La puja entre el derecho y el capricho
“Una mujer que lee es peligrosa, pero una mujer que escribe es una bomba atómica” Joseph Kapone.
Por MDR - Periodista TS-Digital
Vos, sí la mujer que se frenó para leer esta nota… ¿Te pasó de ir al ginecólogo, decirle que no querés tener hijos, que optas por operarte y te dijeron que no? A mí también…
En la era del feminismo, de la lucha por la igualdad en los derechos de la mujer y el reclamo por el aborto legal, seguro y gratuito, continúan negándonos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.
Hoy, como periodista, profesional de la comunicación voy a contar una historia real, una historia que le pasa a muchas mujeres, pero como expresé al comenzar este párrafo, es una nota que no he obtenido respuestas cuando me presenté ante profesionales médicos.
En este escrito, te cuento la historia de una mujer, como vos o como yo, que se presentó en su consulta ginecológica, esa que debemos hacer mínimo una vez al año, y en la que le propuso a su ginecólogo operarse porque, aunque tenga 27 años, no quiere ser madre.
R es una mujer de 27 años que, junto a su pareja, no quieren tener hijos. Eso no implica que no les gusten, sino que sienten que la maternidad y la paternidad no forman parte de sus proyectos de vida. Ella, se presentó en el consultorio de su médico, sí es hombre pero… ¿eso no debería influir, no?, donde realizó los estudios correspondientes y necesarios.
Una vez finalizados, decidió conversar con el profesional e indicarle que quería llevar adelante la intervención de ligadura de trompas para no tener hijos a lo que éste le respondió con un rotundo NO, acompañado del “sos muy joven te podes arrepentir, aparte esto se realiza cuando ya tuviste un hijo o dos, por lo menos”.
¿Por qué es obligatorio tener un hijo? ¿Por qué una decisión tomada por una mujer joven de no engendrar es rechazada por un profesional? ¿Con qué fundamentos afirman que no es posible esta intervención? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos todas las mujeres que pasamos por esta situación y hasta el momento no se pueden responder.
Sí, seguramente existen casos excepcionales en los que se cumplió con el pedido de la paciente pero… ¿por qué R no? Si ella decidió atenderse con su ginecólogo oficial, ¿por qué no lo autorizó? ¿Ella debería ir a otro médico? Ahí se abren más dudas… ¿por qué unos profesionales sí y otros no?
Si llegaste hasta acá seguramente estás pensando… ¿Y por qué la pareja de R no se hace la vasectomía y deja de jorobar? Yo también me lo pregunté y eso sí te lo puedo responder… estamos hablando de derechos, de que ella decidió que quiere la intervención y si bien la pareja se lo planteó, ella decidió que no. Que tiene el mismo derecho que él o que la otra mujer que pudo realizarse la ligadura de trompas.
¿Sabrá R y todas las otras mujeres a las que les dijeron que NO que a partir del 2006 la Ley 26.130 de Anticoncepción quirúrgica garantiza el acceso a la ligadura y a la vasectomía como un derecho de todas las personas sin límite de edad?
Entonces… si hay una Ley NACIONAL que no requiere ADHESIÓN DE LAS PROVINCIAS, ¿por qué no se hace? ¿por qué no se aplica?
¿Por qué todavía a 14 años de la existencia de una Ley que ampara estas decisiones para ambos géneros aún seguimos dependiendo de la decisión de otro sujeto? ¿Por qué si la Ley dice que no es necesario el consentimiento de la pareja, aunque en este caso ambos estén de acuerdo, cuándo haces la consulta es lo primero que te dicen? ¿Por qué si la Ley establece que no es necesario tener hijos/as es otra justificación que se tiene para negarte el procedimiento? Son preguntas que vos, yo, y R como dije, a 14 años de la existencia de una Ley que ampara esta práctica médica nos seguimos haciendo.