Balance 2024

ANSES: superávit histórico pero con deterioro de jubilaciones y pensiones

Hasta mediados de diciembre, el organismo tuvo un excedente de $7,5 billones. La pérdida del poder adquisitivo de los haberes y el mecanismo de movilidad vigente explican la contracción de las erogaciones de ANSES, más que el incremento de los ingresos por aportes y contribuciones.

  • 10/01/2025 • 14:17

En un contexto de restricción presupuestaria y de una profunda política de ajuste fiscal, ANSES se encamina a cerrar el año con un superávit de gran importancia para las cuentas públicas nacionales. Concretamente, al 17 de diciembre de 2024, la ANSES registra un resultado positivo de $7.5 billones de pesos, según cifras oficiales.

En casi 12 meses, el organismo acumuló ingresos por $43,7 billones de pesos, mientras que los gastos totales alcanzaron los $36,2 billones. Del total de ingresos, el 55% corresponde a aportes y contribuciones a la seguridad social ($23.6 billones), que han servido para cubrir la totalidad de gastos, de los cuales el 71% corresponde al pago de jubilaciones y pensiones ($25.7 billones).

Una parte de los ingresos de la Administración Nacional de la Seguridad Social proviene de la recaudación del Impuesto PAÍS, que hasta el 17 de diciembre alcanzó los $3,7 billones de pesos. Esta fuente impositiva, recientemente eliminada, ha contribuido a robustecer los recursos del organismo en el acumulado del año. Como se aprecia en los datos, aun sin lo recaudado por el Impuesto PAÍS, la ANSES habría mantenido un resultado financiero superavitario, lo que demuestra que el equilibrio de sus cuentas se sostiene principalmente por el ajuste real en las prestaciones previsionales y no tanto por ingresos adicionales extraordinarios.

Básicamente, esta reducción en términos reales de las jubilaciones y pensiones se debe al mecanismo de movilidad vigente, que actualiza los haberes con la inflación pasada y que no logra cubrir la caída del poder adquisitivo. La actual fórmula de movilidad previsional, establecida por el Decreto 274/2024, ajusta los haberes jubilatorios en función de la inflación pasada, replicando el mismo mecanismo de actualización que utilizan las canastas del INDEC. Al quedar indexado por la inflación pasada, impide mejoras reales en el poder adquisitivo de los jubilados y hace que los haberes previsionales queden rezagados respecto a los ingresos por aportes y contribuciones que provienen del trabajo asalariado formal.

En el análisis de ejecución presupuestaria de noviembre publicado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, se destaca que el resultado financiero del Estado Nacional arrojó un superávit de $1,78 billones. Esto indica que, de no haberse consolidado el superávit de ANSES, las cuentas públicas incurrirían en un déficit de aproximadamente $5,7 billones. En otras palabras, sin los recursos excedentes de la seguridad social, el gobierno enfrentaría un desequilibrio fiscal significativo.

El resultado positivo de ANSES se debe principalmente a la falta de actualización en el pago de las jubilaciones y, por consiguiente, a la pérdida del poder adquisitivo de las prestaciones previsionales, lo que ha comprimido el gasto en términos reales y permite a los ingresos de la seguridad social cubrir casi en su totalidad las erogaciones propias.

Una caída que se agravó en 2024

A partir de diciembre de 2015 hasta la actualidad, comenzó una tendencia de caída persistente pero con diferentes momentos de aceleración y estabilización de las jubilaciones y pensiones. En los últimos 13 años, que abarcan cinco gestiones de gobierno nacional con distintas orientaciones políticas, la caída de las jubilaciones promedio ronda en torno al 34% en términos reales.

En 2024, se confirmó la tendencia decreciente de las jubilaciones abonadas por el gobierno nacional. En el mes de febrero último, se liquidó el haber mínimo más bajo de los últimos 15, que fue de $152.900 a valores constantes de agosto de 2024. Este haber liquidado en febrero no alcanzó a cubrir la canasta básica total de un adulto equivalente, es decir, los adultos mayores que percibieron la mínima se encontraron por debajo de la línea de pobreza.