Educación

El Síndrome de Down y la inclusión en las escuelas

El pasado lunes 21 de marzo se conmemoró el Día Mundial del Síndrome de Down, fecha que tiene como principal objetivo aumentar la conciencia pública sobre esta condición y remarcar la validez, la dignidad inherente y las valiosas contribuciones que las personas con discapacidad aportan al bienestar y diversidad de sus comunidades.

  • 23/03/2022 • 10:00
Inclusión
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Cada 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha que esconde detrás de si una larga lucha por desestigmatizar a aquellas personas que poseen esta afección.

En esta oportunidad, la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) se encuentra llevando adelante una campaña de concientización llamada “Síndrome de Números”, a través de la cual busca generar una base de datos de personas con Síndrome de Down en el país, invitando a reflexionar acerca de la escasez de relevamientos sobre la comunidad.

Karen Ramírez y Alejandra Lescano son una psicopedagoga y fonoaudióloga que trabajan con personas con Síndrome de Down en la Fundación Centa de la ciudad de Río Gallegos y dialogaron con TiempoSur acerca de las personas que padecen este síndrome y sus dificultades al momento de ser incluidos en el sistema educativo: “El Síndrome de Down es una alteración genética en el cromosoma 21. Tengo varios pacientes con Síndrome de Down y son muy espontáneos y son muy alegres. Es difícil que los veas de mal humor. Son muy cariñosos y, si bien a algunos se les dificulta la comunicación en lo que es lo corporal, son muy expresivos”, agregó Ramírez.

Al ser consultadas por el medio sobre si las personas que poseen esta afección suelen tener dificultades en el aprendizaje, las profesionales asintieron y explicaron que esta suele ser una de las características, aunque “no todos. Existen tres grados de Síndrome de Down, y dos de ellos tienen una discapacidad intelectual”, puntualizaron, “Tenés el grado más leve, donde la comunicación es más fluida, y en cuanto al aprendizaje ellos pueden tener un buen funcionamiento. Después tenemos un grado intermedio que es donde la comunicación y el lenguaje es mucho más escaso y lo que es la atención y memoria también. Después está el grado más severo, donde ya es mucho más difícil trabajar lo que son algunas habilidades académicas”, explicaron las profesionales.

 

El Síndrome de Down y la educación

“La educación inclusiva es un derecho de todos los niños con discapacidad”, explicó Ramírez, agregando que los niños comienzan el proceso de adaptación al ciclo lectivo desde que son muy pequeños en una escuela de estimulación temprana: “En la estimulación trabajan dos docentes de educación especial con orientación en estimulación temprana. Trabajan como en un jardín, enseñándoles las habilidades de la vida diaria. Los jardines son la mejor etapa en lo que es inclusión para los niños porque los niños pequeños no hacen diferencias. Reciben una buena recepción por parte de sus compañeritos”, añadieron.

Actualmente, existe una problemática latente entre los padres de los niños con Síndrome de Down que se encuentran escolarizados ya que, según explican las profesionales, “hay escasos docentes de inclusión, los llamados MAI (Maestros de Apoyo a la Inclusión). Docentes hay, lo que se complica es cubrir los cargos. Los MAI son los que hacen las adaptaciones o las configuraciones de apoyo que el alumno necesita”, concluyeron las profesionales.