El Club de Emprendedores, una política discontinuada

Ayelén Lebrín, ex jefa de departamento, dialogó con TiempoSur sobre la discontinuidad del espacio de consulta y programa de apoyo financiero que contuvo y acompañó a quienes crean desde y para la ciudad.

El área municipal que funcionó desde noviembre de 2016 hasta diciembre de 2019, se ubicaba en el Espacio Futura de la Secretaría de Desarrollo Comunitario. Fue el primero de la Patagonia y el octavo en el país, financiado por el Ministerio de Producción de la Nación. La Jefa de Departamento durante 2018 y 2019, la licenciada en publicidad Ayelén Lebrín, ha expresado públicamente su descontento con la falta de ordenanzas que contemplen la figura emprendedora, no artesano, ni manualero, ni revendedor, sino alguien que cree objetos o servicios de manera independiente.

Actualmente la propuesta no existe. Los emprendedores han sido absorbidos por áreas como Desarrollo Productivo y la Secretaría de Producción, Industria y Comercio, que cabe destacar, han iniciado líneas de acción similares, como las charlas de instrucción de monotributo. Entre los puntos fuertes se encuentran las jornadas de formación, como han sido en art decó, tinte de lanas y peluquería y las propuesta de jornadas de recorrido por cervecerías o restaurantes.

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“La política es discontinua porque no tenemos el mismo objetivo de trabajo. Para mí, el productor local no debe ir a un comercio, debe tener una Pyme. Así generás puestos de trabajo, hay nuevos oficios y estás resolviendo un problema laboral en la ciudad, que la mayoría labura para el Estado, hay pocas empresas”, explicó Ayelén Lebrín a TiempoSur. Datos de El Cronista en 2017 aseguran que en Santa Cruz cada 1000 personas 111 son empleados públicos y, siguiendo con cifras que desnudan una problemática en la matriz del empleo, INDEC en 2019 exhibió un 10.7% de desocupación en Río Gallegos. 

La ex funcionaria también entiende que la creación de Pequeñas y Medianas Empresas son una forma “de no precarizar gente, de apostar a proyectos a futuro con mucho trabajo y ordenar cada una de las jugadas, incorporarlos en los caracteres legales con figuras de responsabilidad”. El Club de Emprendedores contaba con dos impresoras 3D, diez computadoras, proyectores y cañones que fueron las herramientas para brindar propuestas de capacitaciones en redes sociales, fotografía, análisis de proyectos y encontrarse con otros emprendedores.

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En otro orden de las iniciativas que no concluyeron, la proyección de un nuevo rubro comercial, nombrado por la agenda pública como showroom emprendedor, estuvo en discusión en mayo del año pasado. Fue un diálogo entre el Club y la Cámara de Comercio local, que buscaba habilitar espacios domiciliarios para la venta de productos patagónicos, generando un impulso local. No obstante, el área concretó hechos sin precedentes como dos desfiles de diseñadoras patagónicas en septiembre y octubre, la semana del diseño en el mismo mes y viajar hasta Río Turbio, contagiando la idea de que los emprendedores locales necesitan impulsos públicos para catapultar sus proyectos.  

“Siempre pensé que el club debería pertenecer a Desarrollo Productivo porque ahí se concentran la mayoría de los productores, que van porque quieren vender en feria. Me parece que está perfecto por ejemplo, que se den talleres de monotributo, que se salga de sólo la figura artesana”, explicó Ayelén. Continuó precisando que es necesario cambiar la mentalidad y brindar herramientas para la inserción legal en la economía local. Desde su perspectiva, los problemas van cambiando de acuerdo a las líneas que se quieran trabajar y espera que en esta gestión, también el impulso emprendedor sea una política pública fortalecida.