Facilitadores y talleristas recibieron una charla sobre grooming y bullying
La misma fue disertada por el Lic. en Criminalística, Marcos Barría, y la Lic. Soraya Saldivia.
En las instalaciones del Centro de Promoción de Derechos -dependiente de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Río Gallegos- se llevó a cabo una Encuentro de Formación sobre Bullying y Grooming, destinado a facilitadores familiares y talleristas del centro. El mismo fue disertado por el Lic. en Criminalística, Marcos Barría, y la Lic. Soraya Saldivia.
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En este marco el Lic. en Criminalística, Marcos Barría, dialogó con TiempoSur y señaló que a lo largo de la charla -en la cual él abordó la temática del grooming específicamente- “se hizo hincapié en el Programa de Prevención que dicto, en representación del Rotary Club Río Gallegos Huari, el cual integro. Estamos incorporados al Consejo Municipal de Niñez y Adolescencia y, específicamente, en un grupo de profesionales, en el área de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños”.
Barría indicó que la charla estuvo orientada, por una parte, al grooming, tanto a su concepto etimológico como a la parte jurídica: “Desde el punto de vista jurídico, está contemplado en el Artículo N°131 del Código Penal, donde hay una pena de 6 meses a 4 años para aquel que se contacte -por cualquier dispositivo- con una persona menor de edad, con el objetivo de cometer un delito contra su integridad sexual”, puntualizó.
A lo largo del encuentro, se explicaron casos concretos de grooming, tales como el ocurrido a la joven Micaela Ortega en el año 2016: “Micela es una nena que fue asesinada en Bahía Blanca, a los doce años de edad. Fue engañada por una persona adulta que se hizo pasar por una niña y, ante esa inocencia, el delincuente -el cual había estado prófugo de la Justicia en Río Negro- la cita y ella va al encuentro. El día 23 de abril la lleva a un descampado y la asesina, y su cuerpo es encontrado a fines de mayo de ese año. Este fue el primer caso cruento de femicidio conectado con el grooming y esta persona fue condenada a cadena perpetua”, contó el licenciado en Criminalística.
Indicios
El disertante señaló que existe una serie de indicios para detectar el grooming. En primera instancia, los jóvenes tienden a ocultar la pantalla del celular ante la presencia de adultos, demuestran aspectos de ira, enojo o tristeza y también dejan de ver a familiares -a quien recurrentemente veían-; además, algunos dejan de hacer prácticas deportivas, suelen registrar un bajo rendimiento escolar y comienzan a desarrollar un evidente retraimiento.
Qué hacer
Barría indicó que, ante la detección del grooming, se debe “hacer la denuncia inmediatamente, hacer capturas de pantalla y entregar el dispositivo al momento de la denuncia, para que los expertos trabajen sobre ellos y estudien el almacenamiento de información e imágenes. No se aconseja que el adulto se haga pasar por la víctima, porque el Código Penal establece que, de un lado, debe haber una víctima niña o niño y, del otro lado, un adulto”, puntualizó.
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Por último, Barría expresó que el diálogo con los niños y jóvenes es fundamental para evitar que sean víctimas de grooming: “Hay que preguntar qué aplicaciones fueron instaladas, qué información han leído últimamente y usar un lenguaje acorde para generar confianza”, concluyó.
Según las estadísticas reales realizadas por organizaciones dedicadas a la prevención del grooming, 7 de cada 10 adultos desconocen acerca de esta práctica, al 35% de niños y niñas les han solicitado material en contexto de desnudez a través de internet, un 33% ha recibido imágenes o videos con contenido sexual, 6 de cada 10 niños hablan con desconocidos y 3 de cada 10 se han encontrado con desconocidos a través de entornos digitales.