Represas en el río Santa Cruz: Extinción de especies, crisis hídrica, y una ley que prohíbe proteger ecosistemas
Santa Cruz retorna al epicentro del ambientalismo con una orden de la Corte Suprema y un colectivo de ONGs que buscan proteger sus valores naturales. Hasta el momento no hay respuestas y la Ley 3.692 agrava la situación. (Por XRPatagonia Austral)
En las últimas semanas, las dos mega represas del río Santa Cruz retomaron protagonismo luego de que la Corte Suprema de Justicia solicitara al Estado Nacional informes sobre los avances en su construcción, y a tres organismos que se expresen con mayor profundidad sobre el posible impacto negativo que tendrán en el ambiente.
Entre los puntos, solicitan que la Administración de Parques Nacionales se expida a partir del examen del Estudio de Impacto Ambiental, respecto de los posibles daños a la biodiversidad, en especial en relación con la subsistencia y conservación del ave autóctona macá tobiano, y emita una opinión fundada sobre la idoneidad de las medidas desarrolladas en el plan de gestión ambiental.
En una fuerte contradicción, el Gobierno de Santa Cruz declaró Monumento Natural al macá tobiano, una especie de ave que vive exclusivamente en un sector de la provincia y en ninguna otra parte del mundo, y que también se encuentra dentro del programa nacional Extinción Cero; mientras que, en el año 2017, su Secretaría de Ambiente dio luz verde a una mega obra de ingeniería que está creando las condiciones necesarias para extinguir esta misma especie que busca proteger.
En este marco, la ONG Banco De Bosques lleva adelante una causa que busca proteger a la comunidad y al medio ambiente de los devastadores efectos que tendrán las mega represas. “El artículo 41 de la Constitución Nacional dice que los funcionarios públicos tienen el deber de proteger la diversidad biológica y el patrimonio natural y cultural, con lo cual existe un deber constitucional. La ley de Santa Cruz que declara monumento natural al macá es un argumento legal para solicitar explicaciones y figura en la causa que se presentó”, detalló el abogado ambientalista Cristian Fernández.
“El macá tobiano forma parte del plan Extinción Cero impulsado por el Ministerio de Ambiente de la Nación, junto con otras especies emblemáticas de Argentina. Acá se dan varias contradicciones: por un lado hay leyes, deberes y convenios internacionales que protegen a esta especie, y por otro se habilita la construcción de una mega obra que generará las condiciones ideales para extinguir de la faz de la tierra a esa misma especie que se quiere proteger. Esto es insalvable desde lo jurídico legal y desde la lógica”, explicó Fernández.
En tal sentido, el abogado ambientalista sostuvo que “tenemos pericias biológicas e informes científicos que advierten sobre estos peligros, es decir que hay muchos argumentos legales y son muy robustos”.
Advertencias científicas
“El macá tobiano SI puede extinguirse con el avance de las mega represas” destacó el Dr. Ignacio Roesler, Director Científico de Aves Argentinas e Investigador del CONICET, quien ha realizado numerosas investigaciones e informes sobre la especie.
“Sabemos que en un momento de la temporada invernal, el estuario del río Santa Cruz alberga casi la totalidad de la población del macá tobiano, alrededor del 98%. Ya partiendo de esa base, cualquier efecto que las mega represas puedan ejercer sobre este ambiente impacta de forma directa sobre este ave, es decir, puede extinguirla”, remarcó Roesler.
Y agregó: “Si el impacto de las represas es muy rápido, se puede dar un efecto casi inmediato. No obstante, lo más común es que los efectos se vean a largo plazo”.
En ese sentido, diversas organizaciones que buscan proteger las zonas de alimentación del macá tobiano se toparon con la Ley Provincial 3.692, que prohíbe crear áreas protegidas en Santa Cruz hasta tanto no se realice un inventario de estancias ganaderas productivas, algo que no sucede desde hace más de 70 años.
Así lo denunciaron en una carta abierta al Gobierno de Santa Cruz, en la cual reclaman que se derogue la “Ley de Emergencia Rural”, argumentando que “es ridículo hacerle pagar a la naturaleza santacruceña la debacle productiva que sufre el sector ganadero en la región desde hace 30 años”, y que diversos organismos, incluyendo el INTA, atribuyen a la desertificación, a falta de competitividad y la migración de la fuerza productiva hacia las ciudades.
Graves impactos ambientales
En la misma línea y sumándose al tendal de problemas que traería aparejado la consolidación de las mega represas, Sofia Nemenmann, co-fundadora del proyecto Río Santa Cruz Sin Represas explicó que “A la hora de hablar de impactos hay que tener en cuenta la dimensión de la que estamos hablando. El río Santa Cruz es el último río glaciario libre de nuestra Patagonia, nace en los Campos de Hielo Patagónicos, la segunda reserva hídrica más grande del mundo. Empezando por ahí y teniendo en cuenta el contexto de crisis hídrica que estamos atravesando, creo que el primer impacto que hay que nombrar es el del agua”, remarcó Nemenmann.
Y continuó: “Son miles los impactos que podemos nombrar, pero subrayando los más relevantes están la inundación de sitios de importancia para las comunidades originarias, el impacto en toda la biodiversidad alimentada por este río, las graves consecuencias para el macá tobiano, y el potencial impacto en el emblemático glaciar Perito Moreno”.
Necesidad de respuestas
Hasta el momento, ni el Gobierno Nacional ni el Provincial han brindado respuestas frente a esta grave problemática que subyace y que se avecina. Ni siquiera desde la Administración de Parques Nacionales se han expedido al respecto, pese a la solicitud elevada por Banco De Bosques. Aquellos involucrados con la construcción de las mega represas continúan desconociendo las graves consecuencias, mientras que su construcción fluye como el agua del río que verá morir.