Mapa al paso: Registro de "basurales clandestinos"
Hay de todo tipo. Algunos proliferan más que otros, algunos fueron saneados pero vuelven a surgir, y otros parecieran no tener solución. A pesar del trabajo realizado en los últimos años por el municipio, los basurales clandestinos forman parte de las problemáticas a resolver.
Sin dudas, los "minibasurales" a cielo abierto constituyen un riesgo para la salud pública. En Río Gallegos, con el correr de los años y las gestiones, la situación se tornó insostenible y hoy aún perdura en la ciudad, aunque en menor escala.
En primer término hay que atender la desaprensión de muchos de los habitantes de nuestra capital. Es necesario que cada uno colabore y entienda que no se deben arrojar residuos en la vía pública o fuera de los lugares permitidos, ya que esta práctica produce una especie de "efecto contagio" que hace que otros vecinos hagan lo mismo. El problema es que estos minibasurales pueden dar lugar a la presencia de plagas que pueden actuar como vectores o reservorios de ciertas enfermedades zoonóticas. El caso más común es de los roedores que se alimentan de basura y restos de comida en mal estado.
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Vale la pena mencionar que los vecinos que acuden a esta metodología para deshacerse de sus residuos ha sido producto de la mala atención y falta de una política integral respecto al tratamiento de nuestros residuos sólidos urbanos, algo que se ha comenzado a estudiar en la provincia a través de la Secretaría de Estado de Ambiente recién durante la gestión de Alicia Kirchner, tarea además a la que se han acoplado los municipios.
En este sentido, en nuestra ciudad, uno de los puntos importantes de la gestión municipal ha sido el saneamiento en materia ambiental, aunque queda mucho por mejorar. Sin ir más lejos, la creación de minibasurales responde directamente a la falta de un sistema y servicio de recolección acorde a las características de la ciudad.
Muchos de los minibasurales se han saneado a lo largo de los últimos años, aunque hay sectores que recurrentemente vuelven a mostrar signos de la desidia por parte de la comunidad. En otros lugares se hace notar la falta de trabajo por parte de las áreas correspondientes.
En esta ocasión, por conmemorarse hoy 5 de junio el Día Mundial del Medioambiente, docentes y estudiantes de la Escuela de Geografía de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Unidad Académica Río Gallegos, instalaron un mapa en el ingreso a la sala de conferencias "Prof. Iris Bergero", donde la comunidad educativa de la casa de altos estudios puede acercarse y colaborar registrando basurales clandestinos.
Mónica Norambuena, directora de la escuela de Geografía, habló con TiempoSur, y remarcó que "la idea de realizar estas actividades tiene que ver con que permiten registrar información al momento y actualizada, la cual después es muy sencilla volcarla a un sistema de información geográfico; además dan la posibilidad de continuar con el trabajo de generación de conciencia en los estudiantes y la comunidad en general".
Por otro lado, recordó que en 2015, durante el conflicto municipal, profesionales de la UNPA UARG, dieron cuenta de la contaminación ambiental que se estaba generando y buscaron una alternativa legal para comenzar a ponerle un freno. En este proceso, el aporte de la casa de altos estudios fue de gran impacto en la comunidad.
"Algunas cuestiones han mejorado, pero nos queda trabajo por hacer. La educación ambiental debe ser de todos los días para la generación de conciencia", remarcó la docente universitaria.