Christian Blasco Torres: “La verdad no creo que esto tenga una solución inmediata”

La semana pasada TiempoSur se hizo presente en el Paso Integración Austral, más conocido como "Monte Aymond", frontera entre Argentina y Chile en el sur del territorio. Desde hace ya un tiempo, los pasos fronterizos no están integrados como antes de la pandemia, y el principal problema, según explicaron a nuestro medio durante la recorrida, es que migraciones del lado Argentino, no cuenta con el personal suficiente para el desarrollo de las labores, pero además no cuentan con el equipo tecnológico necesario para una atención ágil y rápida, lo que produce largas filas de viajantes y transportistas, los cuales, a pesar de las quejas, no reciben respuesta alguna.  

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Por estas horas, esto no solo sucede en el Paso Integración Austral, paso obligado para cientos de viajeros tierrafueguinos que se deslizan hacia el norte del país y también para vecinos de Chile que utilizan esta salida de su país para dirigirse a sus destinos, sino que además se replica en el Paso Fronterizo "Dorotea" que conecta las localidades de la Cuenca Carbonífera, en Argentina, con la ciudad de Puerto Natales, del lado chileno. "Dorotea" es un paso ligado más a la relación comercial que existe entre estas dos comunidades separadas por una frontera y a solo 15 kilómetros. Vale la pena señalar que, desde la Cámara de Comercio de Río Turbio, han expuesto, en más de una ocasión, esta problemática, aunque todavía sin respuesta de las autoridades de ambos países. La situación se hace más visible durante los fines de semana.

En diálogo con TiempoSur, Christian Blasco Torres, recientemente nombrado Cónsul de Chile en Río Gallegos y reintegrado a las labores este día lunes, se refirió a la situación. “Ya habíamos escuchado algunos comentarios que me han hecho llegar en este periodo estival donde aumenta considerablemente el flujo de viajantes”, dijo y continuó: “El problema sigue siendo el mismo, en las reuniones previas todos manifestamos la mejor voluntad de poder solucionar este problema. Desde el Covid, más que detener el tráfico, lo que se provocó fue una reducción de la cantidad de personas que trabajaban en estos complejos. En dos años se congeló la dinámica y retomarla se volvió un poco difícil”.

Por otro lado, el funcionario explicó que “a esto se suma un segundo elemento. El 2022 no fue un buen año desde lo económico, lo que derivó en un menor presupuesto y ha sido difícil recuperar el nivel de atención que teníamos, entonces al haber menos personal y mayor demanda, genera el inconveniente de demoras.  Un escenario complejo económico y requiere de la voluntad de la administración central de ambos países, y la verdad no creo que esto tenga una solución inmediata”.

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En el último tramo de la nota, remarcó: “Hemos conversado con el administrador argentino para avanzar en la búsqueda de soluciones, pero esta experiencia la vamos a seguir viviendo en este periodo estival. Trabajamos con las autoridades para darle otra dinámica a la atención, ojalá se pueda hacer algo”, aunque expresó: “Pensamos el próximo año estar más preparados para estas fechas, que se tomen las demandas y las críticas, y esto active la posibilidad de tener mayor personal. En las reuniones que tuvimos en octubre donde participaron los embajadores, todos mostramos la mejor voluntad”.