Julia Simonelli: “Discapacidad no es incapacidad”
En la tarde de ayer se llevó a cabo un taller informativo encabezado por la Súper Intendencia de ART de la Nación, sobre riesgos en el trabajo, dirigido a todas aquellas personas con discapacidad pertenecientes a APPADi.
La Superintendencia de ART de la Nación se encuentra llevando a cabo una serie de talleres que están dirigidos a todas aquellas personas con discapacidad que deseen informarse acerca de los riesgos que pueden existir dentro de un ambiente laboral. En la tarde de ayer, el mismo se brindó en el Taller Protegido de APPADi, sito en las calles San Martín y José Ingenieros de la ciudad de Río Gallegos.
TiempoSur dialogó con Julia Simonelli, licenciada en Riesgos de Trabajo y Seguridad de Nación, quien disertó acerca de este encuentro informativo y las diferentes dificultades que se les pueden presentar a las personas con discapacidad dentro del trabajo: “Lo que estamos realizando desde la Superintendencia de Riesgos de Trabajo de la Nación son jornadas de concientización en prevención de riesgos dirigidas a personas trabajadoras con discapacidad en los Talleres Protegidos de Producción. Es un programa de fortalecimiento que está en vínculo con el Ministerio de Trabajo de Nación y lo que se hace es brindar este tipo de charlas en las que hablamos de prevención de riesgos no sólo en el trabajo, sino también en la calle y en la casa. Además de dar un fortalecimiento en lo que tiene que ver con situaciones de auto validación; mejorar la autoestima de la persona con discapacidad y que ellos entiendan que discapacidad no es incapacidad. No son sinónimos. No sólo ellos, sino la sociedad para que verdaderamente pueda haber una inclusión en todos los órdenes de la cotidianeidad de una sociedad”, explicó Julia.
Sobreprotección en el trabajo
Una de las dificultades que se les presentan a las personas con discapacidad al momento de desarrollarse dentro de un ambiente laboral es la sobreprotección por parte de sus compañeros, lo cual puede volverse contraproducente: “A veces hay situaciones de mucha sobreprotección que tienen que ver también con que las personas sientan que permanentemente son niños o “chicos”, como le dicen, cosa que no se debe hacer porque no son chicos, sino que son personas adultas, responsables que tienen que asumir esa situación también. Eso depende de nosotros”, puntualizó la licenciada.
“Hay toda una situación que tiene que ver con un cuidado extremo en la persona y mucha empatía con lo que le pasa, que eso en un empleo formal a una persona con discapacidad o sin discapacidad no lo tiene, por eso el taller protegido es un lugar donde el trabajo se vive de una manera muy particular” remarcó, al mismo tiempo que expresó que esto podría ser contraproducente para ellos ya que “la persona cuando se siente sobreprotegida también siente que tiene mayores posibilidades de hacer las cosas “no tan bien” y que le repitan las cosas muchas veces, y no está bueno. Ellos como trabajadores necesitan tomar conciencia de que son personas grandes y que tienen que generar un vínculo de responsabilidad con la persona que les da el empleo para poder cumplirlo de la manera que se tiene que cumplir un trabajo: respetando horarios, respetando la asistencia, el tema del respeto a la persona que supervisa la tarea, también el respeto entre compañeros, todas situaciones cotidianas que tienen que suceder no sólo en un taller protegido, sino también en el empleo”, añadió.
Dentro del taller, “hablamos de cómo se deben prevenir los riesgos en la calle, la importancia de respetar las normas de tránsito como peatones. Hablamos también mucho del tema que tiene que ver con los cuidados en la casa, la importancia de la colaboración en las tareas del hogar, tanto hombres como mujeres, que no sean sólo los padres quienes son responsables de las tareas ya que ellos ocupan un lugar en la convivencia con obligaciones que tienen que cumplir y que tienen que saber. También el movilizarse en su vida porque hay una sola cosa que sabemos muy claramente y es que algún día, como seres humanos que somos, nos vamos a morir y el día que no estén sus papás ellos van a tener que hacerse responsables de sus vidas y para eso hoy, que los tienen, tienen que aprovecharlos y aprender a hacer las tareas cotidianas de la casa, aprender a cocinar, aprender un montón de situaciones que hacen a la vida de cualquier persona que tiene que llevar adelante una vida independiente, y ellos como trabajadores así como trabajan acá en el taller tienen que poder hacer las tareas cotidianas de su casa también”, concluyó Julia.