Coronavirus

Empresa argentina que fabrica respiradores sumó empleados y no aumentan el precio

Liestung -empresa que también tiene una planta en Brasil- cuadriplicará la producción en solo seis meses. Fue creada por tres amigos ingenieros hace 35 años, cuya gestión continúan sus hijos. Uno de ellos, la gerente general, Silvina Grasso, dijo a TiempoSur que hay que valorar la industria nacional.

  • 17/04/2020 • 11:58
“Acá tenemos industria nacional que vale la pena apoyar y es la reflexión importante de todo esto”
“Acá tenemos industria nacional que vale la pena apoyar y es la reflexión importante de todo esto”

Sólo dos empresas en Argentina -radicadas en Córdoba- fabrican respiradores esenciales para personas con COVID-19 que deben ser internadas en terapia intensiva.

El equipo cuenta con una demanda mundial que puede ser suplida en nuestro país luego de que el Gobierno nacional mediante resolución, resolvió que la producción se destine íntegramente para el territorio nacional.

Leistung es una de estas empresas que los producen y que fue creada por tres amigos ingenieros hace 35 años. Ahora es dirigida por los hijos de estos profesionales.

La fábrica cuenta con 70 empleados en Argentina y 70 en Brasil, pero debieron incrementar su personal en un 40% para este contexto.

“Más de la mitad de los trabajadores son profesionales, como ingenieros electrónicos, mecánicos, biomédicos, etc.”, dijo a TiempoSur Silvina Grasso, gerenta general de la compañía, que además cuenta con una planta de producción en Brasil.

 

-TS:¿Les pidieron un mínimo de producción de respiradores desde Nación?

SG: No nos hablaron de volúmenes. Nos solicitaron aumento lo máximo que pudiéramos producir y el Gobierno nacional concentró la compra, y dejamos de vender afuera, al privado, provincia y municipios. Entregamos toda la producción a Nación y así vamos a seguir haciendo.  Por año hacíamos entre 300 y 400 respiradores y ahora vamos a llegar a proveer cuatro veces más, y serán entre 1200 y 1500 respiradores. Para esto dejamos de fabricar mesas de anestesia y respiradores para transporte, y nos concentramos sólo en la línea de terapia para poder aumentar la escala, sino no hubiera sido fácil. Tercerizamos procesos, debimos hacer compras al exterior de insumos, y fueron muchas cuestiones que influyen en multiplicar por cuatro la producción que además será concentrada en seis meses, porque entendemos que esta provisión sería hasta julio.

 

-La pandemia hizo poner la mirada en industrias, trabajos y servicios que antes quizás nadie conocía su importancia.

Sí. Por eso siempre me gusta aclarar que eso no es sólo el respirador, es una producción integral. Detrás debe haber una cama de terapia intensiva, instalaciones de terapia intensiva, médicos que sepan utilizar estos equipos, preferentemente un médico intensivista más enfermeros y fisioterapeutas preparados, biomédicos que reparan los equipos. Y además otros equipos específicos como monitores. El respirador tomó mucha visibilidad porque sobre todo en Europa, la falta de esto, generó un colapso en el sistema sanitario.

En un producto soporte de vida de un grado alto de riesgo, por lo tanto debe estar cuidado por un médico que conozca. Un solo respirador no resuelve la problemática por sí misma.

 

-En cualquier país del mundo no existen fábricas de respiradores.

Sí, es muy importante, y es la lectura que hago, que muchísimos países no tienen una fábrica de respiradores. De hecho en Argentina y Brasil es en donde hay empresas que fabrican -nosotros tenemos una allá- por eso acá hay dos y en Brasil hay tres. El resto de los países no tienen fábricas propias de respiradores, son importadores, por lo tanto, les queda sólo importar. Ha sido muy difícil que países como Bolivia, Paraguay, Perú o Chile, les provean porque las primeras marcas mundiales le han provisto primero a los países de Europa, China y Estados Unidos. Acá tenemos industria nacional que vale la pena apoyar y es la reflexión importante de todo esto.

 

-Cuando comenzó la pandemia, ¿en qué momento se dio cuenta que su fábrica sería importantísima?

La verdad primero por la información mundial y luego por los proveedores, a fines de enero e inicios de febrero fue muy rápido cómo aumentó la demanda. Nos solicitaron equipos de todas las jurisdicciones argentinas, privadas y públicas, y de todo el mundo. Nosotros exportábamos el 30% de la producción y nos empezaron a llamar de países que no nos compraban, como Italia, España, China, Estados Unidos. Nos solicitaron equipos de una semana para la otra. Lo que sucedió mucho es que mucha gente nos quería comprar la tecnología para fabricarlos, y no pudimos abordar esos proyectos porque fue ya demasiado lo que hicimos en Argentina y Brasil. Cuando veíamos como aumentar la producción, a mitad de marzo el Gobierno dijo que la centralización iba a ser en Nación, por eso hasta ese monto tuvimos pedidos de todos los países de Latinoamérica, por ejemplo. Tenemos pedidos que, si los entregamos en agosto, nos compran, pero hasta que no nos liberen canales de venta, no podemos comprometernos. Y eso al precio que sea.

 

-¿Cuánto cuesta un respirador?

Estamos en el piso del precio mundial, a 10 mil dólares, pero vas a encontrar a 20, 30 o 40 mil dólares. Es una influencia de la oferta y la demanda, pero dentro de nuestro rubro tecnológico, hay marcas, sean alemanas, americanas y que por prestigio, tiene el respirador a 30 mil o 40 mil dólares. Nosotros tratamos de sostenerlo al menor valor que podemos.

 

-En esta pandemia todo aumentó y existe especulación ante la necesidad. Ustedes podrían aumentar el precio y aun así se los comprarían.

Por algo la empresa lleva 35 años en el mercado. Hay un valor para la empresa que es muy importante, que es ser accesibles en todo sentido, y dentro de la accesibilidad, es lo económico. Por eso el producto no sólo es accesible en la compra, sino también en la posventa porque es como un auto, en los repuestos para mantener el equipo, y en eso también intentamos ser competitivos y accesibles. Lo hicimos siempre y así seguirá siendo.