24 de abril: ¿Qué fue el Genocidio Armenio? Democracia y reconocimiento en Argentina
En Argentina, el reconocimiento y la memoria del Genocidio Armenio están fuertemente vinculados a la experiencia de los primeros años de la recuperación de la democracia. Su inclusión como efeméride educativa desde el año 2006, se inscribe en un largo camino de conmemoración y legado de la comunidad armenia en nuestro país, para reflexionar sobre las consecuencias de la intolerancia y la importancia del respeto entre los pueblos y las personas.
El 24 de abril se recuerda el Genocidio Armenio. Se trata del primer genocidio del siglo XX, un crimen que marcó un quiebre para la humanidad y que, al día de hoy, permanece impune.
El genocidio contra el pueblo armenio consistió en la deportación forzada, el asesinato y el intento de eliminar la cultura armenia por parte del gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio Otomano entre 1915 y 1923. Se calcula que entre un millón y medio y dos millones de personas armenias fueron perseguidas y asesinadas.
Si bien el plan sistemático de exterminio comenzó antes del 24 de abril, la noche del 23 de abril de 1915 y la madrugada del día 24, cientos de escritores, artistas, eclesiásticos, maestros, profesionales y miembros influyentes de la comunidad armenia fueron arrestados, deportados y, posteriormente, asesinados. Es por esto que se la considera como la fecha emblemática del Genocidio Armenio y resume simbólicamente todos aquellos crímenes cometidos por el Imperio Otomano en perjuicio de este pueblo.
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Esta fecha permite recordar no solo el exterminio, sino también la lucha activa y permanente del pueblo armenio por el reconocimiento de la verdad y la justicia en contra de la impunidad, la negación y el silencio.
Memoria y justicia: el Genocidio Armenio en nuestro país
Para el pueblo armenio, que careció de un estado nacional soberano hasta 1991, el ejercicio de la memoria se realizó mediante la demanda del reconocimiento internacional de los crímenes cometidos en esos años. Sin embargo, el intento de su inscripción en el tiempo y en el espacio no fue una tarea sencilla. Recién en 1985, la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU accedió al reconocimiento explícito del genocidio, luego de muchos años de lucha activa contra el silencio y el vacío jurídico.
Alrededor de treinta Estados de todo el mundo han reconocido el Genocidio Armenio. En la Argentina, con la recuperación de la democracia en 1983, se abrieron nuevas perspectivas para que la causa armenia pudiera articularse con los movimientos de Derechos Humanos.
Uno de los primeros antecedentes de ese reconocimiento fue por parte del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), quien se pronunció al respecto en el año 1987. Le siguieron varias resoluciones del Congreso Nacional, a lo largo de la década siguiente.
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Sin embargo, fue recién el 13 de diciembre de 2006, durante la presidencia de Néstor Kirchner, cuando el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación sancionaron la Ley N° 26199 declarando el 24 de abril "Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos", en conmemoración del genocidio sufrido por el pueblo armenio.
La memoria y un monumento
En Argentina, muchos y diversos actores sociales han protagonizado las luchas por la memoria y han creado espacios, marcas, museos y memoriales. En el caso del Genocidio Armenio, también se hizo presente esta lucha por visibilizar el pasado y pedir justicia.
La plazoleta Monte Ararat, que toma su nombre de una región geográfica ubicada en Armenia, está emplazada en el barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires. En el año 1998 se inauguró allí una fuente conmemorativa que recuerda y homenajea a las víctimas del genocidio. La estructura de este monumento remite a la simbología del propio monte, y se propone como un espacio de recordación y memoria de la comunidad armenia que vive en Argentina, para las futuras generaciones.