Usurpación hormiga en Río Gallegos
A pesar del conocimiento por parte de autoridades de todos los niveles del Estado, no son muchas las respuestas que se reciben en cuanto a la situación de las familias que habitan en el nuevo asentamiento que crece sobre los terrenos de la Armada. Si bien se asisten situaciones de pobreza, no hay determinaciones en cuanto a que debería suceder con la proliferación del sector y la mejora de la calidad de vida de las personas.
Río Gallegos ha sumado en los últimos 20 años al menos cuatro asentamientos en su ejido urbano. El más conocido, por su proceso de lucha en el hoy ya constituido como Barrio Madres a la Lucha, en representación lo sigue el Barrio Los Lolos, donde incluso hoy un grupo de vecinos quiere instaurar el nombre de Barrio Néstor Kirchner. Más acá en el tiempo podemos mencionar el sector de José Font, a un costado de Laguna Marina, mientras que, a las pocas cuadras, desde 2016, un nuevo asentamiento que, si bien no cuenta con nombre aún, si muestra un crecimiento constante a lo largo del tiempo y con habitantes que atraviesan diversas realidades.
Esta situación no deja de irritar a otro sector de la comunidad, vecinos que hace muchos años se han instalado en el sector e incluso viven en planes de viviendas entregadas por el IDUV, en una de las porciones del barrio Juan Pablo II. En principio, según comentaron a TiempoSur algunos referentes, la preocupación se manifiesta en relación a la proliferación de basurales que se crean a los alrededores de las viviendas, tal como se viene sucediendo a las espaldas del José Font (sobre la laguna), aunque también comienzan a tener inconvenientes con la electricidad. En un recorrido por el sector se pueden observar al menos 4 loteos que están prontos a ser edificados. “Es cuestión de todos los días”, cuentan los vecinos.
Tal como habíamos mencionados hay en el lugar diversas realidades. Familias con hijos en las cuales ambos padres carecen de trabajo y viven a diario, jóvenes que han decidido dejar su hogar y encontraron aquí una alternativa, aunque también trabajadores que optan por vivir en estas condiciones por sobre la posibilidad de pagar un alquiler. Incluso hay casas donde el auto no falta.
Una de las referentes del Juan Pablo II, contó a nuestro medio que el tema estuvo en agenda durante un encuentro virtual con el intendente Pablo Grasso, quien, según relató la vecina “se comprometió a trabajar en esta situación”.
“A nosotros nos preocupa mucho la mugre que generan y hay algunos casos que son personas difíciles de tratar”, expuso la vecina.
Si bien TiempoSur intentó en el día de ayer comunicarse con funcionarios municipales, esto no fue posible. De igual modo, ex funcionarios de la gestión de Roberto Giubetich confirmaron que las tierras que están siendo ocupadas pertenecen al Estado nacional y se encuentran bajo la administración de la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado). Adriel Ramos, funcionario de la anterior gestión, recordó que “se había presentado un proyecto a la agencia, pero no obtuvo respuesta”. Tampoco la hay ahora.