Poner el cuero

Mercedes Saravia (40) tiene una larga trayectoria y una historia increíble que nació en La Plata en 1999 y continúa en Piedra Buena, Santa Cruz.

Fabrica marroquinería (cinturones en cuero) desde hace 10 años y en el 2019 comenzó a fabricar calzado. Es diseñadora industrial y estudió diseño de indumentaria y textil en La Plata y Buenos Aires. Su currículum es importante para esta historia.

“Cuando terminé las dos carreras trabajé como empleada de distintas empresas”, detalló. Estas empresas fueron multinacionales en donde se desempeñó como jefa de Diseño en Coca Cola Argentina, Procter & Gamble (también conocida como P&G), Colgate y Unilever, empresa con cual tuvo contrato de exclusividad. 

En 2009 comenzó a trabajar de manera independiente. “Empecé en Buenos Aires, diseñé los productos, pero antes compraba la materia prima en el barrio de Boedo, en donde están los proveedores de marroquinería y ahí llevaba los materiales a mi casa porque no tenía otro lugar físico. Trabajaba en el living de mi casa”.

Pero la pequeña gran diferencia de Mercedes fue que diseñó una técnica para reciclar el cuero. “Nunca hice productos  comunes como los que se ven en cualquier vidriera, siempre los hice en base a la técnica que creé. Pero no sólo porque me interesaba mostrar la técnica, sino porque era súper barato producir de este modo, ya que debía tener el cuero de fábricas de descartes que algunas lo regalaban y otras me cobraban el precio mínimo y con ese material barato hacía productos que los vendía caros porque eran de diseño y de cuero”, explicó.

Es decir, el “secreto del negocio” de este diseño sustentable, es no pagar el cuero que se lo vende una curtiembre, sino aprovechar los descartes.

Esta técnica -llamada “textura modular”- y el cambio en su trabajo, coincidió con el embarazo de su segunda hija, de un total de tres hijos. No contaba con dinero para invertir en Buenos Aires, en donde buscó visibilizar sus productos en un mercado muy competitivo.

“En Buenos Aires gané un concurso que financiaba mi proyecto y pude abrir un local”. Esto fue en 2011, pero por los altos costos de alquiler cerró el local  en 2013, retuvo la cartera de clientes y la fábrica.

Justo en este vértice de su vida y por un problema familiar, el destino la trajo a Piedra Buena.

De estar en el centro del diseño como es Buenos Aires a irse a una localidad muy lejana, le trajo irónicamente, beneficios. 

“Desde acá (Piedra Buena) participar en los concursos y anotarme en los concursos era como más valioso ya que siempre quedaba seleccionada porque no hay diseñadores en la Patagonia que participen”, mencionó.

Premios

En septiembre de 2013 ganó su primer concurso de la Patagonia: Quedó seleccionada entre 10 diseñadores que participaron en la semana del diseño al norte de Italia, en Torino. Mercedes representó a la Argentina.

“Desde allí me empecé a vincular”, contó.

En 2015 ganó otro concurso también en Italia, pero en Milán para la Semana de la Moda; en 2018 fue becada para un workshop en el norte de España, Bilbao. 

En el 2019 estuvo dos veces en Perú para dictar clases y también fue premiada en Italia por el diseño de sus zapatos.

“Siempre me costó todo mucho”, dijo.

El taller se encuentra en el garaje de su casa, en Piedra Buena. Trabajan cuatro personas para la temporada, como octubre y noviembre, y mitad de año para la temporada europea.

“Tengo una amiga en Ibiza que me vende”.

El proyecto

Todo no termina allí. El año pasado creó –gracias al apoyo de la Secretaría de Turismo de la provincia- una campaña  denominada “Salvar al glaciar”, para promover a las empresas a la donación de cuero que pasa por un semiproceso bajo sus instrucciones. A cambio de las donaciones, se les obsequiaba una semana en El Calafate y El Chaltén en temporada. “La idea es concientizar a los industriales para que hagan algo con sus desperdicios, no los tiren y vincularlos con el Glaciar que es lo que más se está afectando con el cambio climático, que tiene que ver con el exceso de desperdicios que estamos generando”, expuso.

En varios países de Latinoamérica mostraron interés con la propuesta turística de la Patagonia. “Solo deben traer el cuero y están bastante interesados”.

“Lo interesante es que no es sólo cuero de mi país sino de otros países que son de alta calidad, como ecuatorianos, peruanos”, afirmó.

La idea le valió el segundo lugar en el certamen nacional “Emprendedor del año”.

Pero no es lo único. Hace poco fue seleccionada para el premio “Mamá Emprendedora, al cual no pudo asistir ya que en la misma fecha -el 5 de diciembre- debió asistir a un Congreso en Ecuador.

Contradictoriamente Mercedes casi no enseñó en la Argentina, salvo un año en el en donde expuso su técnica en la escuela de diseño en la que cursó sus estudios.

“Fue como retribución a la escuela. Hoy me están contratando para que enseñe en otros países. Pero salvo en la escuela, nadie más me ofreció un espacio educativo”.

Delirios

-¿Te imaginaste llegar tan lejos?

Siempre me imaginé desfilando en la semana  de la moda en Milán. Esos delirios. No pensé que iba llegar porque lo soñé siempre y estuvo en mi cabeza hacer una experiencia diseñando, mostrando los productos en otro país. Mientras más me metía en el tema más difícil y complicado me parecía. La realidad es que un poco me ayudó estar en la Patagonia para que pongan el ojo, y otro poco, haber sostenido el proyecto en el tiempo, porque la idea fue hace 10 años y podría haber quedado ahí en un intento. Cada región tiene sus industrias.

-No hay industrias de este tipo en la provincia, tu trabajo es fuera de la minería, petróleo y demás.

Es terrible que no tengamos grandes centros de formación con otras ofertas. La únicas son de la UNPA y UTN son todas referidas y vinculadas a la salud, educación y minería o petróleo. No son muy variadas y son solo las industrias tradicionales las que pueden generar trabajo y empleo. Hay industrias, y lo digo como diseñadora industrial, no se están fomentando. Las industrias creativas no necesitan tener un recurso natural porque son servicios en lo que lo único que necesitás es formar a la gente.

Mercedes continúa trabajando. A sus zapatos aún les restan recorrido.