Comunidad salteña

En Río Gallegos veneraron al Señor y la Virgen del Milagro

Fieles conmemoraron hoy la culminación de la Novena, con una fuerte participación de la comunidad salteña.

  • 15/09/2024 • 16:51

El pasado viernes 6 dió inicio la tradicional Novena en honor al Señor y la Virgen del Milagro en la provincia de Salta, pero también en las provincias donde la comunidad salteña ha sabido instalar esta importante celebración religiosa, y donde Río Gallegos no fue  la excepción. Sin lugar a dudas se trata de una de las festividades religiosas más importantes del país, donde miles de fieles participan anualmente en este evento para expresar su devoción y renovar su fe.

Mientras en la provincia de Salta ya ha comenzado el peregrinar desde los 4 puntos cardinales, hacia el altar mayor de la Catedral de Salta Capital, en nuestra ciudad capital, comenzó el pasado viernes la Novena y se desarrolló hasta este domingo 14 de septiembre, día que coincide con la llegada de todos los salteños ante la imagen de la Virgen y Señor de los Milagros, en la capital salteña.

Hubo una importante procesión en la capital santacruceña. Con un fuerte acompañamiento de la comunidad salteña, la imagen de la Virgen encabezó la caminata.

En diálogo con TiempoSur, el Monseñor González Balsa, obispo auxiliar de la diócesis, indicó que se celebra la fiesta con esta “hermosa devoción en toda la Argentina, pero sobre todo y en especial con el pueblo salteño”.

“Muchos de los que participan tienen el poncho de güemes, el poncho salteño”, recalcó. “Es una fiesta popular, tenemos de costumbre esa procesión y terminamos con la misa y celebración en la iglesia San José Obrero”.

 

La historia

La historia del Señor y la Virgen del Milagro se remonta al año 1592, cuando dos imágenes religiosas llegaron desde España al puerto de El Callao, en Perú. Una de ellas era una figura de Cristo crucificado (el Señor del Milagro), y la otra, una imagen de la Virgen María. Las imágenes fueron encargadas por el obispo de Tucumán, Fray Francisco de Victoria, para fortalecer la fe católica en los territorios de la colonia.

Al recibir las imágenes, el obispo dispuso que fueran trasladadas a diferentes localidades. El Cristo crucificado fue destinado a la Iglesia Matriz de Salta, donde quedó olvidado por años, cubierto de polvo en una capilla menor. Mientras tanto, la Virgen del Milagro también llegó a Salta y fue colocada en el templo principal.

La fe y devoción en estas imágenes se consolidaron tras el 13 de septiembre de 1692, cuando un violento terremoto sacudió la ciudad de Salta. Los habitantes, temerosos de que la ciudad fuera completamente destruida, se refugiaron en la oración. Fue en ese contexto que la figura del Cristo, anteriormente olvidada, cobró relevancia. Se cuenta que, tras ser sacada en procesión junto con la imagen de la Virgen, el terremoto cesó. Este evento fue interpretado como un milagro, y desde entonces, ambas figuras fueron veneradas como los santos patronos de Salta.

A partir de aquel milagro, la devoción al Señor y la Virgen del Milagro ha crecido de manera ininterrumpida, convirtiéndose en una de las manifestaciones religiosas más importantes del noroeste argentino. Cada año, millas de fieles de Salta y otras provincias argentinas participan en los rituales de fe que incluyen novenas, misas y la emblemática procesión del 15 de septiembre.