Día caluroso en Río Gallegos: cómo cuidarse de las altas temperaturas

La primavera comienza a hacerse notar y las elevadas temperaturas que se presentaron durante estos días, hacen que olvidemos los fuertes vientos y el clima destemplado, que atravesamos desde su inicio. A lo largo de la semana, las temperaturas máximas pronosticadas por el Servicio Meteorológico Nacional no bajan de los 20 °C y, en consecuencia, nuestros cuerpos deben adaptarse a estas nuevas temperaturas, mayores a las que usualmente estamos acostumbrados. Ante esto, debemos tener en cuenta ciertas pautas y, por sobre todas las cosas, escuchar lo que nuestro cuerpo nos quiere decir, ya que se recomienda –cuando las sensaciones térmicas son altas- tomar medidas preventivas para evitar descompensaciones y golpes de calor.

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Entre las recomendaciones más importantes se encuentran el usar ropa clara y liviana al igual que hidratarse, consumir frutas y verduras, no hacer actividad física cuando hace mucho calor y el sol está radiante, utilizar protector solar, evitar la exposición solar en horas pico y mucho más.

En el caso de los adolescentes y adultos mayores, quienes son los que usualmente sufren más las elevadas temperaturas, se recomienda:

• Consumir -por lo menos- entre dos y dos litros y medio de agua por día. Se pueden sumar otras infusiones, pero preferentemente sin azúcar.

Estar atentos a las personas mayores, quienes usualmente pierden la sensación de la sed al igual que  con los niños, quienes son los más vulnerables a la deshidratación.

• En estos días de calor, tratemos de estar en lugares frescos y si vamos a hacer deporte, por lo menos, ingerir medio litro de agua antes de comenzar con la actividad deportiva.

Esta es una de las épocas más esperadas por los chicos, donde buscan salir constantemente de las casas para hacer actividad al aire libre y cuando más atentos tienen que estar los padres. Te damos unos tips para evitar las olas de calor al igual que sobre qué hacer con ellos, cómo cuidarlos y protegerlos,

• Evitar la exposición directa al sol desde las 10 hasta las 16 hs.

• Manejarse en ambientes frescos.

• No sobre abrigarlos.

• No tenerlos todo el día en brazos, porque eso aumenta la temperatura corporal.

• (Para aquellos que aún se encuentran en etapa de amamantamiento) La leche del pecho materno en bebés menores a seis meses ofrece la cantidad de agua y nutrientes que requieren. A partir de los 6 meses, comenzar a incluir el agua mineral.

• Colocarles un protector solar que resguarde de los rayos UVA y UVB cuyo uso sea aprobado en bebés mayores a seis meses.

• No exponer al sol en forma directa a los niños menores de un año.

• Cubrir las zonas expuestas, utilizar factor 50 y renovar cada dos horas.

• Utilizar ropa acorde: colores claros, gorros, anteojos.

Vale recordar que los efectos de las radiaciones ultravioletas se acumulan a lo largo de toda la vida ya que las nubes dejan pasar el sol y la arena, el agua y la nieve, potencian su acción.

Cuando hace mucho calor, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura y esta puede elevarse a más de 37 °C por deshidratación, agotamiento del sudor y generar un desajuste en el centro cerebral que controla la temperatura corporal. Si esto ocurre, sobreviene el agotamiento por calor, y de persistir, más grave aún, el golpe de calor. En cuanto a este último, existen ciertos síntomas para estar alerta y consultar de urgencia a un médico:

• Temperatura del cuerpo de 39 °C o mayor.

• Piel roja, caliente y seca, cuando se agota la sudoración.

• Agitación.

• Dolor palpitante de cabeza.

• Vértigos y desorientación.

• Delirios, confusión o pérdida de conocimiento.

• Convulsiones.