Corazón de madera
El oficio del trabajo en madera es uno de los más antiguos del mundo. Puede ser industrial o artesanal, pero siempre involucra a personas que intervienen en las diferentes etapas de trabajo sobre la madera. Tiempo Sur entrevistó a Fabián, emprendedor de la carpintería, para conocer más sobre este oficio que se vincula con el arte.
La carpintería es uno de los oficios más antiguos del mundo. El trabajo de la madera ha pasado de escultores a carpinteros en muchas generaciones y permitió un vínculo particular para quien incursiona en el rubro. Ya sea quien talle un juguete como quien construya una vivienda y muebles, la relación entre el artesano y la madera crea una sinergia que desentiende ese oficio de un trabajo cualquiera, ya que adquiere otro valor al generar la posibilidad de crear y moldear un producto con las manos.
Esta profesión ha permitido, también, desarrollar un negocio con gran demanda en el mercado. Pensar que un oficio se transforma en una empresa y pasa de una profesión a un trabajo del cual se adquieren ingresos. Una actividad que genera trabajo, incentiva a diversificar en la construcción de productos con estilo y una atadura con la veta artística.
Trabajadores de la lenga
Fabián y Walter son hermanos y hace 5 años decidieron incursionar en el rubro de la madera, es así que fundaron Maderas (y hoy también Mueblería) Tolhuin, ubicada en calle Urquiza 285.
El negocio trabaja con madera de lenga, con la venta de tirantes, confeccionan muebles, puertas, cantoneras, casas sobre trineo y todo tipo de muebles a medida.
“Mi hermano era camionero y decidió incursionar en el negocio de la madera”, explicó Fabián a TiempoSur, al observar que la madera de lenga es un árbol autóctono, de la zona, que se adapta mucho al clima y no se deforma ni sobreseca en el producto final.
Hace un año abrieron la mueblería y venden muebles a medida, todo fabricado por ellos y sus empleados, carpinteros formoseños que conocen muy bien el oficio. “Todos somos empleados y todos somos dueños”, aclara.
Fabián comenzó, aprendiendo y capacitándose, en la atención al cliente. Más tarde, empezó a manejar maquinas, hacer los secados, a manejar el horno y todo un trabajo de la profesión que le llevó su tiempo aprendizaje.
El oficio, en la mano de obra tiene dos partes: Por un lado el trabajo con herramientas y maquinaria y, por otro lo artesanal, trabajando minuciosamente en el detalle. “Es inevitable no ocupar máquinas”, advierte, siendo que crece la demanda a medida que aumentan los pedidos de la clientela.
Sobre las etapas de trabajo: El proceso de secado, la vuelta de encolado de la madera para que la madera no se deforme con la calefacción del hogar, son las más relevantes.
Vale remarcar que un bajo mesada con secado y encolado tarda entre las primeras labores, de 10 a 15 días. Aunque algunos muebles artesanales llevan un tiempo de elaboración de una semana.
“Todos trabajamos de la misma manera y hacemos todo”, señaló Fabián respecto a quienes integran el negocio y remarcó que es la única maderera en Río Gallegos que tiene horno de secado para pasar de madera verde a una madera que se pueda trabajar.
Esta industria abarca, también, la logística requerida para hacer los traslados de la madera y la administración, fundamentales para llegar a tener el material que será utilizado en las diferentes producciones.
Para Fabián, “lo lindo de este trabajo es la satisfacción del cliente cuando entregás el producto” y subraya que “tiene un plus aparte más allá de la ganancia que vos tengas”.
Es que aplicar la técnica en el diseño y generar obras únicas con el trabajo de la madera, es un oficio de años. Ese que aún hoy permite que sus creadores, ya sean los carpinteros, artesanos y trabajadores de esta profesión encuentren su estilo e impulsen un emprendimiento redituable y productivo.