Cómo la pandemia afectó sus trabajos, la vacuna y el brote de casos

La semana pasada, Reino Unido anunció un nuevo confinamiento (lockdown) ante un considerable aumento de casos de COVID-19.

El país que fue el primero en occidente en comenzar a vacunar –a inicios de diciembre con las dosis del laboratorio Pfizer- y que aprobó hace días la vacuna de Oxford, fue también sitio de una nueva cepa descubierta en septiembre del año pasado.

En Londres desde hace cuatro vive Marcos Sticco, patagónico de Trelew, quien por la pandemia, fue una de las más de mil personas que se quedó sin trabajo luego de que la empresa de turismo en la que trabajaba cerrara sus oficinas ubicadas en Cambridge.

Pero por cuestiones familiares, Marcos decidió hacer más de 1000 kilómetros y llegar Suiza, en la provincia de Aargau, en donde residen su esposa e hijos.

Suiza comenzó la vacunación -también con Pfizer- dos días antes de Navidad, pero resolvió días antes un confinamiento durante 30 días.

“Pensaba volver a Londres, pero con la cuarentena estricta, no tenía sentido que volviera”, contó a TiempoSur.

Casi la mitad de la población suiza está dispuesta a vacunarse, aunque 1 de cada 3 personas encuestada no está dispuesta darse la vacuna. “De los mayores de 50 años hay un 60% que quiere vacunarse, pero de la franja a 15 a 49 solo el 40% está dispuesta a recibir la vacuna”, sostuvo según el reflejo de medios suizos.

Suiza comenzó a aplicar la vacuna a mayores de 75 años, personas con enfermedades crónicas, luego para 65 años, personal sanitario y cuidadores en contacto con pacientes con Coronavirus y que trabajan en instalaciones de alto riesgo.

Luego apuntarán al resto de la población. “Estiman que antes del verano (junio) tendrán vacunadas a 6 millones de personas, de un piso de 8,5 millones de habitantes, lo cual es una proporción bastante alta”, indicó.

Su esposa, que es suiza, se vacunará pero no actualmente. “Prefiere esperar a ver qué efectos tiene la vacuna, porque ahora todo muy reciente, pero sí se pondría la vacuna”, aclaró.

En Aargau, provincia suiza, hay dos centros de vacunación. “Es una provincia chiquita con un radio de 70 kilómetros”.

En el caso de Marcos, lo hará en Londres, ya que allí reside.

“En Aargau hay solo dos centros de vacunación, pero es una provincia muy chiquita, con un radio de 70 kilómetros como mucho”, detalló.

Los adultos mayores que quieran vacunarse deben anotarse online, ya que no es obligatorio.

Para viajar entre Londres y Suiza, es probable que en un futuro no muy lejano exijan estar vacunados o el PCR actual, el cual “es un test bastante caro y deben ser 72 horas de anticipación antes de viajar, como mínimo”.

-TS:¿Qué diferencia notás entre la sociedad inglesa y la suiza respecto a los cuidados y la vacuna?

Marcos: En Londres respetan poco y nada las restricciones. Es una cultura muy abocada los pubs y a la cerveza, como lo es en Argentina juntarse a tomar un café con amigos, y por eso cerraron todos los pubs porque no podían evitar que llegaran todos. No respetan las restricciones y están mucho en la calle. La gente de Suiza respeta más y las multas por desobedecer son de hasta 10 mil francos, que es poco más que 10 mil dólares. En Suiza, tenés tu propio vecino o de tu pueblo que si te ve que infringís alguna regla, te denuncia o avisa. En Londres eso no lo ves y cada uno hace lo que quiere. Hay normas, pero no hay policía controlando y la gente tampoco lo cumple. Para dar un ejemplo, tengo 10 minutos caminando el puente sobre el río Rin que limita con Alemania, y la frontera está abierta pero no se puede ir a Alemania porque tiene restricciones y cuarentena obligatoria para cualquiera que entre. Solo pueden entrar los que son trabajadores esenciales y si tenés motivos familiares, pero no podés ir de compras y cruzarte para dar una vuelta por la ciudad, pero si querés hacerlo, lo podés hacer, porque no hay un policía controlando la frontera, no hay nadie, pasás y ves gente que cruza caminado, pero te exponés que si te pescan en Alemania y no tenés motivo para estar ahí, te hacen una multa severa. Está en cada uno cumplir con esas cosas y acá se cumple mucho. Si te pescan del lado suizo o alemán te exponés.

SE MANEJA

Federico de Vera (47) casado con dos hijos de 16 y 19, vive en Londres desde hace mucho más tiempo. Como está en el sector hotelero, en Buenos Aires, le surgió la posibilidad de emigrar al exterior a trabajar en la cadena de hoteles Hilton. Estuvo en el rubro hasta 2010, cuando lo cambió por ser Instructor de Manejo.

“Mi trabajo no es esencial, el confinamiento nos afectó mucho. El Gobierno nos ha estado dando una ayuda económica para los que somos trabajadores independientes”, contó.

Sus alumnos también fueron afectados “porque los exámenes son cancelados todo el tiempo”.

Federico opinó que el objetivo del gobierno inglés es “muy alto”, ya que pretenden vacunar a 14 millones de personas en 7 semanas.

Justo en el momento de la entrevista, el viernes, Reino Unido aprobó una tercera vacuna, de laboratorios Moderna.

“Tuvieron que pedir ayuda al Ejército para dar las vacunas y tienen problemas con el abastecimiento de las mismas”, mencionó.

Que existan dos vacunas aprobadas de “último minuto” le genera algo de desconfianza al trelewense. “Tengo mis dudas con respecto a las vacunas por cómo se apresuraron a sacarlas al mercado porque deberían haber hecho unos estudios más extensivos para ver el rendimiento”, opinó.

Incluso en la comunidad argentina “hay una opinión dividida, hay gente que se pondría la vacuna ahora y otra que prefiere esperar”.

Su esposa se contagió de COVID-19 a fines de septiembre, aunque fue de manera leve el tránsito de la enfermedad. “No hizo falta internarla pero los primeros siete  días no tenía fuerzas para nada”, relató.

El nuevo brote de casos “es más fuerte que la primera”, marcó, ya que “ahora afecta a gente mucho más joven cuando antes era solo a gente mayor”. “Estamos teniendo más muertos e infectados que en abril del 2020”, advirtió.

Federico también descree de las cifras de muertos e infectados por Coronavirus, porque entiende que no se transparentan “para no generar pánico en la población”.

Como Marcos describió casi del mismo modo a la sociedad inglesa en cuanto al respeto a los cuidados sanitarios. “La gente no se lo toma en serio porque creen que nunca les va a pasar hasta que les toca de cerca”, señaló.