hacer con ella, ya que el ritmo y velocidad de producción de desperdicios supera al de su degradación.
Nuestra ciudad no es ajena a esta situación, incluso podría considerarse la mayor problemática que los vecinos sufren en la actualidad. En este sentido, si bien desde distintos sectores de la comunidad se intenta incentivar el reciclaje, lo que falta es el compromiso de la sociedad.
En este sentido, Rosana Agüero y su familia han tomado la posta y ya hace tres años trabajan en la reducción de sus residuos domiciliarios. “No tiramos nada de basura, o muy poco, yo saco una bolsa de basura cada 15 o 20 días”, comenta Rosana a TiempoSur y detalla cómo comenzó con la fabricación de ecoladrillos que hoy son utilizados en la construcción del cerco de su vivienda. “Siempre que compré verduras o pan utilizaba esas bolsas para la basura, pero eran demasiadas”, y continuó: “Un amigo me dio la idea entonces comencé a investigar y me enteré cómo hacer ecoladrillos, de ahí en más no volví a tirar nada”. El trabajo consiste en llenar botellas plásticas con envoltorios de todo tipo, paquetes de fideos, arroz, papeles, galletas, aunque algunas también contienen arena. El proceso iniciado por la familia va más allá, ya que, según explica Rosana, “para tirar nos queda yerba o cáscaras de frutas, esas cosas, pero solo a veces porque cada tanto hacemos compost, y reducimos muchísimo la basura”.
Luego de la fabricación de los ecoladrillos, la pregunta fue qué hacer, por lo que tomaron la decisión de construir el cerco de su vivienda. “Cuando recién empezamos hubo gente que se burló y otras pateaban el cerco para ver si se caía, pero ahí está el cerco hace años y todavía falta terminar”, comentó la vecina que hasta el momento ha utilizado más de 700 ecoladrillos en la obra, la cual llevará un tiempo más en ser finalizada, y afirma que ahora “cuando nos ven trabajar aparece gente con botellas y eso es buenísimo, hasta los amigos de mis hijos, los chicos del barrio se sumaron. Un botella tarda 100 años en degradarse”, concientizó.
En este sentido, nuestra protagonista manifestó: “Ojalá la gente entienda que el tema de la basura no es culpa de la Municipalidad, sino nuestro, somos nosotros los que la tiramos”, y siguió: “La idea es que todos imiten, pero no, me felicitan nomás y siguen tirando basura. Ojalá alguien se sume, además del cerco, con estos ecoladrillos se hacen casas, canteros, con las botellas podes hacer muebles, macetas, si buscás en internet hay infinitas cosas”.
Por último, Rosana volvió a remarcar: “Lo más importante es remarcar que el tema de la basura es culpa de todos. Lo hicimos nosotros, es nuestro pequeño aporte al medioambiente, siempre tuve en mente preparar un proyecto para esto porque con toda la basura podríamos hacer mucho por la ciudad”, cerró.
*La mayoría de los productos que compramos y utilizamos poseen plástico, material que lleva mucho tiempo en degradarse, por lo que supone un impacto en el medio ambiente si no es desechado de manera correcta. Como opción para la reutilización de residuos plásticos o residuos que poseen algún porcentaje de plástico apareció el Ecoladrillo. Una vez terminado, puede servir como aislante acústico, térmico y antisísmico.