Caleta y Gallegos se parecen hasta en los perros

Repasar hoy la situación de proliferación canina en Caleta Olivia, rápidamente nos puede trasladar a los barrios de la ciudad capital de la provincia. Hay dueños con perros que andan a la buena de Dios y perros que comparten dueños con otros perros que no son de nadie, pero son de todos. Es tan marcada esta situación que hoy la discusión entre proteccionistas y el Secretario de Ambiente de la localidad del Gorosito pasa por definir si ayuda o no la instalación de cuchas comunitarias a la mantención de estos animales, mientras tanto se realizan fuertes campañas de castración y educación, y así lograr con el tiempo ir reduciendo la cantidad, hasta poder, por qué no, terminar con este tipo de paliativos, siempre a raíz de haber solucionado el problema. Pero el camino parece ser demasiado largo y las ideas de la actual gestión contrarias. Entonces se discute eso y las proteccionistas denuncian que desde el área de control ya han comenzado con algunas notificaciones e incluso la remoción de las cuchas.

María Inés, integrante de la Asociación Protectora de Animales “Patitas de Vidda”, dijo a TiempoSur que “el actual Secretario (Ambiente) tiene la misma idea que la gente de Comodoro, donde están prohibidas, y piensa más en un refugio para los animales” y continuó: “Ya tuvimos una primera reunión donde lo discutimos. Nosotros creemos que hoy no es lo mejor un refugio, donde juntás perros con perros, tenés que mantenerlos, buscar gente que se haga cargo realmente con el compromiso de cuidarlos, alimentarlos. En un municipio donde no se pagan los sueldos, cómo vas a hacer para mantener esa estructura”. Es por este motivo que el conjunto de proteccionistas entiende que lo de las cuchas comunitarias se convierte en un buen paliativo, ya que “los perros están bien alimentados y no molestan a nadie” y sería “una medida temporal mientras se trabaja en una solución concreta y continua que tenga que ver con una castración sostenida, programas de concientización y educación”, manifestó al remarcar: “Hace falta multar, generar conciencia y trabajar de verdad en este tema”.

En este sentido, contó que hace más de 8 años las proteccionistas de la ciudad trabajan de manera conjunta en poder solucionar esta problemática, y al igual que en nuestra ciudad, se reparten los perros en tránsito para disminuir la cantidad de animales en la vía pública, aunque en estos tiempos es imposible porque “desde que comenzó la pandemia hemos visto cómo creció la cantidad de perros en las calles, perros que antes no se veían, perros que las familias no pueden mantener y buscan dar en adopción a perros adultos y no funciona”, repasó en el relato de un escenario que se suma a la reducción de la labor por parte del Municipio en el área de zoonosis.

Con relación a las castraciones contó que hasta fines del año pasado el trabajo del área veterinaria fue constante, lo que sumado al trabajo que de manera independiente lograron las proteccionistas con el plan de castración “masiva”, generaba un buen número de intervenciones anuales. “Al cierre de la gestión anterior los fondos para la castración se vieron impactados y en diciembre no había anestesia, por lo que las proteccionistas hicimos una colecta y aportamos con la compra de anestesia que duró hasta febrero. Después, en marzo, ya todo se vio impactado por la pandemia y estamos hoy con una situación bastante más complicada. Hemos retrocedido”.

Por último, la entrevistada opinó que hay que trabajar en la legislación, “en ordenanzas nuevas y en una ley que establezca un presupuesto para que los municipios puedan trabajar en esta temática”.