Argentina

Descubren un tetrápodo basal gigante que desafía las hipótesis vigentes sobre la evolución temprana

El hallazgo de la nueva especie en Namibia, que ilustrará la tapa del número del 18 de julio de  Nature , una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial. La investigación fue liderada por una investigadora del CONICET y contó con el apoyo financiero de la National Geographic Society.

  • 03/07/2024 • 15:20

La revista Nature dio a conocer el descubrimiento en Namibia de los restos fósiles de un nuevo tetrápodo basal gigante de unos 285 millones de años de antigüedad (período Pérmico de la era Paleozoica), que desafía las hipótesis actuales acerca de la evolución temprana de los primeros vertebrados que abandonaron la vida plenamente acuática para incursionar en el medio terrestre. La nueva especie, un depredador superior de la era Paleozoica, fue bautizada como Gaiasia jennyaeEl estudio ilustrará la tapa del número del 18 de julio de Nature.

El hallazgo y caracterización de los restos fósiles fue realizado por un equipo internacional liderado por Claudia Marsicano, investigadora del CONICET en el Instituto de Estudios Andinos “Don Pablo Groeber” (IDEAN, CONICET-UBA). Del equipo también participaron un investigador del Museo Field de Historia Natural de Chicago (Estados Unidos), otros dos paleontólogos del Consejo, Adriana Mancuso, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mendoza), y Leandro Gaetano, también del IDEAN, y colegas de Sudáfrica y Namibia. Se trata del primer trabajo publicado en Nature liderado por una mujer paleontóloga argentina.

Los tetrápodos son todos los animales vertebrados con cuatro extremidades, ya sean ambulatorias o manipulatorias, o cuyos antepasados tuvieron cuatro extremidades. Actualmente, el grupo abarca a la mayoría de los vertebrados -anfibios, reptiles, aves y mamíferos- con excepción de los peces. Los tetrápodos basales fueron los primeros vertebrados que desarrollaron dígitos, en lugar de aletas pares pectorales y pélvicas, que les permitieron desplazarse sobre el sustrato e incursionar en el medio terrestre. Al igual que los anfibios actuales, se desarrollaban en el agua hasta terminar la metamorfosis y en la vida adulta volvían al medio acuático para reproducirse. Recién con la aparición de los amniotas (grupo que abarca a los mamíferos, los reptiles y las aves) se produjo la independización del agua para la reproducción.

 

Un hallazgo que cambia la forma de entender la evolución temprana de los tetrápodos

El descubrimiento de nuevos tetrápodos basales siempre es importante, porque se conocen muy pocos representantes en todo el mundo de un momento clave de la evolución de los vertebrados y de la vida en general, como fue el comienzo de la terrestrialización. Y más extraño aún es encontrar especímenes relativamente completos. En este caso, si bien se habían encontrado restos craneales y postcráneales de distintos individuos, en una de las campañas se encontró un ejemplar casi completo, con el cráneo articulado con gran parte del postcráneo. La importancia del hallazgo de Gaiasia reside, además, en que plantea significativas novedades respecto de lo que hasta ahora se conocía sobre la evolución de los primeros tetrápodos.

Gaiasia viene a tirar por tierra diferentes hipótesis que se habrían considerado hasta ahora sobre la evolución de los tetrápodos. En primer lugar, hasta hoy se consideraba que, más allá de su continuidad evolutiva en grupos como los amniotas y los anfibios, los tetrápodos basales se habían extinguido hace unos 300 millones de años, a fines del período Carbonífero de la era Paleozoica, mientras Gaiasia vivió hace unos 285 millones de años, durante el Pérmico tempranoEn segundo lugar, se suponía que estos animales se habían desarrollado únicamente en regiones paleoecuatoriales tropicales y subtropicales de climas benignos, con muchos recursos disponibles, mientras en lo que hoy es Namibia, en aquel momento dominaban los climas templado-fríos, y recientemente habían ocurrido glaciaciones”, explica Marsicano, quien realizó sus estudios de doctorado y posdoctorado sobre tetrápodos basales.

En aquel momento, la mayor parte de las tierras emergentes formaban parte de un único supercontinente conocido como Pangea. La gran mayoría de los tetrápodos basales conocidos hasta ahora vivieron en zonas cálidas a ambos lados del paleoecuador, que luego, tras la fragmentación de Pangea, formarían parte de Laurasia, el supercontinente que agrupó a los continentes que hoy son parte del hemisferio norte, mientras Namibia formaba parte de Gondwana, el supercontinente que agrupaba los continentes australes.

De acuerdo con Marsicano, el descubrimiento en Namibia de Gaiasia muestra que la historia de la evolución de los primeros tetrápodos no ocurrió exclusivamente en los alrededores del paleoecuador, sino que muy rápidamente después de su pasaje del medio acuático al terrestre, el grupo se dispersó hacia los continentes del sur “Esta adaptación a climas no tan benignos nos lleva, además, a considerar que la fisiología de estos animales debió ser más compleja de lo que creíamos hasta ahora. Gaiasia se desarrolló perfectamente en latitudes con un clima templado-frío en un momento en el que se suponía que estos grupos ya estaban extintos”, señala la investigadora, que también es profesora asociada del Departamento de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN, UBA).

“Al estudiar las relaciones filogenéticas de Gaiasia, cuyos parientes más cercanos conocidos vivieron en el hemisferio norte unos 30 millones antes, nos encontramos con que los resultados no se condecían con lo que se sabía hasta el momento sobre los tetrápodos basales. Este hallazgo nos obliga a repensar la forma de entender la evolución de los primeros animales terrestres en todo el mundo”, indica Gaetano, que además de investigador del CONICET es docente en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA

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